Honrando su compromiso con Juan Schiaretti, Martín Llaryora está abocado a la campaña nacional. Sostiene su palabra con un doble objetivo: acompañar al gobernador “hasta donde llegue” su aventura presidencial y aportar a una elección que terminará de trazar el mapa político. Enfocado en el 10 de diciembre y en los cuatro años que siguen, el sanfrancisqueño bosqueja un equipo de gobierno amplio. El primer gabinete de su nuevo partido cordobés.
En el entorno de Llaryora dejan en claro los tiempos que marcan las prioridades y la estrategia. Nada se oficializará hasta el día después de las elecciones generales del 22 de octubre. La fecha es tentativa y supone que la fórmula presidencial de Hacemos por Nuestro País no participará de una eventual segunda vuelta presidencial. Sin embargo, ese día habrá definiciones que el gobernador electo supone muy importantes para su futuro. Por ejemplo, cómo queda conformada la Cámara de Diputados y cuántas voluntades cordobesas que responden a su espacio político terminarán sentadas en las bancas del actual Interbloque Federal. La definición presidencial es igual de clave.
Actualmente, la estructura del gobierno de la provincia de Córdoba es una de las más grandes del país. Cuenta con 17 ministerios, tres secretarías y nueve agencias. Ese esquema le brinda al próximo Ejecutivo enfrentar la posibilidad de contener a todos los espacios que confluyen en el nuevo partido cordobés de Llaryora sin la necesidad de grandes cambios, aunque sí se estudian los alcances que cada cartera puede llegar a tener de cara al futuro.
Los nombres
Con fuerte hermetismo y con los actos de campaña presidencial de Schiaretti como telón de fondo, empiezan a sonar algunos nombres de los eventuales protagonistas de la gestión por venir. El primer y único confirmado es Sergio Busso, el ministro de Agricultura que cuenta con el apoyo cerrado de todo el arco de la producción agropecuaria mediterránea.
Del actual gabinete también se habla de la continuidad de Fabián López, ministro de Servicios Públicos y actor fundamental en el perfil "hacedor" que el schiarettismo imprimió a su modelo de gestión. También de Julián López, responsable de Gobierno y Seguridad que ocupó un rol central en la última etapa de la gestión de Hacemos por Córdoba. A pesar de los cuestionamientos desde algunos sectores del mundo sindical, Omar Sereno también tiene grandes chances de continuar al frente de la cartera de Trabajo. Al menos para despejar discusiones inmediatas con los gremios cordobeses que pelean por un lugar protagónico en el próximo gobierno.
El llaryorismo más o menos puro llegaría al gobierno con hombres de estrecha relación con el gobernador electo. El nombre que más ruido generó en la última semana fue del secretario de Economía y Finanzas de la Municipalidad de Córdoba, Guillermo Acosta, un hombre de extrema confianza del gobernador electo. Hay dos opciones para el funcionario municipal y que tienen como titulares a referentes históricos del schiarettismo.
El “pase natural” de Acosta sería a Finanzas de la Provincia. La cartera es ocupada por Osvaldo Giordano, un funcionario de estrecha sintonía con Schiaretti. Ingresó en 2007 al esquema de gobierno en la Secretaría de Previsión Social, uno de los espacios destacado en el que tuvieron lugar los roces entre la Provincia y el Gobierno nacional. Allí se mantuvo durante la tercera gestión de José Manuel de la Sota y luego, con el regreso de Schiaretti 2015, fue convocado para hacerse cargo de la cartera económica. El otro lugar que suena para Acosta, no menor, sería la cartera a cargo de Ricardo Sosa, uno de los laderos que el precandidato presidencial sienta en su mesa chica y cuya función marcó el pulso de la última etapa del cordobesismo de las grandes obras.
No serían los únicos referentes históricos del schiarettismo que dejaría su cargo, ya que todo apunta que Walter Grahovac, el ministro de Educación que asumió en el 2007 y que hoy es el dirigente con más años continuados en su área en todo el país, también sería reemplazado. El lugar sigue vacante para lo que vendrá.
Por peso propio, por el rol que ocupado durante las últimas campañas y por el perfil acorde a la renovación generacional que busca imprimirle Llaryora a su gestión, Paulo Cassinerio sería otro de los integrantes del actual gabinete que continuaría en la gestión. Cassinerio fue electo el pasado 25 junio como legislador departamental por la Capital y no sería el único dirigente al que el gobernador electo podría elegir para “sacar” de la Legislatura provincial.
A él podrían sumarse otros nombres que formaron parte de la nómina parlamentaria y que aparecen en los bocetos que los diferentes sectores imaginan la próxima estructura Ejecutiva: el actual vicegobernador Manuel Calvo es uno de ellos. Miguel Siciliano, hombre clave en el armado llaryorista en la capital, a cargo de la Secretaría de Gobierno y Gestión General de Gabinete municipal, es otro de los que aparece en un eventual esquema de gestión primaria del llaryorismo.
Uno de los nombres que también se manejaban a partir de ese derrotero reciente era el de Facundo Torres, pero según pudo averiguar Letra P, el actual ministro de Empleo y Formación Profesional tiene un destino seguro en la Unicameral.
En esa órbita cercana al intendente capitalino también hay quienes señalan a los dirigentes que cumplían funciones en San Francisco y que Llaryora convocó para la gestión capitalina, como es el caso del secretario de Cultura municipal, Mariano Almada, y el propio Ignacio García Aresca, el ex intendente de San Francisco que desde el 2021 ocupa una banca en la Cámara de Diputados de la Nación. Aunque su convocatoria generaría un movimiento de piezas complejo para ocupar su lugar en el bloque Córdoba Federal que comanda Carlos Gutiérrez.
Así las cosas, con funcionarios y referentes trabajando en la campaña del gobernador y concentrados en el resultado del 13 de agosto, el último lote a ocupar por los encargados de pensar la futura estructura ejecutiva provincial contempla a los jefes y jefas comunales y referencias del interior que se quedaron "sin tierra" luego de las últimas elecciones. A su vez, habría un lugar para el Radicalismo Auténtico que tiene como principal referente a la vicegobernador electa Myrian Prunotto y el sector del PRO que se referencia en el vice de Daniel Passerini, Javier Pretto.
Con el gabinete municipal también como un espacio en el cual barajar y dar de nuevo, el que tendría confirmado su desembarco asegurado en la Provincia es, como adelantó este medio, el ex intendente de Jesús María, Gabriel Frizza, que llegaría para ocuparse de una cartera encargada del trabajo a la par de las cooperativas de la provincia.