La vicegobernadora busca ser la vía de escape de la puja cordobesista por la lista para Diputados. Trabajo territorial y un vínculo activo con Facundo Manes.
Myrian Prunotto encuentra ventanas de oportunidad en la interna peronista.
El fluctuante proceso de mutación del peronismo vernáculo, de aquel cordobesismo que puliera Juan Schiaretti al Partido Cordobés que pergeña Martín Llaryora, sigue ofreciendo una ventana de oportunidad para el despegue de dirigentes que llegan al entramado oficialista desde otros partidos. El caso más notable tal vez sea el de la radical disidente, Myrian Prunotto.
Sin evitar las consideraciones en boga sobre la inconveniencia de especular en tiempos de una seria crisis política y económica, la vicegobernadora analiza distintas variantes para el escenario electoral del año próximo, en las que Córdoba renovará nueve bancas en la Cámara de Diputados.
Todas esas elucubraciones se trazan sobre un escenario en que ya se perciben los primeros zamarreos entre las tribus del peronismo provincial.
En sus cálculos, la líder del radicalismo auténtico podría jugar un importante rol, ya mediando entre los referentes del cordobesismo, a quienes promete irrestricta lealtad; ya consolidando los vínculos con el radicalismo, refuerzos indispensables para dotar de proyección nacional a un propósito de cuño provincial.
Desde el inicio de este año, aún prematuramente, el nombre de Prunotto destaca en las especulaciones sobre la conformación de las listas que impulsará el gobierno provincial para el 2025.
Las versiones principales la ubican encabezando la nómina junto a Schiaretti, el artífice de su llegada al oficialismo provincial. Aunque hasta el momento no haya confirmado su participación, sigue siendo el candidato ideal para las pretensiones expansionistas que comparten el exgobernador y su sucesor.
La concomitancia de objetivos entre ambos referentes no implica, por el momento, una coincidencia en los nombres que se barajan para completar la nómina para Diputados. Con lógica de alianza, cada sector tiene sus predilecciones y lo hace saber, todavía por lo bajo.
Al inicio de semana, la confirmación de Juan Manuel Llamosas como heraldo llaryorista en el sur provincial reactivó recelos en el schiarettismo. Dirigentes de reconocida afinidad con "el gringo" se sintieron salteados por el gobernador, a quien adjudican una voracidad capaz de desconocer acuerdos preexistentes.
Consciente de tales internas, desde la que le llegan miradas aviesas, la vicegobernadora podría ofrecer una síntesis amable en la disputa. “Bien podría ser el puente entre Juan y Martín”, musitan desde el entorno ante una hipotética escalada en la puja.
La líder del “radicalismo auténtico” también cumple un importante rol en la captación de dirigentes que den prueba de heterogeneidad al Partido Cordobés. La muestra más reciente ocurrió hace un mes, en las elecciones para la intendencia de Río Cuarto. En el equipo de Guillermo de Rivas destacan dos referencias del prunottismo: Gustavo Perlo y Augusto Lago.
Paralelamente, mantiene activo su radar ante la eterna interna de la UCRde Córdoba. A pocas semanas de las elecciones partidarias, los lances entre correligionarios ya marcan diferencias. Disconformes por las decisiones tomadas por la conducción negrista–mestrista, nostálgicos del poder del siglo pasado, cada vez más dirigentes miran al Partido Cordobés como opción de poder real. Para todas las voces, el prunottismo parece la mejor vía.
A nivel nacional mantiene un muy buen vínculo con el diputado Facundo Manes, el primer correligionario de dimensión nacional que se acercara a Schiaretti cuando éste diseñaba su campaña presidencial para el 2023.
Aunque aquellas negociaciones no llegaran al puerto, las cartas siguen sobre la mesa. La incorporación del neurocirujano fortalecería al proyecto de Hacemos Coalición Federal como plataforma hacia el 2027. A tal fin podrían ayudar las labores de la exintendenta de Juárez Celman, localidad que ha recibido al también diputado en más de una ocasión.
“El vínculo entre ambos sigue siendo muy bueno. Ella lo admira y coincide con su forma de pensar. Ese vínculo sigue firme”, ratifican desde el prunottismo.
Provisoriamente a cargo del Ejecutivo provincial, por el viaje de Llaryora, Prunotto contará con mayor exposición en actos oficiales. El más importante de ellos podría ser la Expo Rural, que se desarrolla en Palermo hasta el próximo domingo.
Desde el entorno de la vicegobernadora prefieren señalar la continuidad de una agenda recargada, que la ha llevado ya por toda la provincia, “siempre en el marco de algún plan, siempre en representación del gobierno”.
La referencia no sólo confirma la lealtad de la exintendenta al proyecto que lidera Llaryora. También permite acreditar gestión, santo y seña de la administración que lleva 24 años en el gobierno provincial.
Gestión es también lo que ofrece para eludir remezones de aquellas internas. Particularmente en la ciudad de Córdoba, donde enraíza el tercer actor con expectativas para un futuro loteo, el intendente Daniel Passerini.
Aunque lejos parezcan haber quedado los chispazos por la renovación de autoridades en el Ente Metropolitano, aún persisten recelos en segundas líneas. Particularmente de dirigentes peronistas que caminan la capital provincial con intereses propios pero un objetivo común: retener el gobierno de la ciudad para un peronismo lo menos diluido posible.
La expectativa de pureza, crítica directa al mutante cordobesismo, opera principalmente como advertencia para el viceintendente, Javier Pretto. Pero entre sus destinatarios encuentra también a los radicales aliados que ya piden pista.