Segundo Tiempo

Bullrich va por todo: poder en el Congreso y perfil halcón para JXC

La jefa del PRO presiona para que la oposición endurezca su postura y ya no se calla. Larreta en la mira y diálogo con liberales. Valijas listas para otra gira.

No ganó una banca, pero es presidenta del PRO y hará valer su cargo. Patricia Bullrich  recorrió el país con eje en las provincias que pusieron en juego bancas en el Senado y ya prepara otra vez las valijas para encarar el segundo tiempo posterior a las elecciones, un tiempo en el que está convencida de que Juntos por el Cambio (JxC) debe profundizar su discurso opositor y rechazar una invitación al diálogo que licúe los votos conseguidos. Ella misma dijo por TV lo que su entorno mascullaba desde la noche del domingo, donde las caras de los distintos búnker mostraron una paradoja: "Teníamos una expectativa mayor en la Ciudad, en el resto del país el festejo fue absoluto". Tal como lo dijo, hubo más felicidad en el Frente de Todos que en la principal oposición. Se esperaban más votos en la Ciudad y ahora le cobran la factura al tándem que componen Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal  más que a Diego Santilli en la provincia, cuya performance reconocen. Por eso, el reclamo tras las urnas es por el perfil que deberá tener la coalición y para pulsear acerca de quién representará en el Congreso las voces más duras. Antes que la pelea con el oficialismo, se librará un debate interno en ambas cámaras.

 

Bullrich hoy hace cuentas. Cuando se corrió de la pelea porteña y aceptó que la precandidata fuera Vidal, se aseguró de ubicar en las listas de todo el país a dirigentes afines. Hasta le dio la espalda en La Rioja al presidente del PRO, Julio Sahad, y pactó con la UCR. Algo parecido hizo en Formosa. En la Capital ubicó en la boleta a dos probados halcones como Fernando Iglesias y Sabrina Ajmechet y en la lista bonaerense a Gerardo Milman, que la secundó en el ministerio de Seguridad y hoy es su estratega bonaerense y nacional. Ese plan la llevó a cosechar la mitad de los escaños del PRO, aseguran cerca suyo, donde se alistan a reclamar lugares de poder dentro del Congreso. De las 52 bancas que podrían tener, un 50% podría alinearse con los halcones que se recuestan más del lado de Mauricio Macri y de Bullrich.

 

Juntos por el Cambio reclamará en el Senado y en Diputados algunas comisiones clave a partir del 10 de diciembre. En ese reparto, Bullrich hará valer sus números y el resultado de lo que considera fue su estrategia: focalizar la campaña en restar poder a Cristina Fernández en el Senado. Insiste en que la movida fue efectiva porque ganaron en seis de las ocho provincias en disputa y le redujeron al kirchnerismo un bloque de 41 integrantes a otro de 35.

 

Además de las comisiones en el parlamento, los roles más importantes son las jefaturas de bloques e interbloques. Hoy Cristian Ritondo preside la bancad del PRO y Mario Negri preside tanto el bloque de la UCR como el interbloque de la alianza opositora. En Córdoba, Negri perdió la interna frente a Luis Juez, que tuvo como única madrina a Bullrich. El problema es que Juez fue electo senador. En la Cámara baja, entonces, el sector de la jefa partidaria buscará otro nombre. ¿Milman será su elegido para ocupar algún cargo? Es probable, porque Bullrich no volverá a ceder.

 

La presidenta del PRO esgrime un argumento del que pocos hablan: la estrategia porteña ayudó al crecimiento de Javier Milei, no retuvo los votos de las PASO (bajó un punto), no alcanzó el 50% esperado y además el larretismo quedó con un inseguro cuórum propio en la Legislatura de la Ciudad. A partir del próximo 10 de diciembre, el oficialismo porteño tendrá 32 bancas, solo una por sobre lo requerido como mayoría simple, pero se trata de 32 voluntades entre propias y aliadas. Un panorama riesgoso, incómodo y nuevo para el jefe de Gobierno que sacó a Santilli de vicejefe y obligó a recambios en el legislativo.

 

En el nido halcón dejan bajo un paraguas la performance de Santilli que logró un triunfo por tercera vez en democracia para una fuerza no peronista frente a un peronismo unido. Solo había ocurrido con Alejandro Armendáriz en 1983 y con Graciela Fernández Meijide en 1997. Otros triunfos no peronistas enfrentaron a un justicialismo partido, donde Felipe Solá, Florencio Randazzo o Sergio Massa con Margarita Stolbizer dividían al electorado.

 

Para los dos años que vienen Bullrich busca convencer a sus socios de que no hay otro camino que el endurecimiento de la voz opositora. Repiten que tanto Vidal como Santilli tuvieron que agrietar su discurso y que lo que más pesó fue el lema "saquémosle los senadores a Cristina". "Tenemos que discutir nuestro perfil, ¿vamos a ser una oposición tímida que arregla con Massa o vamos a representar lo que votó la gente?", preguntan.

 

En las oficinas de la calle Bolívar hablan de matemáticas más que de política. En territorio bonaerense no sumaron a José Luis Espert, que si el recuento lo confirma se quedaría con tres bancas en la Cámara de Diputados más lo que coseche en la Legislatura provincial y concejos deliberantes. La cosecha porteña dio menos que la suma de lo conseguido en Corrientes por Gustavo Valdés, en Mendoza por Rodolfo Suárez y en Jujuy por Gerardo Morales. Y plantean: la UCR logró más que Rodríguez Larreta. Esas son las cuentas que sacan mientras le preparan el traje de precandidata a presidenta a Bullrich, aunque no hablen de eso, y se enojen con las pintadas que ya aparecieron promoviendo al alcalde capitalino para 2023. 

 

El encono no es solo por el análisis de los resultados, sino por una forma de presionar internamente para lo que viene. Macri se retiró enojado del búnker en Costa Salguero porque sintió que lo querían invisibilizar. En su discurso, Vidal lo nombró recién cuando un grupo de militantes gritó a favor del expresidente.

 

En on the record, Bullrich habla de trabajar en equipo y no como individualidades. Para cuando se resuelvan las cuitas internas en el Congreso y los ejes del discurso opositor, se enfocará en ampliar la base de Juntos por el Cambio y sumar a las tropas liberales que les restaron caudal electoral en esta elección.

 

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