A mediados del pasado año, Gabriel Abrile se proyectaba como el candidato con más chances de derrotar al peronismo de Río Cuarto en las elecciones municipales que se celebrarán en 2024. Seis meses después, ya derrotado en la interna radical por Gonzalo Parodi, el nombre del médico se ha convertido en un intríngulis para la oposición. Particularmente para Juntos por el Cambio (JxC), que aún no puede incluirlo en una estrategia que suma aliados extra sin vencer miradas de desconfianza.
Sin explicaciones oficiales, Abrile ha dejado correr rumores que lo vinculan con otros espacios, desde una formación libertaria hasta sellos riocuartenses. También, con peronistas disconformes con el manejo preelectoral que realiza el intendente Juan Manuel Llamosas.
Sobre el cierre del año, versiones anticiparon un inminente acuerdo con Parodi, quien le asignaría un rol relevante tanto en campaña como en un hipotético gabinete para la gestión municipal. Desde el entorno del concejal se apuran a enfriar las especies. Según explican, no van a admitir concesiones que desconozcan su condición de candidato oficial, definido como tal en las elecciones realizadas en septiembre de 2023, que marcaron un récord de asistencia para una disputa por cargos entre correligionarios.
Diálogos
“Hay diálogos, no negociación. No estamos negociando nada con nadie. Hay diálogos por los espacios que se ocupan, así como para implementar ideas que haya presentado otro precandidato. Pero se negocia en otras situaciones, en condiciones de igualdad. Por ejemplo, si no hubiese existido un proceso interno”, dicen en el entorno del exsecretario de Desarrollo Social durante la gestión de Juan Jure.
No resulta casual la evocación de la compulsa que involucró a tres dirigentes radicales para definir postulante, que también protagonizó a Gonzalo Luján. Pese a algunas resistencias originales, fue interpretada como un elemento legitimador para quien resultara escogido.
Ufanos, desde el radicalismo riocuartense señalaron como ejemplar el proceso. Interpretan también que, por correlación de fuerzas de los partidos que integran la alianza, el vencedor de la contienda actúa, de hecho, como el representante de JxC para las elecciones municipales que aún no tienen fecha.
“A partir de la interna hay un orden para los cargos. Abrile que salió segundo, tiene tres concejales entre los primeros 10. Marcos Curletto, hombre de Luján, que quedó afuera por pocos votos, coordina equipos técnicos. Nosotros respetamos lo definido, acorde a la historia de un partido de 135 años. Hay diálogos por espacios, otras cosas son innegociables”, enfatizan desde el entorno del edil.
Los votos
Excandidato en 2020, Abrile parecía favorito para los comicios que finalmente permitieron la reelección de Llamosas, en la primera sucesión de gobiernos peronistas desde la vuelta de la democracia.
Exsecretario de Salud, también durante los mandatos de Jure, adjudicó su derrota a la decisión del oficialismo de postergar los comicios, desde marzo a noviembre de aquel año. Desde el Gobierno aseguran que sólo lo hicieron para cuidar a la población, en pleno pico de contagios.
Desde entonces el exjugador de rugby persigue tanto un resarcimiento como un reconocimiento. Especialmente de sus pares cambiemistas: con aquellos resultados a la vista consideraba que debía retener la pole position para una eventual puja interna.
Desde tal convicción, aseguran, nunca terminó de asimilar la realización de una interna abierta. La intervención del peronismo local obró primero como temor, luego como justificante de la derrota a manos de Parodi. Aún hoy, pasados cuatro meses, muchas voces coinciden en que “el doctor” cuenta con la mayor cantidad de adhesiones puramente cambiemistas en el espacio.
Sin terminar de metabolizar lo ocurrido, sentado sobre votos que considera propios (de los 23.800 de 2020 a los 4.500 de la interna), Abrile ha enviado ya suficientes mensajes que ponen en duda su adhesión a la convocatoria de Parodi, detrás de la cual parece haberse cerrado todo el arco de JxC.
Abrile y Parodi en Rio Cuarto.jpg
Semanas atrás, en declaraciones a FM Gospel, Rodolfo Eiben, referente del armado libertario en Córdoba, admitió diálogos con el médico. Días después alguien acercó el sello PAIS, con representación ya en el Parlamento local. Fuentes extraoficiales mencionaron a medios locales que sectores del peronismo también harían su intento por seducir al dirigente radical.
“No creo que el Gabi haga eso. Es orgánico. Tiene una historia que respetar. Sería grave si rompiese después de haber existido mecanismos de definición de los que él mismo participó”, sentencia a Letra P un dirigente boinablanca.
Opción
La indefinición del excandidato también influye sobre las cuitas del peronismo local, que parece dividir energías en un cardumen de candidatos, desde el llamosista Guillermo de Rivas hasta Adriana Nazario, quien en estos días ha sumado algo más que anuencia desde el schiarettismo.
La posibilidad de una fractura en JxC es seguida con atención desde el Palacio de Mójica. No sólo porque permite distraer atención de sus propias internas, sino porque entienden que la fragmentación opositora favorecería a cualesquiera de los compañeros que pretenden suceder a Llamosas.
Por el contrario, una reunificación de la alianza opositora, con una campaña en la que todos los nombres de peso se muestren juntos, especialmente los mencionados radicales, podría presentarle un escenario mucho más complejo que hace sólo cuatro años.
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Para más, ya analizan un dato que los inquieta: sin referentes de peso, sin anclaje local, los votos libertarios, que apoyaron rotundamente a Javier Milei en las elecciones presidenciales, se inclinarían por la mejor opción que presente la oposición.