En la presentación de la alianza Hacemos Juntos por Córdoba, luego rebautizada a Hacemos Unidos por Córdoba para evitar escaramuzas legales con la oposición, la ahora candidata a vicegobernadora de Martín Llaryora, la radical Myrian Prunotto, recibió el primer gesto que anticipaba su destino electoral. Apenas terminó su discurso en Río Cuarto contó con la completa mirada de aprobación del gobernador Juan Schiaretti. Los relatos que cruzan de búnker en bunker afirman que el también presidenciable fue decisivo en la elección de la dupla que se dirimía entre dos peronistas, Natalia de la Sota y Juan Manuel Llamosas, y la autodenominada “radical auténtica”.
Llaryora y su mesa política priorizaron el componente transversal para este nuevo ciclo que busca el cordobesismo, a poco de cumplir 24 años ininterrumpidos en el poder provincial. Y, como era de esperarse, el rol de Prunotto en los albores de la campaña será central.
A la también presidenta del Ente Intermunicipal de Gestión Metropolitana -que fundó Llaryora para mostrarse como gestor más allá de los límites de la ciudad capital- designaron una hoja de ruta ofensiva para los próximos 10 días. Se trata de una respuesta territorial a los reproches púbicos que recibió en el acto de lanzamiento de la campaña de Luis Juez, en boca de Patricia Bullrich y Gerardo Morales; de Rodrigo de Loredo y Marcos Carasso, presidente de la UCR y parte de la fórmula provincial.
Es por eso que la prioridad de las recorridas la tendrá tres departamentos: Marcos Juárez, Unión y Tercero Arriba. Los tres bastiones huelen a Juntos por el Cambio (JxC) y, como era de esperarse, la ambulancia del oficialismo hará base en estos enclaves estratégicos en la construcción del relato, aunque fundamentales en términos plan político.
En la apertura de campaña de HuxC, Llaryora aseguró que su espacio seguirá engordando con dirigentes de otras veredas de la política cordobesa. Y esta imagen de “deshielo” opositor deberá ser reforzada por Prunotto.
Llamada perdida
En la cabecera del departamento Marcos Juárez se sienta un herido de JxC que, como contó Letra P, Llaryora quería como compañero de fórmula. La ciudad que fue gobernada por ocho años y denominada como el “kilómetro cero del cambio” en 2014, tiene a su exintendente, Pedro Dellarossa, en contradicción abierta.
El macrista presenció la confección de listas con la promesa general de ser el primer legislador de la lista sábana, pero la locura del cierre se llevó puestas sus pretensiones y el acuerdo que tenía con Juez. Dellarossa había despuesto sus intenciones de ser candidato a gobernador por el PRO y aseguró que no caería en las redes del peronismo, pese a los incesantes llamados desde el Panal y el Palacio 6 de Julio. Lo sostiene, incluso luego de haber quedado afuera porque Carasso se anotó la “doble”, que luego tachó.
En esta generala electoral, Prunotto paseará la previsibilidad en los acuerdos transversales que amasó el peronismo con extrapartidarios.
El departamento Marcos Juárez, con 23 municipios y comunas, es interesante porque la coalición ampliada que intenta Llaryora ayudó a equilibrar las cargas en un punto caliente del mapa que, políticamente, estaba atomizado entre JxC, vecinalistas en alianzas múltiples y el peronismo cordobesista y el alineado con el oficialismo nacional.
Encabezado por el PRO, que seguirá trabajando para Juez, según Dellarossa; Llaryora logró anexar en su acuerdo con el intendente de Villa María, Martín Gill, a importantes ciudades identificadas con el Frente de Todos, aunque Leones, de Fabián Francioni, defenderá los colores de Creo en Córdoba, con Federico Alesandri y Gabriela Estévez en la cúspide de la boleta.
El mapa se divide casi en partes iguales entre los que dicen apoyar a HUxC y a JxC. Las dos coaliciones que se disputan el premio grande podrán todo. Muestra de esto es la prioridad que asigna el comando de Juez que ya confirmó que estará este sábado en Marcos Juárez, dando una clara señal de la necesidad de controlar daños y bloquear la ambulancia transversal del peronismo.
Visita al socio que no fue
También de fuerte peso simbólico, Pronotto tiene prevista agenda en el departamento Unión, donde se sienta un socio que no pudo ser, el radical intendente de Bell Ville, Carlos Briner.
En este departamento del sur provincial, la UCR gobierna las tres principales localidades de 27 y que representan un 60% del padrón electoral del enclave. Briner será el responsable de defender el bastión que se completa con cuatro municipios vecinalistas que apoyarán a Llaryora, junto con los naturales del peronismo y los sumados por Gill del FdT.
Briner formó parte de la génesis de Radicales Auténticos, junto a Prunotto y su par de Arroyito, Gustavo Benedetti. Mientras compartían las críticas a su partido que empezaba a dar señales de apoyo al peronista Juez, el médico radical era parte activa, pero dio un paso al costado horas antes del lanzamiento del agrupamiento, apenas constató que esa movida política terminaría llenando las acequias del peronismo de Juan Schiaretti y su delfín.
Prunotto - Briner - Benedetti
Gustavo Benedetti, Myrian Prunotto y Carlos Briner, radicales de Córdoba.
El turno del deloredismo
Prunotto tiene marcada como prioridad para los próximos días el departamento Tercero Arriba. Allí lidera el integrante de la mesa política de De Loredo, el intendente de Río Tercero, Marcos Ferrer, que buscará su reelección y se medirá en las PASO del 4 de junio.
El hervidero que fue Río Tercero concentró la atención de todo el arco nacional y local de JxC. Ferrer fue desafiado abiertamente por corrientes del PRO y de la UCR. La pelea fue larga, pero el integrante de Evolución radical salvó la ropa, con algunas fujas. El presidente del circuito amarillo, Daniel Rotti, fue uno de las flamantes incorporaciones en esa noche transversal de Llaryora en Río Cuarto.
El PRO se burlaba de la cosecha, sin saber que días después, Javier Pretto, el presidente del partido y operador fundamental para proteger al deloredismo del daño de Rotti, cruzaría para enfrentarlo, junto a Daniel Passerini como “vice” para la pelea en la Capital.