"Te salió un nuevo candidato a gobernador", bromeó Mauricio Macri distendido y dirigiéndose a Cristian Ritondo, jefe del bloque del PRO en la Cámara de Diputados. El expresidente avisó al juzgado de Dolores que llegaría un poco tarde a la declaración indagatoria en la causa por presunto espionaje ilegal a las familias de la tripulación del ARA San Juan y apenas pasó 15 minutos por la municipalidad, donde este miércoles, como la semana pasada, funcionó una especie de búnker en el que le hizo el aguante la dirigencia amarilla. Afuera, sin acto ni escenario, se destacó un pasacalle con la leyenda "Macri presidente, Camilo gobernador". No cayó bien tanto apuro electoral entre quienes viajaron de Capital al municipio bonaerense y vieron cómo Etchevarren, el intendente local, aprovechaba la oportunidad y no se despegaba del exjefe de Estado. Incluso la semana pasada hubo quien advirtió que no estaba previsto que el jefe comunal hablara sobre el escenario, ya que los únicos discursos acordados habían sido el de Macri y el de Patricia Bullrich como presidenta del PRO. Sin embargo, el anfitrión dispuso la logística en las dos presentaciones de Macri ante el juzgado que subroga Martín Bava y hasta instó al personal y a militantes a manifestarse a favor.
Como en una serie, este capítulo tuvo otra sorpresa. Gabriela Michetti, que permanece con bajo perfil entre su PH porteño y la casa de sus padres en Laprida, viajó para hacer público su respaldo. Desde que terminó su mandato como vicepresidenta de la Nación evitó toda exposición y aseguran cerca suyo que no volverá a mostrarse ni dará entrevistas, más que lo que dijo ante la prensa que viajó como ella. Consideró, cuentan, que era necesario estar junto a quien acompañó en la fórmula y destacar que en el gobierno que integró ni Macri ordenó espiar ni hubo funcionarios que lo hicieron por las suyas. Michetti incluso se autoexcluyó del acto de despedida a Macri en Plaza de Mayo frente a la Casa Rosada en diciembre de 2019. Sí estuvo, como gran parte del gabinete macrista, en la presentación del libro Primer Tiempo en marzo de este año.
Michetti llegó antes que el expresidente e ingresó al municipio por una puerta lateral porque la entrada principal tiene escaleras y no podía subirlas en silla de ruedas. Dos veces en los últimos dos años se juntó con el expresidente, aunque aseguran que intercambian mensajes o hablan con asiduidad. A diferencia de la semana anterior, hoy salió de la escena Patricia Bullrich, que estuvo en Ituzaingó con Diego Santilli. El protagónico quedó para Michetti, que defendió al Gobierno de Cambiemos y repitió que la causa que investiga el supuesto espionaje a las familias de la tripulación del ARA San Juan "es un disparate".
"Cuidado, paren que está Gabriela", gritó el diputado nacional Álvaro González, cercano a Horacio Rodríguez Larreta cuando, como en un scrum, militantes, custodias de Macri y periodistas se abalanzaron sobre ambos, algunos para acompañar y otros para sacarse fotos mientras el exmandatario caminaba y Michetti se desplazaba en su silla de ruedas en dirección al juzgado.
Los ideólogos de la puesta en escena, con tono casual, fueron Hernán Lombardi y Fernando de Andreis, quienes junto al secretario Darío Nieto son los más cercanos a Macri. De los tres, dos son candidatos por pedido del expresidente. Lombardi es candidato a diputado nacional por Buenos Aires (vive en Pinamar) y Nieto (cuyo domicilio fue allanado en el marco de la causa por presunto espionaje) es candidato a legislador de la Ciudad, aunque si accede a la banca la Legislatura porteña no otorga fueros. Lombardi viajó adelantado el martes por la noche para disponer todos los detalles. Solo se escapó de su libreto el propio Macri, que le quitó el micrófono al periodista de C5N Nicolás Munafó y luego lo tiró al piso.
Macri en la casa del intendente de Dolores.
A diferencia de siete días atrás, no hubo un viaje organizado. Esta vez Ritondo no dispuso de un micro para integrantes de su bloque. Cada cual se desplazó hasta Dolores en su vehículo particular.
"El objetivo político está cumplido", decía el exsecretario de Medios de Cambiemos con respecto a la exposición del caso el jueves pasado. Para Lombardi, como para el resto de quienes bancaron a Macri, el juez Bava quedó expuesto al no disponer de la autorización para que el expresidente revelara secretos de Estado. Y también, insistieron, el presidente Alberto Fernández dejó clara su posición al firmar el mismo día, antes de viajar a Roma, el decreto con el permiso especial. "Un decreto de estas características lleva por lo menos un trámite de una semana", repetía entrevista tras entrevista Lombardi.
Coincidió con él cada acompañante de Macri, en su totalidad del PRO excepto Javier Campos, un amigo de Macri que revista en la Coalición Cívica, partido que como la UCR tomó distancia por no compartir la "épica" macrista. La coincidencia discursiva no fue casual. Al igual que en los tiempos del gobierno de Cambiemos, y como en campaña, volvió el "esto estamos diciendo". El mensaje que se compartió de chat en chat fue el mismo que repitió el abogado Pablo Lanusse, Macri en la entrevista con Juanita Viale, Ritondo y la totalidad de quienes ofician como portavoces, que tienen además roles institucionales.
El "manual" apunta que el expresidente "está tranquilo y sabe qué hizo y qué no hizo"; que "siempre dio la cara"; que "está clara la intención política" de la causa y que este caso debe enmarcarse como un paso en la campaña electoral. Se destacó también que debe señalarse que el Presidente "en una hora respondió el pedido del juez" y mencionar a las víctimas. "Lo más triste de todo es que están usando el dolor de los 44 tripulantes y sus familias", se destaca y se compara con el caso de Santiago Maldonado. "Lo hicieron y lo volvieron a hacer", concluye el alegato a repetir en defensa del jefe máximo de los halcones.
El cierre no fue con asado en una parrilla rutera. Macri se fue al Golf Club Dolores. Hizo unos tiros en el driving así como estaba, con zapatos náuticos, jean y camisa.