"Me dejé ganar al truco", confesó el casi invencible Juan José Mussi, intendente de Berazategui, en la cena de fin de año de Industriales Pymes Argentinos (IPA) en conjunto con la Unión Industrial de su municipio. Quien le ganó (más en buena ley que lo admitido por el histórico barón del conurbano) fue Daniel Rosato, empresario metalúrgico y del papel que es presidente de la IPA y vice de la UIB. "Me dejé ganar porque Rosato vota y jugamos unos días antes de las elecciones", siguió la aplaudida broma del jefe comunal.
En su discurso, Mussi agradeció al empresariado de su distrito (donde hay 13 parques industriales) porque "no arruga". "Una semana antes de las PASO se apersonaron a entregarle al Presidente una plaqueta de agradecimiento por lo hecho en pandemia, eso es jugarse", arengó después de destacar que "no dejaron a ningún trabajador sin cobrar". Sin embargo, cuando más lo aplaudieron fue cuando habló de los planes sociales. "No estoy de acuerdo, son una solución transitoria hasta generar empleo genuino", continuó y cuestionó a la oposición: "Quienes más los critican son los que más planes dieron, pero ellos trataron de dárselos para que la gente se calle la boca".
Optimista, Mussi pidió una tregua post pandemia: "Recién empezamos a gobernar. Ahora, si dentro de dos años no cumplimos, échennos a patadas, pero no dejemos de ver el mundo", continuó. El intendente de Berazategui y el mundo pyme industrial estuvo acompañado por representantes del funcionariado nacional y provincial. Los discursos fueron breves, para que no se enfriara el asado. El anfitrión, Rosato, festejó el plan de vacunación y aprovechó la presencia del vicepresidente del Banco Central, Sergio Woyecheszen, para "manguearle" créditos a tasa cero. Fue un hecho inédito que en una cena de estas características hubiera un representante del Central, en un día en que el BCRA copó la opinión pública con la prohibición de venta de pasajes al exterior en cuotas. Woyecheszen, exfuncionario del gobierno de Daniel Scioli, salió airoso. "Te devuelvo la empanada, pero tasa cero no", respondió con amable sonrisa sobre el escenario. Después, le dio la buena nueva a Rosato: "El miércoles vas a poder pagar la máquina que pediste", dijo y celebró la flexibilización de la importación de bienes de capital que dispuso el BCRA. También optimista, aseguró que se está "acomodando la macro", en sintonía con Guillermo Merediz, secretario de PyMES de la Nación, que también subió al escenario.

Mussi: "Recién empezamos a gobernar. Ahora, si en dos años no cumplimos, échennos a patadas".
La única funcionaria que habló fue Silvina Batakis, secretaria de Provincias del Ministerio del Interior y exministra de Economía bonaerense, muy requerida para las fotos, especialmente por las damas que aún no ocupan lugares en la conducción de la IPA. El team se completó con Claudio Lozano, director del Banco Nación; Mariela Inés Bembi, subsecretaria bonaerense de Industria, Pymes y Cooperativas y Delfina Rossi, directora del Banco Ciudad.
No fueron las únicas personas que comieron, celebraron y agradecieron. Así como Cristina Fernández reapareció en un asado con lomo a la parrilla que organizó José Mayans para senadores y senadoras nacionales, el Presidente almorzó a solas con Hugo Moyano y cenó en Olivos con el nuevo triunvirato de la CGT. En Diputados, mientras tanto, se gastaban teléfonos llamando a partidos provinciales y monobloques en busca de consenso para hacer una última sesión antes del recambio de diciembre. Algunos de los aliados de los últimos años esta vez se mancaron y se frustró la convocatoria. No es difícil adivinar que entre los que dijeron que no está el rionegrino Luis Di Giacomo, que comandará un bloque de fuerzas provinciales y se niega a votar la ley de cannabis medicinal y la prórroga de la ley 26.160 que extiende el relevamiento indígena y genera controversia en Río Negro.

Cena de chicas. CFK y su tropa en el Senado.
Justamente, el partido de Di Giacomo, Juntos Somos Río Negro, construye una vía del medio. Por eso, el diputado acompañó al senador nacional y exgobernador Alberto Weretilneck en un viaje exprés a Misiones que duró menos de un día. El encuentro lo venían gestando el rionegrino y su par del Frente Renovador de la Concordia Ricardo Wellbach, que en diciembre deja su banca y tiene línea directa con Carlos Rovira, el líder que comanda desde la Legislatura la política local.
El gobernador misionero, Oscar Herrera Aguad, ofició de anfitrión y esperó a los rionegrinos con dorado a la parrilla, además de regalarles variedad de yerbas locales. En principio, lo acordado fue que Río Negro y Misiones trabajarán en conjunto temas de gestión, como cuestiones de frontera, turismo y tecnología, y que mantendrán cercanía parlamentaria. Todavía no pudieron cerrar un acuerdo con el Movimiento Popular Neuquino y hablan con el bloque de Consenso Federal que comanda Alejandro Topo Rodríguez. Más difícil de acercar es la bancada Córdoba Federal, aunque ya hubo una charla entre Di Giacomo y Carlos Gutiérrez.

Ahuad, Weretilneck y Rovira. Alianza de norte a sur.
Otra foto de la semana fue la que protagonizaron Fernando Gray, díscolo intendente de Esteban Echeverría, el jefe de Gabinete, Juan Manzur, y el ministro Matías Kulfas. Tamaña sorpresa se llevó el jefe comunal cuando, un día antes de la inauguración de un local de la cadena Easy, le avisaron que asistirían los funcionarios nacionales. Gray reacomodó su agenda para no desairarlos, después de una semana en la que esquivó todas las convocatorias. Por su malestar con el avance de Máximo Kirchner sobre el PJ bonaerense, faltó a las cuatro reuniones con intendentes convocadas tanto en Olivos por el Presidente como en La Plata por el gobernador Axel Kicillof.
Con Manzur, que viene tratando de "mimar" a los heridos del Frente de Todos, quedó en tomar un café. Cuando el gerente de la nueva sucursal le pidió una foto con herramientas, pasó de largo a la pala. "La pala no, porque me cargan. Van a decir que ando plantando cosas", bromeó sobre su campaña "Yo me planto", cuando enterraba la pala en la tierra en advertencia a Kirchner hijo. "Prefiero el serrucho", les dijo y posó con amplia sonrisa y a sabiendas del impacto que tendría la imagen.

Gray le escapó a la pala y se tentó con el serrucho.
Con la misma habilidad para seducir intendentes, Manzur sumó invitados al almuerzo del Círculo Rojo convocado por el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp). Veinticuatro horas antes avisó que ampliaba su comitiva y que llegaría con su incondicional, Jorge Neme; el ministro Eduardo De Pedro; el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz; y los presidente del Banco Nación y del Central, Eduardo Hecker y Miguel Pesce. Kulfas estuvo invitado, pero tenía otro compromiso.
En el VIP, los recibieron muy amistosamente el presidente de la UIA y de Cicyp, Daniel Funes de Rioja; el hombre de la Bolsa, Adelmo Gabbi; Hugo Eurnekian (como siempre, se sirvió vino de la bodega familiar en la neuquina localidad de El Chañar); Betina y Alejandro Bulgheroni, acompañados por "Alejandrito", el menor de sus hijos; Martín Cabrales y, entre otros, los embajadores de Brasil y Gran Bretaña.

Manzur, Beliz y Funes de Rioja en el hotel Alvear.
Casi todos repitieron la misma pregunta, especialmente al ministro del Interior: -¿Cristina apoya el acuerdo con el FMI? Los tranquilizó la disponibilidad de De Pedro, que a todos respondió que sí, se mostró de buen ánimo, destacó que el programa Previaje "anda muy bien" y que la costa atlántica ya tiene reservas casi por la totalidad de las plazas. Además, el ministro se quedó sentado un rato, aunque no almorzó, porque tenía una comida en otro sector del hotel Alvear con empresarios de la Cámara Española. Sorprendió Manzur con un discurso leído de 55 minutos que perjudicó el punto del lomo, servido apenas pasado. "No nos echó la culpa de nada", se alegraron varios empresarios que lo escucharon con atención y que por la noche repasaban en su memoria si el ministro coordinador había dejado alguna pista sobre las reservas del Central y los viajes al exterior. Para mostrar la comodidad del mediodía empresarial, Funes de Rioja agradeció y avisó que no había ninguna pregunta para el jefe de gabinete, tal vez porque en su alocución había tocado todos los temas de actualidad. La despedida se la cedió a Beliz, que hizo un brindis por "una Argentina más unida, más justa y más equitativa".