Las grandes batallas políticas hoy se libran por chat. "No sos la dueña, sos la presidenta del PRO", le lanzó a Patricia Bullrich un importante diputado nacional que como presidente de su distrito se solidarizó con su par de La Rioja. El cruce animó a otros jefes amarillos, que le reprocharon a la exministra su viaje en apoyo a postulantes del radicalismo y no del PRO. Varios líderes distritales pusieron las barbas en remojo cuando Bullrich intervino a sola firma de decreto y sin consulta institucional seis distritos. Solo se rebeló el riojano Julio Sahad, que no había acordado con el radicalismo una lista de unidad y empujó la ruptura de Juntos por el Cambio (JxC) a nivel local. En cambio, acordó el regreso de Felipe Álvarez, diputado de origen peronista que encabezó la lista dos años atrás pero luego dejó el bloque opositor. Sahad además tiene el respaldo de Horacio Rodríguez Larreta, por lo que está claro cuál es la batalla que se libra en territorio opositor.
El diputado riojano que cobró notoriedad en 2020 por ser el primer legislador contagiado de coronavirus judicializó la contienda, pero arrancó con un fallo en contra de la Cámara Electoral que dio el uso de la marca JxC a la lista radical. Luego, la jueza María Romilda Servini anuló la intervención y repuso a Sahad como presidente del PRO local. Un tercer fallo le acaba de quitar al radicalismo (que solo lleva una postulante afiliada al PRO) la posibilidad de usar el sello de la malograda alianza y obliga a reimprimir las boletas multicolor. Esa lista es la que fue a amadrinar Bullrich esta semana. En la cuna del menemismo, la titular del PRO a nivel nacional, a la que el larretismo apoda "La reina" y el macrismo "La dueña", se paseó por Chilecito y Nonogasta del brazo de Julio Martínez e Inés Brizuela y Doria, referentes radicales. Tal vez para cuidar las formas, Bullrich limpió su TL y hasta ¿casualmente? cortó al senador Martínez en las fotos de la conferencia que compartieron. Detrás suyo, pusieron carteles del PRO y de JXC, pero los paredones riojanos quedaron empapelados con la imagen de la exministra y los precandidatos radicales.
Empoderada por los vivas que cosechó, Bullrich regresó a la Capital Federal y se despachó contra la que considera una 'okupa' de su lugar, María Eugenia Vidal. "Yo era mejor candidata y hubiera sacado más votos", se vengó en TV, a pesar de decir que piensa votarla. Se sospecha en su distrito de un acercamiento con el radical Gerardo Morales, gobernador de Jujuy con intenciones presidenciales que también le marca la cancha al jefe porteño.
Flores a Guzmán
El raid mediático del expresidente Mauricio Macri y su defensa sobre la toma de deuda ante el FMI animó al kirchnerismo duro a subir al ring a Martín Guzmán. El ministro de Economía se ocupó toda la semana de contestarle al exmandatario en tribunas con público empresario, legislativo, jóvenes y militantes. En el Senado, hasta lo recibieron con fresias blancas perfumadas, las que le gustan a Cristina Fernández. El personal del comedor, en desuso por la pandemia, decoró el Salón Azul con manteles blancos y delicados arreglos florales para la exposición del ministro, un guiño K nunca visto en una reunión de comisión.
El lunes, José Mayans, jefe del bloque del Frente de Todos en el Senado, viajó por tierra desde Formosa para acordar con "la Jefa" la reunión de la Bicameral de seguimiento de la Deuda que él mismo preside. Hábil, CFK redobló la apuesta y mandó a convocar a reunión presencial a la que solo se animó el diputado Luciano Laspina, precandidato del PRO en Santa Fe. Dicen que hubo un fuerte debate en JxC, interbloque que el miércoles a la noche avisó que asistiría al encuentro y doce horas después se desdijo. El jueves, diputados y diputadas de la oposición pidieron habilitación para conectarse en forma remota, mientras senadores y senadoras pegaban el faltazo. Convenció a sus pares Martín Lousteau, con el argumento de "no prestarse a un circo electoral".
La exposición de Guzmán fue técnica y política. Pidió un "Nunca Mas" para el endeudamiento, mientras en soledad Laspina intentaba desarmar sus argumentos. No hubo más que algún cruce con Laspina y cero show. Sobre el final, el santafesino se retiró abruptamente molesto porque el ministro insistió con la fuga de capitales. Invitados especialmente, no asistieron ni Mario Negri ni Luis Naidenoff, jefes de los bloques radicales en ambas cámaras. El oficialismo tomó nota para cuando la oposición reclame reuniones presenciales.
Antes y después de su presentación en el Congreso, Guzmán se rodeó de ultrakirchnersimo. El jueves fue a Mendoza con Anabel Fernández Sagasti, la senadora más cercana a CFK, y el miércoles fue a Tucumán y a Salta con Eduardo "Wado" de Pedro, que sorpresivamente se hizo acompañar por la diputada y sindicalista Vanesa Siley, para quien La Cámpora quiere un lugar en la CGT. Nadie ocultó las intenciones del viaje: apoyar a Juan Manzur en la pelea con su vicegobernador, Osvaldo Jaldo, que lo desafía en la interna como precandidato a diputado nacional. Tras visitar un ingenio y almorzar con una docena de integrantes de la dirigencia y postulantes locales, Guzmán y De Pedro hablaron en un acto en el hipódromo tucumano, donde el ministro de Economía se recostó sobre las tablas del escenario para las selfies cual rock star.
Visiblemente cómodo, Guzmán respondió a los cuadritos de Macri, mientras Manzur le decía "Pinocho" a su vice y señalaba en pantalla gigante los mensajes de apoyo de Sergio Massa y Máximo Kirchner, que habían prometido estar pero mandaron su saludo en formato de video. No fueron convincentes las razones de las ausencias, aunque ambos elogiaron en forma contundente al gobernador que más apoyó al Presidente.
El Nunca Jamás solo existe en los cuentos. Tucumán es el ejemplo. La provincia apuesta al plan de vacunación como muestra de gestión. El primer candidato a senador nacional por Lealtad, la lista de la que Manzur es suplente, es Pablo Yedlin, exministro de Salud provinicial, diputado nacional y presidente de la comisión de Salud en el Congreso. La lista para Diputados la encabeza la actual ministra de Salud, Rossana Chahla. También ella jugó con habilidad, y consiguió fotos solo posibles en un país tan centralizado que ni mira lo que pasa más allá de la General Paz.
Esta semana, Chahla invitó a Tucumán al mediático médico Claudio Zin, una figura fuerte y voz crítica y ampliada por la señal La Nación+, el canal más opositor de estos tiempos. La ministra candidata lo paseó por el hospital Néstor Kirchner, visitaron vacunatorios y como broche de oro lo sentó en el despacho de Manzur, que por decreto lo declaró huésped de honor.