A casi un año de las elecciones para la renovación de autoridades en Río Cuarto, ya comenzó la carrera hacia el palacio municipal ubicado en el pasaje de la Concepción. El oficialismo local procurará retener el control de la capital alterna de la provincia, pero hay al menos cuatro aspirantes en el peronismo para suceder a Juan Manuel Llamosas, quien deberá asumir como legislador de Hacemos Unidos por Córdoba en diciembre próximo, un año antes del vencimiento de su mandato municipal.
Mediante un video compartido a través de Whatsapp, el exfuncionario no sólo hizo explícita su intención, expresada al propio Llamosas en febrero. En el mismo mensaje, Vieyra se presenta como continuador de una gestión de la que se siente parte importante desde el primer día. “Junto a Juan Manuel iniciamos un camino que no puede parar. Hicimos mucho, pero aún queda mucho más por hacer”, afirma el abogado, especialista en derecho previsional.
Mala cosecha
El tono del video presenta contrastes con narrativas sobre su salida, producida sólo dos semanas después de las elecciones provinciales. En tales comicios la diferencia en favor del oficialismo fue menor a la esperada, con resultados adversos en circuitos considerados previamente favorables. Entre ellos, la ciudad de Río Cuarto y el departamento homónimo, regiones en las que se impuso por buen margen la fórmula de Juntos por el Cambio que encabezaba Luis Juez.
Los resultados alentaron una serie de cuestionamientos en torno al proceso de búsqueda de votos en la región, donde se suponía que la buena gestión de Llamosas, muy promocionada incluso a través de encuestas difundidas a nivel nacional, reportaría un cuantioso apoyo a su par capitalino.
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El exfuncionario de Llamosa, Camilo Vieyra, lanzó su candidatura.
Sin embargo, tanto el gobierno riocuartense como el propio Vieyra desvinculan su salida de una búsqueda de responsables por aquella cosecha defectuosa, que también impacta en el peso específico con que el mandatario del sur provincial tallará en la futura administración del “partido cordobés”.
Por el contrario, quienes se defienden de la sonora derrota creen que la pobre performance en Río Cuarto debe ser explicada por “el responsable final del armado”, el diputado Carlos Gutiérrez, parte del entorno indispensable del gobernador Juan Schiaretti e históricamente alejado del exombudsman de aquella ciudad.
Póker
De la lista de aspirantes, ninguno goza de antemano con el visto bueno de las sedes de la gobernación. Tampoco del Palacio de Mojica, sitio de la intendencia riocuartense, donde Llamosas ha atravesado momentos de zozobra en los últimos meses. A los mencionados reproches por la zafra electoral suma la declinación que antecede a la salida del poder. Síndrome de pato rengo, con el que debe gobernar un largo año aún.
La partida de su mano derecha no provocó sorpresas en su entorno. Funcionarios y afines conocían ya la voluntad de Vieyra. Algunos incluso destacaron la decisión del alcalde, quien entendió que no podía mostrar favoritismo, siquiera por su amigo. De paso, oxigenó su gabinete para los últimos meses de gestión.
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El armador llamosista, que asegura haber pedido su salida, sabe que deberá atravesar un proceso de definiciones en que participarán referentes de distintos espacios. Uno de los nombres que suena para una eventual contienda interna aún está directamente vinculado a José Manuel De la Sota, el dirigente más querido a la vera del río Chocancharava: la ex diputada Adriana Nazario
Contadora pública, líder de la agrupación La Militante, Nazario ha estado alejada de cargos ejecutivos por varios años. En ese lapso se ha dedicado a tejer redes con el nombre de su expareja como santo y seña. Entre ellas, distintas fases en la fusión del panperonismo, desde el frustrado experimento del Frente de Todos hasta la promesa de Unión por la Patria, con Sergio Massa y sus referentes como interlocutores predilectos.
Su nombre ha sonado ya en otras ocasiones para disputar la intendencia. Con buena reputación según distintas mediciones, es reconocida en toda la región. Hay especulaciones que indican que su lanzamiento podría producirse en septiembre, cuando se conmemoren cinco años de la muerte de De la Sota.
Los otros tres posibles postulantes cumplen funciones en el gobierno riocuartense, condición que podría demorar sus eventuales lanzamientos. Así lo advierte el propio Vieyra, quien plantea en términos desafiantes su propia decisión: “Que renuncien si quieren ser candidatos. No se puede gestionar pensando en beneficio propio”, atiza.
Entre esos dirigentes se destaca el extenista Agustín Calleri, hoy secretario de Deportes del municipio. Reconocido internacionalmente, presidente de la Asociación Argentina de Tenis, no necesita proceso de instalación alguno.
Ex titular de la agencia Córdoba Deportes y exdiputado, acredita también conocimiento de los resortes políticos y las roscas necesarias para su funcionamiento. También cuenta con llegada a círculos empresarios y a dirigentes de rango provincial. Sólo restaría publicitar su decisión, preanunciada hace un par de años ya, como contara Letra P.
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También integrante del gabinete municipal, como secretario de Desarrollo Económico, Comercial e Industrial, el empresario Germán di Bella es otro de los que sobrevuela un paisaje de hipótesis.
Ingeniero, es director de Bio4, Bioetanol Rio Cuarto, un proyecto que incluye dos plantas de biogas y una planta de bioetanol. Su incorporación a la actividad política ha sido señalada como modélica por la gestión riocuartense. También por el gobierno provincial, que ha impulsado obras en torno a sus instalaciones.
El cuarto postulante es el abogado Mauricio Dova, presidente del Tribunal de Cuentas. Ex secretario de Políticas Sociales en la primera gestión de Llamosas, en mayo pasado ya hizo explícita su ambición con un acto en el que reclamó elecciones internas en nombre de la unidad partidaria. En otras palabras, el cese de criterios discrecionales que podrían favorecer a nombres que gozan de mayor popularidad.
Aunque se esperan otros lanzamientos después de las PASO, desafío para el que todas las partes dicen mostrarse orgánicas, la falta de confirmación de sus potenciales contendientes anima a Vieyra. “No sé qué esperan. No hay que esperar a nadie; tenés o no la voluntad. Los que amagaban, desaparecieron. ¿No tienen más ganas?”, chicanea.