Todos hombres, todos peronistas de origen, coinciden en desestimar cualquier análisis proyectivo sobre el próximo turno electoral. Congruentes con la prédica del Partido Cordobés, remarcan la necesidad de abocarse de lleno a la gestión, concepto que opera como garantía de continuidad.
Sin embargo, en entornos compartidos, (casi) ninguno evita calibrar miradas competitivas. Algunos actúan ya con credenciales que los alientan a ocupar una posición de privilegio.
Representantes de diferentes líneas de un partido que, aún en el poder, parece diluir su identidad, coinciden en tercerizar la responsabilidad en los prematuros preparativos para 2027. Ante consultas, adjudican la prisa al viceintendente Javier Pretto, quien en las últimas semanas envió distintas muestras de apetencia. “Javier adelantó los tiempos”, dicen al unísono.
Javier Pretto, Daniel Passerini, Martín Llaryora
Javier Pretto arma dentro del Partido Cordobés con su mano derecha en el PRO, Yanina Vargas.
Similar coincidencia llega al considerar las chances del expresidente del PRO. En tanto agregado de la casa amarilla, no se imaginan trabajando para su candidatura. Tampoco al aparato del Partido Cordobés, por amplio que sea, entienden, la prioridad será para “un compañero”.
Quiénes quieren la silla de Daniel Passerini
Miguel Siciliano, presidente del bloque de Hacemos Unidos por Córdoba en la Legislatura, cuenta con una autonomía que le permite marcar coordenadas más allá de la capital. Miembro clave de la articulación del peronismo con sus socios, se muestra completamente involucrado en el proyecto del Partido Cordobés. “Es parte del equipo de gobierno. No persigue planes individuales”, soplan en su entorno.
Las mismas voces reconocen que, sin embargo, la intendencia sigue siendo un anhelo. Cerca de ser candidato en 2023, declinó su intención por gestión del propio gobernador, quien se inclinó por Passerini. Esa misma organicidad podría obrar en caso de ser, esta vez sí, el designado por la escuadra oficialista.
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Su rodaje parlamentario añade otro atributo clave: el diálogo con actores extrapartidarios. “Es el único que no necesita presentación. Los demás no miden”, taquean sus voceros.
En el entorno del intendente cargan fichas en su ladero desde hace dos décadas, Rodrigo Fernández, hoy secretario de Gobierno, Fiscalización y Control e interino en Transporte tras el apartamiento de Gabriel Bermúdez.
Todoterreno, leal, comensal de mesa chica, tiene gran exposición en la administración de la ciudad. Delegado del intendente, dialoga con todos los colectivos. En su entorno rechazan cualquier especulación sobre su futuro en tres años.
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Daniel Passerini y su mano derecha, el secretario multifunción Rodrigo Fernández.
Empero, a metros del Paseo Sobremonte, no descartan de plano la chance. “Alguien tiene que representar a Daniel. En el equipo hay de todas las líneas, pero mejor uno propio”, musitan.
El tejido de Alejandra Vigo
Entre las líneas internas que convergen en la gestión municipal destaca la presencia de dirigentes que integran la amplia red que ha construido la senadora Alejandra Vigo.
De allí se desprende un puñado de, aún potenciales, aspirantes para la remota puja. Uno de ellos es Raúl la Cava, secretario de Políticas Sociales y Desarrollo Humano de la Municipalidad.
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Daniel Passerini junto a Raúl La Cava, funcionario con alta anclaje territorial.
Exfuncionario en la gestión Llaryora, sonó como integrante del gabinete provincial en diciembre pasado. Confirmado en el Palacio 6 de julio, suma conocimiento, contactos políticos por fuera del cordobesismo y recorrido territorial, atributos valiosos, especialmente en épocas de carencias.
Un poco más alejado, pero dentro del espectro, se ubica Diego Casado, quien esgrime un alto perfil en el Concejo Deliberante. Con vasto conocimiento de la zona sur de la ciudad, ha comenzado a mover fichas hacia populosos barrios del norte.
Abogado penalista, con aceitados vínculos en Tribunales, reivindica un peronismo “puro”. Visto de otra manera, expresa divergencias con el modelo de fusiones a diestra y siniestra que corporizan al Partido Cordobés. “Más cerca de la gente que de las corporaciones. Muy lejos de Milei”, sintetizan en su ámbito.
El pasado con Martín Llaryora
Buen vínculo con Vigo, esposa del exgobernador Juan Schiaretti, mantienen otros dirigentes que pueden ser ubicados en cuadrantes cercanos al gobernador Llaryora.
Uno es el secretario de Transporte provincial, Marcelo Rodio. Gestor en un área crucial, ha encabezado reclamos contra administraciones nacionales por el retaceo de fondos. En próximos meses será copartícipe necesario de un ambicioso rediseño que mixturará al sistema urbano de la capital con el transporte metropolitano de ciudades aledañas.
Orgánico también, reguló exposición, acaso intenciones, a partir de su plena integración al proyecto de Partido Cordobés.
Embed - Marcelo Rodio on Instagram: "Participamos de una reunión con secretarios y ministros de Transporte de todas las provincias junto al intendente de Córdoba Capital, @danielpasseriniok. El intendente compartió un mensaje sobre la falta de recursos para los sistemas de transporte del interior y presentó un proyecto en conjunto con otros intendentes del país para llevar al Senado y la Cámara de Diputados de la Nación. #SeguimosHaciendo @cordobaok @transportecbaok @martinllaryora"
Quien se permite matices es Juan Domingo Viola, secretario de Participación Ciudadana y Juventud de la Municipalidad. Su nombre suena también para un posible pase a la esfera provincial por su “buen trabajo en la articulación de los Centros de Participación Comunal”.
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Daniel Passerini junto a Juan Domingo Viola en la presentación de intervenciones artísticas en la Costanera.
Parte original de la corriente interna que armara Llaryora la década pasada, se mantiene fiel a lo que establezca el gobernador. Sin embargo, su entorno destaca ideas que remontan a un peronismo “puro”, sin tantos cortes con aliados exóticos.
En diciembre pasado fue el primer dirigente del redil en publicitar su inclinación por Sergio Massa para el ballotage presidencial. Apego al libreto o cálculo, aún son pocos los que expresan abiertamente la aversión a la gestión de Javier Milei, aunque sea rasgo común para la dirigencia “de a pie”.
El paciente
Compañero, pero con pasado en el Frente Cívico, Héctor Pichi Campana es otro que mantiene ilusión de llegar al Palacio 6 de Julio. Precandidato en 2007, declinó su intención para acompañar a Schiaretti en la fórmula para el gobierno de la provincia. Candidato en 2011, caería derrotado por Ramón Mestre.
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Hoy secretario de Fortalecimiento Vecinal y Deportes de la Municipalidad, conoce ya los resortes y ejerce la disciplina partidaria que requiere la permanencia en el hegemónico cordobesismo.
Al filo de los 60 años, es el único de los nombres mentados que supera la barrera de los 50. Paciente, el jugador más desequilibrante de la historia del básquet nacional, aprendió a explotar los lados ciegos de la política en tiempos en que el individualismo cotiza a la baja.