Daniel Passerini iniciará las sesiones ordinarias del Concejo Deliberante de Córdoba remarcando que los ejes seguridad, salud, asistencia social y educación son las vigas por las que edificará su gestión. Sobre ellas prevé acciones con fuerte presencia del Estado, ofreciéndose como contracara de Javier Milei. Por el contrario, remarcará continuidades y articulación con Martín Llaryora.
En su discurso de rigor, en un acto previsto para este viernes a las 9, el intendente de la ciudad de Córdoba no se privará de anuncios. Todos tendrán el mismo encuadre interpretativo: un preocupante contexto social en el que convergen una crisis económica que avanza raudamente y un ajuste que se profundiza al son de la pelea que el Presidente propone a las administraciones provinciales y municipales.
El primer anticipo será el lanzamiento oficial, durante la próxima semana, de las denominadas guardias urbanas, personal sin formación policial que se sumará a tareas de vigilancia barrial.
Rebranding de las policías municipales, es uno de los proyectos que prevé como esenciales para una administración que quiere brindar rápidas respuestas al problema que rankea primero en las encuestas que manejan en la sede de la intendencia y que, según prevén, se profundizará al calor de la omnímoda crisis económica.
Mano tendida a Martín Llaryora
La puesta en marcha de las guardias urbanas de la ciudad de Córdoba implica también la concreción de uno de los proyectos más sonados durante la campaña del gobernador, entonces intendente, Llaryora. Presentado como disruptivo, fue Passerini, entonces viceintendente, el primer candidato en incorporarlo a su plataforma electoral.
Otros anuncios pavimentarán la continuidad entre los nuevos nombres fuertes del peronismo local, algo que es presentado como atributo desde un oficialismo que por ahora ha debido sosegar sus rictus expansivos.
Entre ellos, desde el entorno del médico tóxicologo destacan la vigencia de un modelo educativo que inició actividades sin conflictos. Como muestra, apuntan la construcción de tres edificios para el funcionamiento de jardines municipales y la ampliación de otros tres.
También enfatizan la centralidad de la salud en una hoja de ruta que incluye inversión en equipamiento y la remanida promesa de obras para el Hospital de Urgencias. Junto a ello, la concreción del Hospital Veterinario Municipal, proyecto que registra antecedentes de diverso origen.
Además, el intendente anticipará la ampliación edilicia del Hospital Príncipe de Asturias. Inaugurado en 2011, el centro de salud concentra su atención para la populosa zona sur de la ciudad. Principalmente a Villa El Libertador, un barrio estragado por la exclusión.
En las antípodas de Javier Milei
Presente en el discurso de asunción como intendente de la capital provincial, la participación activa del Estado municipal en educación y salud será ofrecida como contracara del “deshumanizado” modelo de motosierra y licuadora que aplica el Presidente.
Dicho modelo, destacan en el Palacio 6 de Julio, ya impacta en un notorio aumento en la demanda de asistencia social. Vinculada a restricciones por la caída del poder adquisitivo y la galopante inflación, la poda de programas sociales reconduce los reclamos hacia los municipios.
Sobre un presupuesto concebido como elástico, el intendente prometerá un refuerzo en la asistencia comunitaria, que tendrá en el centro a comedores y merenderos municipales.
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Daniel Passerini busca una gestión de cercanía.
En simultáneo, el alcalde pondrá foco en derivación de la crisis: la demanda por salud mental y consumos problemáticos. Tal diagnóstico responde tanto a la experiencia que recoge en su consultorio de barrio Müller, como a los datos que recopila el sistema de atención primaria de la salud.
El mismo análisis devuelve atención a la inseguridad. Desde la intendencia señalan su concurrencia con el consumo y tráfico de drogas. “No tenemos una dimensión narco como otras ciudades, sino que están dadas las condiciones para que el narco aparezca como salida los que quedan fuera de todo”, matizan.
Subsidios para Córdoba
El discurso del intendente recopilará la reciente saga de enfrentamientos en torno a la quita de subsidios para el transporte urbano del interior del país.
Al frente del grupo de dirigentes que han inspeccionado diversas formas de reclamar la restitución de los fondos, incluyendo vías legales, Passerini ratificará su sintonía con la mirada que pone a las administraciones provinciales y municipales como víctimas de la mirada porteñocentrista que también promueve Milei.
Desde allí justificará los sucesivos aumentos en el valor del transporte urbano de la ciudad, que llevaron el valor del boleto a los 700 pesos y permanecen sujetos a revisiones mensuales.
Estas actualizaciones se darán sobre un nuevo esquema de prestación del servicio urbano de pasajeros, que será licitado en una fecha aún no precisada, acaso el próximo año. El dibujo actual, que ya excluye a la correntina Ersa, contempla un fortalecimiento, siquiera transitorio, de la empresa estatal Tamse.
La ausencia de fondos tampoco será excusa para parar obra pública. Passerini anunciará un plan de desagües, que incluirá la construcción de cuatro durante el año en curso y la recuperación de dos ubicados sobre la vera de la Cañada.
Las deudas de Córdoba
Este anuncio no sólo responde a las consecuencias de las recientes lluvias sobre la capital mediterránea. Se enmarca también en las incipientes discusiones para un nuevo código de edificación para una ciudad que manifiesta múltiples problemas derivados de un crecimiento urbano guiado por la pura especulación inmobiliaria.
Sin descuidar el vínculo con los desarrollistas, el alcalde propondrá un foco de “cuidado del ambiente” para la política urbana de los próximos años. El cuidado de los espacios verdes de la ciudad, en particular aquellos codiciados para emprendimientos, será un punto neurálgico.
Finalmente, el exjefe comunal de Cruz Alta anunciará el pago de 25 millones de dólares correspondientes a intereses de la deuda que la Municipalidad contrajo en 2016, durante la gestión de Ramón Mestre, y que ya fuera reprogramada por Llaryora en 2020.
Tal desembolso, remarcan fuentes oficiales, se hará con fondos propios. En paralelo, continúan las negociaciones para reperfilar vencimientos de capital por 150 millones de pesos.