La nueva Argentina comenzará a gestarse el lunes, cuando las urnas estén guardadas, pero usadas.
Javier Milei y el peronismo se disponen a zanjar, en las elecciones de este domingo, una disputa agónica que podría arrojar interpretaciones contrapuestas y dejar para el día después la definición de la Argentina que viene. ¿Qué será del dólar, la economía, el take over de Donald Trump, el mileísmo 2.0 y la línea de largada para 2027?
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Es probable que los comicios deparen lecturas diversas y que no modifiquen demasiado la relación de fuerzas en el Congreso. Lo que marcará el paso del futuro dependerá de las decisiones que tomen los actores principales en los ecosistemas político y económico cuando se guarden las urnas.
La referencia es al Gobierno, pero también al peronismo de la interna siempre irresuelta, los gobernadores de Provincias Unidas, que deberán definir si construyen para sí mismos o para otro; la vena neocolonial de Trump, el mercado financiero, el Círculo Rojo, los sectores vapuleados por el modelo y hasta un sindicalismo que deberá salir de su dolce far niente en momentos en que se habla de dar vuelta como una media las relaciones laborales.
Javier Milei y el sentido de ganar o perder
Meses atrás, Milei hablaba de "pintar el mapa de violeta" y le ponía a La Libertad Avanza (LLA) un piso del 40% de los votos con miras a un 45%.
En función de esos parámetros de máxima, todo sugiere que el oficialismo perderá. Tanto es así que, ahora bañado en humildad, el Presidente acaba de ponerse el módico objetivo de crecer desde la nada de su historia y obtener un tercio de las bancas en la Cámara de Diputados, lo justo para sostener futuros vetos y para resistir eventuales intentos de juicio político.
Grosso modo, se le presentan al oficialismo tres escenarios. Tomando en cuenta parámetros históricos, una cosecha de más del 40% sería un éxito, en tanto una de entre 35 y 40% supondría un panorama que, si bien no sería demasiado satisfactorio, lo dejaría en un nivel competitivo para 2027. Por debajo de ese umbral o, peor, con menos del 30%, su futuro se haría preocupante.
Otro nivel de análisis está dado por la cuenta nacional de votos. Eso no es problema para LLA, pero sí para el peronismo, cuyo liderazgo está vacante y se presenta con marcas diversas en muchos territorios.
Conocedor como pocos periodistas de las situaciones políticas de cada provincia, Adrián D’Amore escribió en Letra P un editorial que compendia los criterios que usará el sitio para definir qué sumará a la cuenta peronista.
¿Las elecciones incuban una sorpresa?
Los vaticinios de relativa paridad llaman la atención cuando el consumo se arroja del subsuelo al vacío, la economía ya es abiertamente recesiva, el endeudamiento de las familias toca máximos históricos y el empleo vuelve a ser un problema.
Para peor, la política no ayuda. A presentaciones públicas controvertidas de Milei –el recital en el Movistar Arena, entrevistas como la que le concedió a Eduardo Feinmann...–, armados y listas deficientes y candidatos sospechados como el defenestrado José Luis Espert y la rionegrina Lorena Villaverde, se suma la participación de otros, como Karen Reichardt, quien se muestra peleada a muerte con la gramática, despectiva con la gente que pretende representar y hasta ignorante del nombre de las localidades que recorre.
Ayer fuí a la matanza (la Ferrere) con @Leigianni conocí personas buenas que no son parte de la decadencia kirchnerista pero que naturalizaron el paisaje de vida que los rodea, son gente de bien y de buen corazón;
¿El clima electoral polariza y suma en los extremos o algo está pasando por debajo del radar de esos estudios?
Las exigencias de Donald Trump y el Círculo Rojo
El Presidente puede declararse satisfecho con crecer en el Congreso y con quedarse con un tercio o algo más de la cámara baja, pero el Círculo Rojo y el gobierno estadounidense –convertido en su garante– le reclaman más.
El Presidente o, más bien, el virrey Scott Bessent, El LobistaBarry Bennett y su terminal local, Santiago Caputo, deben conformar algo parecido a una mayoría legislativa que aceite la aprobación de las reformas necesarias para cristalizar el modelo: la impositiva, la laboral y la previsional, que no están diseñadas justamente para servir a los intereses de las mayorías.
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Santiago Caputo y el lobista republicano Barry Bennett operan en sintonía para proveerle a Javier Milei un nuevo esquema de gobernabilidad.
Para conseguir ese objetivo, las terminales locales del Protectorado Estadounidense del Río de la Plata deberán definir qué cuotas del poder que les queda van a cederles a los nuevos aliados. Como lo que resta para repartir es poco, la tarea se torna difícil. En este punto comienzan para Milei las elecciones del lunes 27.
El significante "Pablo Quirno"
El portazo que pegó el miércolesGerardo Werthein al renunciar a la Cancillería sonó fuerte. Sin cumplir su promesa de esperar al 26 a la noche para decidir, con los resultados en la mano, el formato de su futuro gabinete, el jefe de Estado "anarcocapitalista" –sic– llenó con apuro ese casillero. El gesto, destinado a primerear los reclamos de potenciales socios, no fue precisamente un indicio de confianza sobre el veredicto de las urnas.
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Pablo Quirno, el nuevo canciller. La diplomacia es el rescate de Estados Unidos.
Esa designación fortalece a Toto Caputo y a Los Picantes del Palacio de Hacienda, el equipo económico que ha traído al país a la actual encrucijada.
La novedad de Quirno porta el mensaje de que la diplomacia girará obsesivamente en torno a los Estados Unidos y se guiará de manera excluyente por las necesidades del salvataje. Esto, sin embargo, no despeja la duda sobre para qué se necesita poner en el Palacio San Martín a un hombre que ya era secretario de Finanzas.
Si bien Santiago Caputo promovía el nombre del extremista de derecha Nahuel Sotelo, actual secretario de Culto, Civilización y Medioevo, hay que recordar que fue el primero en ponerle freno públicamente a las ansias de take over de Mauricio Macri al recordarle que la "nueva mayoría reformista del Congreso" deberá atenerse al liderazgo de Milei.
Estamos de acuerdo, Presidente Macri. Argentina necesita una nueva mayoría reformista que empuje en el Congreso los cambios de fondo que el Presidente @JMilei lidera.
¿El asesor se resignó a perder una pulseada? No precisamente y, de hecho, puede que, para beneplácito del Lobista Bennett, esté quedándose con buena parte de lo que le faltaba controlar. También eso comenzará a conocerse después de las elecciones.
El dólar y su futuro imperfecto
El fortalecimiento del otro Caputo, el ministro de Economía, termina por el momento con las versiones de apartamiento y da cuenta de otro elemento de incertidumbre que comenzará –sólo comenzará– a despejarse el lunes 27: el futuro del dólar.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) no deja de recordarle al Gobierno la necesidad de que acumule divisas en las cuentas del Tesoro y reservas en el Banco Central para estabilizar el mercado cambiario y dar certezas sobre la sustentabilidad de la deuda. Si Milei y Toto Caputo hicieran caso, se sumaría a la plaza una demanda que llevaría la cotización todavía más arriba.
Sin embargo, el jefe del Palacio de Hacienda sostiene que el proceso devaluatorio que se desató en abril ha llevado al billete verde a un nivel de 1500 pesos "más que cómodo". En la misma línea se ha expresado el virrey Bessent y, si bien nunca hay que esperar un anuncio de devaluación, también hay que prestar atención a lo que dicen los protagonistas y recordar que siempre es posible persistir en un error.
¿Reservas? Para eso está la deuda, como la que el Gobierno negocia en estos días, parece responder, como siempre, Toto Caputo.
Las elecciones después de las elecciones
Es posible entonces que el tan esperado 26-O no haga más que prolongar las incertidumbres de la coyuntura.
¿Salvará la ropa Milei o el rescate financiero y político serán, para él, condiciones de supervivencia?
¿Hasta qué punto los opoficialistas locales llamados al Operativo Rescate se verán obligados a obedecer sin chistar lo que les pida Washington y en qué momento comenzarán a mirar con sus propios ojos a un gobierno embretado?
Por otro lado, ¿cómo comenzará el peronismo a dirimir la puja entre Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof? ¿Será en términos civilizados o con amenazas de ruptura?
Axel Kicillof y Cristina Fernández de Kirchner, polos de una interna peronista apenas anestesiada por el proceso electoral.
¿Cómo reaccionarán los colectivos más castigados si el Gobierno, como todo lo indica, se mantiene indolente a sus quejas?
¿Qué hará o, más bien, hará algo de una vez la Confederación General de Twitter (CGT) cuando los trabajadores que representa no sólo sufren el día a día, sino que ahora son amenazados con la imposición de "salarios dinámicos", caducidad de convenios colectivos y reformas flexibilizadoras?
Todo lo mencionado será parte de lo que se gestará el día después, lo que le dará verdadera forma a la Argentina del futuro.