CÓRDOBA (Corresponsalía) Juan Manuel Llamosas no se toma vacaciones en enero. Aprovecha el mes de menor actividad oficial para continuar un raid de inauguraciones y visitar festivales que se realicen, principalmente, en el sur de la provincia. Solo descansará unos días, afirma, después de la primera semana de febrero. La decisión responde a un objetivo común a tantos: la proyección más allá de los límites de su terruño. Aunque que la admisión de tal intención pueda diluirse bajo el discurso de gestión que se ha convertido en mantra para el cordobesismo, el intendente de Río Cuarto reafirma que quiere ser el compañero de fórmula de Martín Llaryora en las elecciones para la gobernación provincial.
Más aún, remarca que desde hace un año ambos coinciden en iniciativas que corroboran la similitud de sus proyectos de gobierno. Por meses han compartido visitas, con firmas de adhesiones y cantinelas de moda, particularmente aquellas vinculadas a la sustentabilidad y la economía circular.
Su aporte esencial, sabe, consiste en un valioso activo: base territorial para un candidato cuya popularidad no alcanza valores indiscutibles más allá de la capital. Refunfuñan voces del palacio 6 de julio, en distintas regiones de la provincia, por la fuerte pregnancia de las emisoras porteñas que tienen como habitués a Luis Juez y Rodrigo de Loredo, los candidatos de Juntos por el Cambio (JxC).
“No solo tengo la voluntad de acompañar a Martín, sino que tenemos un trabajo conjunto, una articulación, una relación de construcción que se ha ido plasmando con acciones concretas. Hay una visión compartida, un trabajo de muchos años, una relación política consolidada entre las dos capitales provinciales”, desmenuza Llamosas.
Llamosas sabe que no está solo en la carrera. La proliferación de postulantes para el mismo sitial anota en la línea de largada a referentes que pujan por la peronización de Hacemos por Córdoba, como Natalia de la Sota y Martín Gill, a una figura del schiarettismo puro como Alejandra Vigo y hasta nombres extrapartidarios que pueden provenir del radicalismo o de un acuerdo de superestructuras con el PRO. Sin confiar en favoritismos de antemano, sale a mostrar obras, tal como pide el manual cordobesista. Claro está, cuenta con avales y dinero que llegan del Panal. En sintonía, apunta a la ciudad capital como referencia. Reflejo, pero también conocimiento de vicios centralistas en la construcción política mediterránea.
“Las obras públicas han sido la nota distintiva de nuestra gestión. Para el presupuesto 2023 hemos decidido duplicar la inversión. Hace un año firmamos un convenio por el que parte de la obra pública provincial se replica en Río Cuarto, tomando como referencia lo que está haciendo Martín en Córdoba”, explica. Por si tales credenciales no resultaran suficientes en un proceso que se guiará por el pragmatismo, también juega con la proyección de una gestión que define como “exitosa”. Con el modelo riocuartense como emblema, ha incrementado su presencia por toda la región. Con reuniones y visitas a comunas ubicadas en zonas aledañas, Llamosas busca sumar adhesiones que otorguen número a su propósito.
“El modelo que venimos desarrollando se puede replicar. Naturalmente una ciudad como Río Cuarto, la segunda de la provincia, se vincula con muchos municipios. Tiene que ver con un concepto más regional de tomar experiencias de otros lugares para replicarlas, pero también volcar la experiencia riocuartense. Así hemos hecho con Cura Brochero, Alicia, General Deheza, San Basilio, Sampacho, localidades de Calamuchita. Coincidimos en las visiones de lo que debe ser el desarrollo de los municipios, porque las problemáticas son similares”, explica.
La sucesión de festivales veraniegos le ofrece una plataforma. “Estaremos en Achiras, en Alpa Corral, en Santa Rosa de Calamuchita, Alta Gracia. Acompañaré a intendentes y comunidades vinculadas a Río Cuarto, en un trabajo mancomunado respecto de esas políticas públicas", indica.
Desde otro ángulo, sus opciones no son muchas ya. El intendente riocuartense ha comenzado a transitar el último año de su gobierno. Aunque prefiera señalar que el tiempo restante “es mucho”, sabe que debe afrontar peripecias asociadas al fin de un ciclo. Entre ellas, encontrar un sucesor para dar continuidad a lo hecho hasta aquí.
“Falta mucho. Río Cuarto cierra el calendario electoral. Cuando se hagan las elecciones, en 2024, vamos a tener gobernador y presidente electos. Hay un gran equipo que acompaña, que está transformando la ciudad, en un proceso que debe tener continuidad. Tenemos la certeza que la ciudad tiene para seguir creciendo junto al gobierno provincial, que encabezará Martín Llaryora, no tengo dudas”, concluye.