En el entorno del exgobernador de Córdoba Juan Schiaretti no ocultan la ofuscación que genera la intensidad de la tropa que responde a Martín Llaryora. Los alfiles del excandidato presidencial agradecen el operativo clamor para que encabece la boleta para Diputados en 2025, pero marcan límites a la tropa llaryorista entusiasta.
Sin dudas que el cordobesismo se aseguraría una cabeza con potencia para competir contra Javier Milei y Juntos por el Cambio, aunque no se sabe si ambos irán amalgamados o separados.
Para el cordobesismo las elecciones de medio término siempre fueron un problema que explicaron con la "inteligencia" de electorado provincial que sabe separar los tantos. Son nuevos tiempos y hay nuevos lideres en todo el paño. Al medio, la institucionalidad que confunde. Llaryora confirmó que participará del ahora Pacto de Julio con una fusión que ya tuvo que experimentar Schiaretti con Mauricio Macri.
“En Argentina necesitamos estar todos más juntos que nunca. En un momento de crisis como la que tenemos, debemos estar más juntos que nunca, tirando para el mismo lado. Yo pienso siempre en sumar, no en restar. Creo que hay que ser parte de la solución, no del problema”, expresó el gobernador este viernes.
La bronca schiarettista
Mientras el schiarettismo acusa a la tropa de Sergio Massa de tratar de instalar una candidatura porteña del exgobernador, le dicen al propio llaryorismo -que, incluso se llegó a entusiasmar con el rumor- que Schiaretti no tomó una decisión sobre su futuro.
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Aprovechando la representación obtenida por Juan Schiaretti en las últimas elecciones y el armado nacional del espacio, Llaryora quiere ensanchar su armado en la provincia.
Igual, el tres veces gobernador no cierra la puerta y empieza a sondear la intensidad del deseo del nuevo jefe del cordobesismo, con el que mantiene un diálogo permanente, aunque no es la primera vez que disienten en torno a los tiempos.
Como botón de muestra basta recordar las decisiones de la mesa de campaña provincial de 2023. Llaryora exigía adelantar las elecciones a abril para evitar el rearme de Luis Juez y cortar en seco el juego en tándem con Rodrigo de Loredo, radical que imaginaban gobernando la Municipalidad de Córdoba en una suerte de nuevo pacto bipartidista, con los rostros de la renovación.
Las compañeras de fórmula que quiere Juan Schiaretti
Como adelantó Letra P hace varios meses, Schiaretti construyó una relación de confianza política con la vicegobernadora radical Myrian Prunotto. La quiere a ella como potencial compañera de fórmula legislativa.
Lo cierto es que en el entorno de la exintendenta de Estación Juárez Celman dejaron trascender recientemente el deseo de Prunotto de continuar en la Legislatura. Como era de esperarse, la radical se piensa haciendo política en Córdoba, pero el asunto no está cerrado.
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Myrian Prunotto pegó buena onda con Juan Schiaretti y Alejandra Vigo. El trabajo conjunto podría continuar.
¿Schiaretti tiene un plan B? Claro.
Natalia de la Sota entra a la cancha y la pregunta que se instala es si Llaryora está dispuesto a tragarse el sapo con tal de repartir las boletas con la cara de Schiaretti estampada en el vértice.
Como se sabe, el mismo llaryorismo que pide a gritos que el cofundador del cordobesismo regrese a la arena electoral el año que viene es el que le baja el pulgar a la hija de José Manuel de la Sota.
Broncas acumuladas y el apellido que siempre rinde
A la profesora de música el gobernador cordobés no le perdona el cuentapropismo en Diputados, su campaña abierta a favor de Massa para el ballotage y, mucho menos, sus conversaciones para integrar el PJ nacional con el respaldo de la familia Kirchner. Cómo será la desconfianza que rodea la diada que De la Sota ya explora otras vías para garantizarse su continuidad en la política, pese a los deseos de Llaryora.
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Natalia de la Sota y Sergio Massa, con diálogo permanente.
Si bien el diputado ultraschiarettista Carlos Gutiérrez mostró su malestar con De la Sota recientemente, otros alfiles del exgobernador bajan la espuma. “Schiaretti se lleva bien con todo el mundo, ni si quiera Juez lo pelea”, marcan la cancha.
El resto de la lista a Schiaretti parece no importarle. El segundo renglón será determinante y pondrá a prueba el verdadero deseo de Llaryora, el principal fogonero electoral de Schiaretti.
Las opciones de Martín Llaryora
Si Schiaretti se baja, las opciones de Llaryora se achican. Los nombres que suenan son de dirigencia buena en su juego, pero poco competitivos en la arena electoral.
Cae de maduro que el ministro de Gobierno, Manuel Calvo, estará en la pelotera de nombres, al igual que su par de Desarrollo Social, Laura Jure, lideresa mimada por Schiaretti y Alejandra Vigo.
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El jefe de la bancada oficialista en la Legislatura, Miguel Siciliano, es otro de los nombres que se escucha. No obstante, ninguna de las menciones seduce al jefe del Panal, que quiere a Schiaretti a toda costa.
Es tal la necesidad de "azuzar" con la figura de Schiaretti que el llaryorismo le auguraba giras por la provincia para motivar la tropa peronista y aliada. Lo cierto es que en la mesa chica del peronista "más cordobés que el caracú" afirman que no hay nada en agenda. Seguirán las fotos con alguna figura "republicana", simposios cada tanta y algo más.
Queda claro que Schiaretti jugará, pero será él quien dirá cómo y cuándo. El dónde está claro.