Horas después de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), aunque restaban las certezas del escrutinio definitivo para conocer cómo intercalarían sus peones en la lista liderada por Diego Santilli, en el radicalismo ese factor no era condicionante de los pasos sobre los que ya tenía decidido avanzar si Facundo Manes cosechaba una performance electoral como la que obtuvo, decisiva para el triunfo frentista de Juntos en septiembre.
El análisis del domingo de PASO estaba vigente en la agenda y voces boinablancas ya aseguraban que, en octubre, realizarían un acto de proporciones en Ferro para exhibir musculatura ante el socio PRO y adelantar pretensiones de alcance nacional rumbo a 2023. El neurólogo se hizo carne de esas apetencias exhaladas en la arquitectura discursiva y en la mecánica procedimental.
Tal fue así, que su participación concreta en este tramo de la campaña -ahora para militar una boleta que integra pero no lidera- pasó a un segundo plano. Estuvo en lo formal, en el protocolo, como en el relanzamiento en Tigre, la presentación de propuestas en La Plata, desembarcos en bastiones puntuales y el cierre del jueves, pero, luego de “dar el paso” enfocado en las primarias, Manes hizo un paso largo para estirarse más allá de lo que suceda este domingo en las generales. Ya camina con traje de presidenciable.
“Argentina necesita un cambio radical”, arengó en el acto de Ferro, convocado bajo el lema “El radicalismo volvió a la cancha”, que lo tuvo como orador de fondo ante una tribuna de intendentes, gobernadores y autoridades del partido centenario que aplaudían su irrupción con el mismo entusiasmo con el que, en mayo pasado, le pedían que se sumergiera en la política partidaria.
Allí desenfundó la épica alfonsinista, recurriendo constantemente a citas del presidente de la restauración democrática para levantar a una militancia boinablanca que aún no prende en fervor ante la ingeniería discursiva de charla TED sobre la que pivotean sus prédicas en torno a la “revolución del conocimiento” y los diagnósticos dicotómicos de miedo-esperanza sobre los que se “movilizan las sociedades”.
Mientras Santilli acentuaba sus recorridas de campaña en diversos puntos bonaerenses, Manes desplegaba una minigira de corte nacional para respaldar a candidatos y candidatas radicales en distintas provincias. Primero, en Santa Fe, junto a Carolina Losada y Dionisio Scarpin. Luego, en Misiones, para empujar la candidatura a diputado nacional del concejal radical de Posadas Martín Arjol, y en Corrientes, para participar de actividades en tándem con uno de los principales promotores de su posicionamiento nacional, el gobernador correntino, Gustavo Valdés. “Facundo trasciende la provincia de Buenos Aires”, había exclamado el mandatario. Manes devolvió: “Hace meses no imaginaba que iba a ser candidato y Gustavo tuvo que ver en mi decisión”.
También recorrió Chaco, donde habló de su planteo de una “Argentina federal”, y Formosa, donde afiló dardos contra Gildo Insfrán. “Hay una proyección nacional evidente, que incluso trasciende al propio radicalismo bonaerense”, deslizan voces cercanas al neurólogo que dan cuenta de relaciones aceitadas con dirigentes de otras provincias como el intendente de Rosario, Pablo Javkin, y el mencionado Valdés.
Cinco provincias y un acto con perfil nacional. Antes de todo eso, hizo un road show por España para promocionar su libro en su faceta de divulgador de la neurociencia, pero allí también empezó a mostrar su cara política, reuniéndose con argentinos residentes en el país ibérico –foto con el boxeador Maravilla Martínez, por ejemplo-.
Esas acciones son, además, complementadas por una dirigencia y un aparato partidario que se orienta a darle un marco teórico al nuevo posicionamiento del radicalismo sobre la escena política nacional y el rol clave del neurólogo en ese cambio de paradigma. “El partido Radical argentino resurge de las cenizas”, reza el título de un artículo de El País de España difundido por diversos dirigentes de la UCR, incluido el propio Manes.
“Un partido puede existir, pero sin Buenos Aires no es alternativa. La competencia en Buenos Aires hizo verosímil que el radicalismo pueda ser de todo el país”, analizó el diputado Mario Negri en ese artículo, donde se marca una lectura partidaria centralizada en que la irrupción del neurólogo puso fin a un proceso de “provincialización” de la UCR, devolviéndole su perspectiva nacional.
El radicalismo apunta a engrosar su tropa legislativa en terreno bonaerense, de repetirse los números de septiembre el próximo domingo, pero, más allá del mojón de las generales, la UCR en general y Manes en particular ya aceleraron el tranco de su paso pensando en la carrera nacional a 2023.