Libertarios de Córdoba ya piden lugar en el gabinete de Milei
La tropa de LLA se preocupa por su futuro si el minarquista llega a la Casa Rosada. Temor al porteñocentrismo y la experiencia de Macri como espejo. Quiénes se anotan.
María Celeste Ponce y Gabriel Bornoroni, dos de los tres diputados de Milei electos en Córdoba.
Cecilia Ibáñez, Rodolfo Eiben y Gabriel Bornoroni, integrantes de La Libertad Avanza de Córdoba.
Referentes y armadores de La Libertad Avanza en Córdoba recorren la geografía mediterránea con el aplomo de quien paladea un triunfo inevitable. Su confianza supera los márgenes del éxito que les auguran sondeos de opinión que ratificarían un triunfo del espacio que lidera Javier Milei, tanto a nivel nacional como en la segunda provincia del país, un distrito clave para el futuro mapa del poder. Precisamente desde allí envían un osado mensaje a las cúpulas libertarias que, con similares percepciones, ya esbozan un (aún hipotético) gobierno de propio cuño: es necesaria una gestión que cumpla con los postulados del federalismo.
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Reinterpretando una de las consignas más declamadas de las últimas décadas, los voceros cordobeses piden incorporar dirigentes del interior al eventual gabinete minarquista. Más aún, quieren que tales funcionarios acrediten experiencia en gestión y conocimiento de las economías regionales, muchas veces meramente descriptas desde el puerto.
Para sustentar tal petición recomiendan al "león" y su entorno que considere dos aspectos. Sobre la mesa, la gran cantidad de votos obtenidos por Milei en las provincias, en las recientes PASO. Según el recuento oficial, el candidato libertario se impuso en 16 de los 24 distritos nacionales. Más importante aún, ganó en reductos históricamente vinculados al peronismo, como Tucumán, Salta, Jujuy, Catamarca y La Rioja; y provincias donde Juntos por el Cambio se había hecho fuerte, como Mendoza, Córdoba y Santa Fe.
Por otro lado, las mismas fuentes que piden evitar el porteñocentrismo, sugieren tomar en cuenta la experiencia del gobierno cambiemista que, encabezado por Mauricio Macri, gestionó entre 2015 y 2019.
“Sería un grave error si se repitiese eso de gobernar con los amiguitos de Buenos Aires o los compañeritos del secundario. Hay que incorporar a la gente del interior. Que tenga representación en lugares de decisión, en secretarías y dependencias importantes del Estado. Los del interior damos pelea, no sólo por los votos, sino también por las cuestiones centrales”, explica un dirigente con aspiraciones y que habla en representación de una "mayoría" libertaria cordobesa.
Las advertencias incluyen críticas al rol que desempeñara Marcos Peña, a quien el propio economista fustigara en los albores de su popularidad, como filtro de Macri. “Muchos le quisimos acercar ideas porque conocemos cómo se manejan las cosas en las provincias. Conocemos cómo funcionan la cosa pública y queremos que al país le vaya bien. Pero nos dificultaban todo; nos abortaban cualquier idea. Son las hogueras del poder, nadie quiere consejos”, evoca el también adversario.
El conocimiento que presume la fuente alude al manejo de carteras, secretarías y direcciones que, aún las de segundas categorías de los organigramas, resultan cruciales para el éxito de una gestión estatal. Habitualmente destinadas a las “burocracias” partidarias, también constituyen un botín a repartir entre aliados.
Aunque no presente el modelo de las grandes coaliciones, que mixtura fuerzas tradicionales con partidos jóvenes, LLA también responde al formato de alianza, con variados socios en todo el país. Para ellos, un eventual éxito aseguraría cupos que repartir y ocupar.
En Córdoba, son tres los sellos que convergen: Partido Demócrata, cuyo presidente, Rodolfo Eiben, aspira al Parlasur; MID, cuya titular, Cecilia Ibáñez, ocupa el tercer lugar en la lista para Diputados; y Unión Celeste y Blanco. Nombres de estas fuerzas, junto a adherentes individuales del empresariado y sectores profesionales; movimientos que orbitan en la misma galaxia como el Partido Libertario del electo legislador Agustín Spaccesi, deberían completar buena parte de los cargos en las dependencias estatales repartidas en toda la provincia.
Un primer cálculo arroja unos 300 puestos, entre administrativos y políticos, para oficinas de ANSES, PAMI, AFIP, FADEA, SENASA, INTA, entre otros. También para direcciones y ministerios, donde deberían primar cuadros técnicos. Claro que la cifra variaría si finalmente el minarquista aplicase con rigor su mentada motosierra. Y, desde ya, no todos adhieren acríticamente a las ideas que el exarquero ha ventilado.
Milei y sus candidatos en Córdoba.jpg
Javier Milei con María Celeste Ponce y Gabriel Bornoroni, sus candidatos en Córdoba.
Claro está, también habría que contemplar las gratificaciones para conversos o repescados de fuerzas tradicionales que se sumen al armado del excéntrico economista. Varios de los gabinetes podrían completarse luego de acuerdos con partidos afines, entre los que se mira con particular interés al mismo PRO.
Para saciar expectativas, que ya incluyen tres diputados por Córdoba, ese mismo plantel deberá garantizar la fiscalización en la decisiva instancia de octubre. Según afirman a Letra P, hasta el momento cuentan con 4.000 veedores listos para la tarea. Aunque reste al menos el doble para el ideal de más de 9.000, en razón de uno por mesa, aseguran que presentarán uno por cada establecimiento donde se vote.