"¿Vos sos pediatra?", preguntó sabiendo la respuesta Cristina Fernández de Kirchner al diputado nacional Pablo Yedlin, que el próximo jueves 9 jurará como senador nacional por Tucumán. "Vamos a tener dos médicos en el bloque", agregó la vicepresidenta en referencia también a Lucía Corpacci, de Catamarca. Yedlin es amigo personal del jefe de gabinete, Juan Manzur, que, reconciliado con la expresidenta, intercedió para la reunión. También Máximo Kirchner ofició de enlace para que se conocieran su madre, Yedlin y Sandra Mendoza, la otra senadora electa por el oficialismo en esa provincia.
Durante 25 minutos, CFK sedujo a sus visitas demostrando lo bien informada que está sobre cada distrito. Preguntó no solo por Tucumán sino por la variante ómicron, el pase sanitario y las vacunas. De lo que no se habló fue del malestar que comparten algunos senadores del Frente de Todos, que se quejan por no ser tenidos en cuenta excepto cuando los números están ajustados. Le pasó al entrerriano Edgardo Kueider, voto clave a favor de la interrupción voluntaria del embarazo, y a Guillermo Snopek. En otros casos, están molestos pero no ventilan sus cuitas.
Casualmente, o no tan casualmente, la senadora tucumana electa por la minoría de Juntos por el Cambio, Beatriz Ávila, se reunió con Horacio Rodríguez Larreta. Entre los dos se sentó su marido, Germán Alfaro, intendente de San Miguel de Tucumán, que fue quien en realidad fue votado como senador pero renunció antes de asumir porque tiene aspiraciones para gobernar el distrito.
Del otro lado de la grieta, dos hinchas del Rojo saldaron diferencias y tomaron la delantera, mientras el radicalismo se enrosca en sus internas. Gerardo Milman, mano derecha de Patricia Bullrich, que jurará este martes como diputado, ya tiene listo un proyecto para empujar una ley de seguridad nacional a la que llamó Plan Integral de Pacificación. Incluye los temas calientes en los que se metió junto a la presidenta del PRO: darle a la Gendarmería Nacional el control de calle en la ciudad de Rosario; libertad para combatir el narcomenudeo en el Gran Buenos Aires; incorporación de armas electrónicas; sumar a las cuatro fuerzas de seguridad a los delitos de narcotráfico y un plan para la comarca andina, léase conflicto mapuche.
"Ante la inacción del Poder Ejecutivo Nacional, que el Congreso dicte un plan de seguridad nacional" piden los "patitos", que aprovecharán el perfil de Sergio Massa, presidente de la Cámara baja, que tiene varios proyectos sobre seguridad en su haber. "Ha estado siempre a favor de estas políticas, nos acompañará", descuentan con ironía en el PRO. Milman incluso lo chicaneó en las redes sociales. El PRO sabe bien dónde están sus adversarios y la recuperada armonía quedó plasmada en la red del pajarito. Cristian Ritondo, exministro de Seguridad bonaerense de María Eugenia Vidal, frenó el embate de Bullrich y de Milman para tomar las riendas de la bancada amarilla, pero le dio retuit a la propuesta. El gesto se condice con conversaciones privadas. Ritondo y Milman charlaron acerca de una agenda pública con la inseguridad como tema central. Hasta firmarían juntos la iniciativa pacificadora para presentarla en Diputados.
Ese entendimiento de la dupla Ritondo-Milman excede al proyecto de ley y trasciende los límites del Congreso. Para acumular poder, acordaron armar un bloque en espejo con el del Senado, y que llevará el mismo nombre que el que comandará Humberto Schiavoni: Frente PRO. Ya convencieron al puntano Claudio Poggi y a Marcelo Orrego y Susana Laciar de San Juan, aliados que no revistan en el PRO. Ahora trabajan para sumar a Paula Omadeo de CREO Tucumán, a Florencia Klipauka de Activar de Misiones (del sector de Pedro Puerta, hijo del pichettista Ramón Puerta) y al solitario Carlos Zapata, del partido del salteño Juan Carlos Olmedo, que pretendía un monobloque dentro del interbloque. Si tienen éxito, pueden contabilizar 55 bancas en la Cámara baja y reforzarían sus chances de pelear la jefatura del interbloque. Rápida jugada mientras en la UCR todavía discuten quién estará al frente de la bancada radical. En el campamento amarillo, con todo, aún no cantan victoria, porque cada representante demanda una negociación particular que además incluye a sus máximos referentes políticos.
El que ya puso en marcha su plan pacificador fue Rodríguez Larreta. En la semana buscó mostrar gestión, que no lo salpicaran los debates de la Legislatura, ordenó su gabinete e intentó ordenar la interna del frente opositor. La pelea en la UCR lo afecta directamente. Quedó demostrado en la votación del jueves para el cambio de zonificación que permitirá construir torres en Costa Salguero y el acuerdo con IRSA en la exCiudad Deportiva de Boca, entre los muchos proyectos inmobiliarios que se habilitarán por encima de las normas actuales. Sin esos votos (Martín Ocampo amenazó con no votar y pidió modificaciones), Rodríguez Larreta no tendría hoy esa nueva normativa. Al hecho de que el oficialismo renovó menos bancas de las esperadas el 14N, se suma que ya no estarán al frente del cuerpo ni Diego Santilli ni Agustín Forchieri, hábiles en las negociaciones, pero ya mudados a otras funciones. El tour de Larreta unió Exaltación de la Cruz, donde conversó con Elisa Carrió, con Acassuso, donde vio al recién llegado y ahora procesado Mauricio Macri. Completó el mapa el miércoles con un desayuno con Patricia Bullrich.
Macri se sienta a conversar, pero no deja de tejer con intenciones de crecimiento para 2023. De hecho, llamó a Alex Campbell, diputado provincial, para que lo reúna con quienes ganaron en municipios opositores en los comicios para concejales y que aspiran a ir por sus respectivas intendencias. Campbell, operador de Vidal, hizo los deberes y lo visitó en Olivos junto con Joaquín Sánchez Charro (Miramar), Gastón di Castelnuovo (Ituzaingó), Rita Salaverry (Luján), Noelia Ruiz y Evangelina Cabral (Mercedes) y Segundo Cernadas (Tigre).
Macri les hizo recomendaciones y pedidos: que estudien y se preparen para gobernar y que se junten con los actuales intendentes "exitosos". El exsubsecretario de Asuntos Municipales bonaerense no hizo pública la foto. ¿Por qué? Dice que estuvo ocupado con la interna de River, donde se presentó con Carlos Trillo. Este sábado votó antes del mediodía, de bien planchada camisa blanca, llenó las redes con fotos y compartió las boletas de las cuatro listas. Tan plural se mostró, que cuando fue a votar se cruzó en un abrazo con otro candidato a vice, el diputado nacional Nicolás Rodríguez Saá que acompañó a Antonio Caselli y paseó por el club de los millonarios con su hijo Felipe a upa.
Lejos de tantas internas se mantuvo Facundo Manes. Se fue de viaje, por trabajo y en plan de descanso y regresó el último jueves. No pedirá cargos en Diputados porque quiere estar suelto para recorrer todo el país en 2022. Luego de jurar, irá a Rosario, donde participará de una actividad en la universidad local con el intendente Pablo Javkin. Para cuidarle las espaldas en la interna, su hermano Gastón Manes podría buscar un cargo institucional en la UCR. Electo convencional nacional del partido, hay quienes lo proponen como presidente del órgano legislativo radical. Este domingo habrá almuerzo familiar para armar la agenda futura. Lo que ya definieron es que el neurocientífico arranque su gira nacional en enero en Córdoba en un lugar emblemático: la casa de Arturo Illia en Cruz del Eje. El segundo paso será Mar del Plata. Una agenda bien de verano.