Guillermo de Rivas, candidato a intendente de Río Cuarto. Delfín de Juan Manuel Llamosas, reúne avales de Juan Schiaretti y Martín Llaryora.
Guillermo de Rivas, candidato a intendente de Río Cuarto. Delfín de Juan Manuel Llamosas, reúne avales de Juan Schiaretti y Martín Llaryora.
Guillermo de Rivas se convirtió oficialmente en candidato a intendente por el peronismo de Río Cuarto. Al menos del sector que responde a Juan Manuel Llamosas, que controla el PJ orgánico y espera retener el gobierno de la capital alterna de Córdoba. Entre la concurrencia destacaron representantes de Juan Schiaretti, en un claro gesto hacia la campaña que ya inicia.
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En el acto de lanzamiento, que no fue presentado como tal, De Rivas descubrió los ejes de su propuesta. El primero de ellos opera ya como santo y seña para el Partido Cordobés: la seguridad.
Bajo esa consigna, el secretario de Gobierno tomó la madeja que había dejado Martín Llaryoraen su primer acto oficial como gobernador en la "ciudad imperial": incorporación de agentes policiales, refuerzo de las guardias urbanas (ya en funcionamiento), la instalación en Río Cuarto de la Policía Antinarcóticos y la construcción de una cárcel metropolitana “alejada" del conglomerado urbano.
Los pilares del otro eje también suenan a la moda: inversión en energías renovables, tratamiento de residuos sólidos, movilidad urbana y obra pública “estratégica”, otra marca del cordobesismo. Todo para lograr “una ciudad habitable y sustentable, centrada en las personas; una ciudad de oportunidades, que sea productiva e innovadora”, repitió.
Organizadores y voceros destacaron la composición de la audiencia: industriales, empresariado, profesionales, comerciantes y emprendedores. Para ese segmento, especialmente, quedaron promesas de fortalecer “el emprendedurismo y la innovación” y el compromiso de un “municipio inteligente”.
Por contraste, aquella definición precisa el target de la campaña del representante del llamosismo. “Todos las personas invitadas son gente prestigiosa. Apuntamos a las clases media y alta. Guillermo es de ahí. Lo conocen bien”, señalan voces que recuerdan que De Rivas padre fue uno de los fundadores del club de rugbyUrú Curé.
Como contrapartida, remarcan que Llamosas goza de muy buena imagen en los sectores marginados de la próspera ciudad. Por ende, será allí donde trajinará la mayor parte de la campaña.
“Guillermo será el protagonista. Pero Juan Manuel lo acompañará, complementando donde sea necesario”, sintetizan voceros a Letra P.
Aval implícito de Juan Schiaretti
Entre los asistentes, junto a Llamosas, destacaron nombres de reconocida pertenencia schiarettista, como Darío Fuentes, presidente del Concejo Deliberante, y Marcelo Bressan, secretario de Servicios Públicos.
Estas presencias son apuntadas como muestra inequívoca de un apoyo impensado semanas atrás, cuando Adriana Nazario contaba como propios los porotos schiarettistas. Sobre todo, luego de la admisión de que avalarían a quien “mejor midiera”. Tal opción reposaba sobre las históricas diferencias entre terminales del “Gringo” y el oficialismo riocuartense.
Guillermo de Rivas, candidato a intendente de Río Cuarto
Guillermo de Rivas, candidato a intendente de Río Cuarto. Delfín de Juan Manuel Llamosas, reúne avales de Juan Schiaretti y Martín Llaryora.
En las próximas semanas, De Rivas profundizará esa sintonía, mostrándose en todo acto público y en cada visita del gobernador a la ciudad. Funcionario al fin, también participará de encuentros de gestión.
Desde el Palacio de Mójica invierten la apuesta. Según anticipan, en breve comenzarán a develar nombres boinablanca que se sumarán a su propia versión del Partido Cordobés. Algunos ya se dan por descontados, como los que tributan al radicalismo auténtico de Myrian Prunotto.
El factor Abrile
Pero el máximo objetivo es el médico Abrile, con quien mantienen conversaciones desde hace semanas. Lo necesitan, ya como parte de la coalición, ya desactivando aquel proyecto de Parodi.
De acuerdo a los cálculos llamosistas, ninguno de los postulantes arranca con un favoritismo claro. Menos aún considerando dos datos en las encuestas: el elevado porcentaje de indecisos, superior al 20%; el descrédito en la política, que deriva en apatía o inclinación por outsiders.
Las proyecciones parecen ilusorias, coinciden coralmente los opositores. A sólo 90 días de las elecciones, manifiestan inquietud por el aparato del PJ, más que por el peso propio del candidato oficialista.