Aún en gestación, el gabinete con que Martín Llaryora iniciará su gestión como gobernador de Córdoba ya se ve atravesado por internas. Algunas responden a los juegos de expectativas de quienes esperan lugares clave en el futuro gobierno, ya por sí mismos, ya a través de interpósitos que custodien sus intereses. Otras remontan al pasado de los socios que sustentan el formato de alianza que contiene al remozado cordobesismo. Particularmente, quienes han llegado a Hacemos Unidos por Córdoba desde fuerzas históricamente rivales al peronismo, como la UCR o el PRO, pero hoy convergen en un proyecto de partido cordobés.
Intrigas de este tipo tienen a Orlando Arduh en el centro de la escena. Su nombramiento como titular de una secretaría que conformaría un nexo con dirigentes enrolados en Juntos por el Cambio ya genera rispideces con otros migrantes que llegaron desde la oposición. Aún legislador, hasta 2021 presidente del bloque de JxC en la Legislatura, sobre él recaen sospechas por “la autenticidad de su compromiso” con el convite que les cursara el gobernador electo. Tales recelos han sido expresados, primero, por exdirigentes del PRO que no olvidan su cambio de rumbo en pocas horas. "Un jueves estaba sentado armando con nosotros, el viernes ya tenía anuncio y foto con el peronismo", evoca un exejecutivo amarillo.
Críticas actuales llegan desde los radicales auténticos, el sector que responde a Myrian Prunotto, vicegobernadora electa. Desde tal colectivo consideran que la “sinuosa” trayectoria de Arduh puede entorpecer la construcción de vínculos con nuevos invitados al partido cordobés. En especial con los radicales, que suman 150 alcaldes y 21 legisladores electos, buena parte de los cuales llegará a la Unicameral como representante departamental.
Se trata, además, de una tarea que consideran propia de la exintendenta de Estación Juárez Celman. Más aún, entienden que tal es uno de los principales aportes que ha realizado al ambicioso proyecto que Llaryora despunta ya fuera de Córdoba.
También destacan el cuidado con que Prunotto se maneja a la hora de convocar a posibles aliados. “Es transparente. Es clara en las invitaciones”, dicen. Lo contrario adjudican a Arduh, quien recibió reclamos tras la primera convocatoria a representantes de su propio palo. “No avisó al Foro de Intendentes Radicales ni a las autoridades. Esas cosas dejaron pegado a Martín”, afirman.
https://publish.twitter.com/oembed?url=https%3A%2F%2Ftwitter.com%2Foarduh%2Fstatus%2F1714369076766605471&partner=&hide_thread=false
Precisamente, una reaproximación con el Foro es una de las acciones a las que ya se abocan en el entorno de la vicegobernadora electa. Según afirman, predomina la buena onda con mandatarios con quienes, hasta hace meses, compartían diagnósticos y problemáticas de gestión.
Esta tarea, coinciden, cobra especial importancia pues el intendentismo es uno de los núcleos desde los cuales puede organizarse una oposición que perdió por escasos puntos la elección para gobernador, pero ganó en el tramo legislativo, especialmente por la presencia de caciques territoriales.
Remarcan también las voces “auténticas” que superados los comicios han quedado de lado algunas renuencias. “Myrian convoca como autoridad de gobierno, siendo tan radical como ellos, que no tienen dramas en sacarse fotos con ella”, dicen a Letra P.
La alusión a la pertenencia apunta también al proceso de expulsión abierto contra la también titular del Ente Intermunicipal de Gestión Metropolitana por las autoridades de la UCR Córdoba. Suspendida ya, ha anticipado que apelará a todas las instancias posibles para revertir lo que parece ya decisión tomada por el comité central.
El mismo proceso se había iniciado contra Arduh meses atrás, tras ser nombrado “jefe de campaña” de Prunotto. Anticipándose, el aún legislador presentó su pedido de desafiliación directamente ante la Justicia Federal, dejando “en abstracto” cualquier acción sancionatoria.
Tropa propia
Mantener el manejo, siquiera parcial, del Ente Intermunicipal es una de las expectativas que alberga Prunotto. Dado que la presidencia queda en manos de un intendente en funciones (hay quien aventura a Daniel Passerini allí), tal posibilidad se concretaría con la designación del director ejecutivo, segundo en la escala.
También se da por descontado que nombres de su entorno completarán varias de las direcciones y secretarías de la Legislatura, desde aquellas vinculadas a la comunicación hasta las administrativas.
Otras, como la estratégica Secretaría General (encargada de “las actividades de apertura de la legislatura a la sociedad en materia institucional, cultural y de formación”) podrían definirse según criterios políticos a consensuar con las autoridades partidarias y de bloque. En primer lugar con Miguel Siciliano, futuro presidente de bloque de Hacemos Unidos por Córdoba.
Tal coordinación se ajustará también a la estrategia de seducción de legisladores opositores, indispensables para lograr quórum y dar impulso a los proyectos propios en una Legislatura "empatada". Como ya contara Letra P, los contactos se han iniciado ya con exintendentes entre los primeros objetivos.
Los pines en el organigrama se completarían con nombres en segundas líneas del Ejecutivo. Muchos de ellos, con perfil técnico, según anticipan en su entorno
Pocos nombres han trascendido el hermetismo de las negociaciones. Dos intendentas y un intendente ya han sido confirmados. La radical Leticia Alloco, de la localidad de Silvio Pellico, y la vecinalista Carolina Jara, de Ballesteros Sud, recorren el sudeste, territorio clave por su condición de enclave agrícola, escenario ideal para ensayar una de las políticas más novedosas: la integración con cooperativas y mutuales.
Igual de importante será la tarea de Maciel Balduzzi, jefe comunal de Costa Sacate. Con pasado en el PRO, es quien oficialmente ya enlaza con pares a quienes conoce, más o menos reactivos a la propuesta de partido cordobés.
Balduzzi podría ocupar una secretaría de similar rango a la de Arduh, ante quien actuaría como contrapeso, “pescando en el mismo estanque”. Aún subterránea, la desconfianza remonta a tiempos proselitistas. “Nunca actuó como jefe de campaña de Myrian. Fue algo simbólico. Nadie lo vio moverse, ni convocar gente. Ni siquiera juntó plata”, desgranan desde los calificados como “transfuguistas” por la conducción de la UCR.
Aún sin impacto, la rispidez deberá ser resuelta por Llaryora tan pronto quede atrás el 22-O. Mientras, fuentes que ya transitan desde el Palacio 6 de Julio al Panal avientan chispas y remarcan la asimetría entre una y otro. “Ambos son parte y hay que darles algo. Pero la vicegobernadora es Myrian, que nunca dudó en sumar y mostrar sus cartas, incluso a los adversarios”, sentencian.