En Córdoba, figuras que forman parte de La Libertad Avanza parecen moverse a un ritmo ajeno al frenesí que ha marcado la agenda política poselectoral. Con representaciones aseguradas en el Congreso, se permiten marcar estrategias de construcción diferentes a las que devienen de la fusión entre el líder de su espacio, Javier Milei, y la cúpula del PRO, parte de la alianza Juntos por el Cambio.
Ostentando los números cosechados en la provincia, en la que se impusieron con una mejor cosecha que en las PASO (80.000 votos más), consideran que no son imprescindibles los refuerzos en materia dirigencial. En esa línea, sostienen que los acuerdos suscriptos son secundarios frente a las necesidades “reales” del espacio que en Córdoba tiene como exponentes al titular del Partido Demócrata, Rodolfo Eiben; al empresario Gabriel Bornoroni y la presidenta del MID, Cecilia Ibáñez.
“Trabajamos, como hasta ahora, los que tenemos que trabajar. Tenemos que ampliar la red de fiscales y salir a buscar el voto de la gente. Esas son prioridades. No sumar dirigentes porque sí”, subrayan voces que recorren la geografía mediterránea.
La revaluación del propio plantel, que alterna empresarios, jóvenes que incursionan por primera vez en política partidaria, dirigentes con trayectoria en otros partidos y titulares de sellos, se presenta como contraste ante la atención que recibe la turbulenta ampliación del espacio.
Aún reconociendo heterogeneidad y dosis de amateurismo, especialmente frente al aceitado funcionamiento de los aparatos de fuerzas tradicionales, los dirigentes mediterráneos destacan que el combinado libertario se ha mostrado más sólido que el nuevo socio, cuya integración parece diluirse en discusiones que remontan a lo programático y concluyen en lo pragmático.
Más aún, afirman que tales peleas operan como distracción en un contexto donde el tiempo es un bien finito. “Están mirando eso, no las medidas que tome Massa. Son cuatro semanas, no podemos entretenernos. Está en juego el país”, afirman.
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De todos modos, las huestes del “león” no creen que la implosión cambiemista opere como lastre para sus posibilidades de triunfo. Por el contrario, esperan recibir a la mayoría de los desencantados. “La pelea de ellos es vergonzosa. Pero es entre dirigentes. Es la casta. La gente es la que nos va a votar. En Córdoba seguimos siendo la opción anti-K más votada”, se ilusionan.
Banca en mano, aprovechan para ratificar su adhesión a La Libertad Avanza ante las deserciones de las últimas horas. "No se nos ocurre. La gente nos eligió y tenemos que atender su mensaje", afirman ante eventuales rupturas ocasionadas por la resistencia a la nueva alianza con socios de JxC.
Ambacentrismo
Nuevamente, la performance electoral en Córdoba sirve para renovar el pedido de una mirada federal para los referentes de una fuerza que “pecan” del reconocido porteñocentrismo. Vaya como muestra la renuencia del líder a "bajar" a las provincias.
“Hasta el martes ni nos habían llamado, pese a que habíamos ganado la segunda provincia, derrotando a un peronismo que parecía invencible. Recién el miércoles nos dijeron que avancemos en acuerdos distritales. Pero nosotros ya estábamos trabajando. No podíamos esperar que a ellos se les ocurra”, trinan voces que participan del armado y piden lugar en las instancias de decisión.
Ya con instrucciones más precisas, aseguran que avanzarán en la pata local del armado que incluye a los amarillos. Pero entienden que son los potenciales socios quienes deben mover primero sus fichas. Entre los esperados se encuentran dirigentes cercanos a Juan Schiaretti y Martín Llaryora, gobernador actual y gobernador electo. La similitud de algunas propuestas, como la reforma tributaria, podría reforzar gestiones ya en marcha.
Hasta aquí, afirman, sólo han recibido contactos informales por parte de segundas líneas. Para ellas, hasta el momento, tampoco hay cupos confirmados en una eventual gestión que necesitará completar organigramas en dependencias estatales. Eso también, claro, se decidirá en Buenos Aires.
Avanzados los acuerdos, las mismas voces consideran conveniente entregar el control de la campaña al PRO, más precisamente a Mauricio Macri, en aquellos lugares donde LLA no cuenta con robusta presencia. Territorialidad, herramienta de la casta, necesaria para derrotar a la casta.
Tal sugerencia, entienden, no debería aplicarse a Córdoba, donde la fórmula encabezada por Milei se impuso en 23 de los 26 departamentos. “Acá no necesitamos dirigentes que den órdenes”, repiten.
Control garantizado
Similar ambigüedad recorre las proposiciones sobre la fiscalización. Aunque se admiten las dificultades que puede implicar la clamorosa salida de Luis Barrionuevo, valorado también por su utilidad como ariete de una posible reforma laboral, consideran que en la provincia está garantizado el control de los votos que esperan sumar.
De hecho, el acuerdo con el líder gastronómico implicó una movilización de 200 mil afiliados de UTHGRA, con tareas que incluyeron logística, en 11 provincias, entre las cuales no se encontraba Córdoba.
“Hicimos un gran trabajo en las generales. Necesitamos refuerzos para tener más presencia en las escuelas. Sobre todo de gente con experiencia. No hay margen de error ante el kirchnerismo”, conceden las fuentes consultadas.