MEMORIA & BALANCE

La economía y el gabinete que Fernández no muestra

Después del urnazo en las primarias, los CEOs caminan a un acercamiento con el PJ aceptable y mercado friendly. Los banqueros militan el fin de la tesis Caracas y hablan de Redrado, Agis y Nielsen.

En Catalinas reinan las oficinas de banqueros. Uno de ellos levanta la tasa de café, da un sorbo y, mientras mira por la ventana, cuenta una rareza. El armado del espacio de Alberto Fernández tiene un viraje a la moderación y a la ortodoxia económica que ayudó a que el establishment lo viera de otra manera. “Me hace acordar al primer Néstor (Kirchner)”, recuerda el ejecutivo. Unas torres más hacia el lado del microcentro, otro banquero menciona tres nombres: Emmanuel Álvarez Agis, Guillermo Nielsen y la última perla del albertismo, el ex presidente del BCRA que él mismo nombró, Martín Redrado. Los tres son cuadros que empiezan a delinear un gabinete económico o de hombres de consulta. Los que conocen a Fernández dicen que tiene el vicio de Napoleón que hizo costumbre Kirchner: elogiar, dar, quitar, criticar, pero nunca confirmar a nadie como cabeza de nada. Menos aún, como imprescindibles. Así, evita internismo y vedetismo. Y, además, juega al misterio con la carta ganadora de los 15 puntos bajo la manga.

 

Álvarez Agis estuvo hace unos días en Estados Unidos. Garantizó que la idea es cumplir las obligaciones. 

 

 

Con Redrado se conocen desde hace 30 años, cuando Fernández era superintendente de Seguros. Empezaron a hablar hace unos 15 días, admiten en el búnker de la calle México. Fue, Redrado, uno de los hombres que deslizó que la escapada del dólar pudo ser una operación intencional del oficialismo

 

Con Nielsen, secretario de Finanzas de Roberto Lavagna en el gobierno de Kirchner, la relación es personal y directa. Arranca con mensajes a las 8 de la mañana e incluso ya lo sumó a algunas reuniones importantes, como la que mantuvo con el gobernador de San Juan, Sergio Uñac. Nielsen es uno de los que trabajó en el plan para Vaca Muerta, guardado bajo siete llaves. Es uno de los corazones del programa de Fernández.

 

El caso de Agis es notorio: ex vice ministro de Axel Kicillof, quedó exiliado en el post kirchnerismo hasta que Fernández se convirtió en el candidato menos pensado. Cuentan que recompuso la relación con Kicillof y que es un puente entre la ortodoxia y la heterodoxia de los economistas del Grupo Callao. “Un rebelde que conoce los límites, que nos entiende”, describen. Como el candidato a gobernador, Agis charla seguido con el titular del Banco Central (BCRA), Guido Sandleris, porque los tres compartieron militancia universitaria, lejos del conservadurismo. Desde siempre fue Agis un hombre vinculado a los mercados y hace unos días giró por Estados Unidos hablando con inversores externos sobre el país que viene. Aclaró que hay voluntad de pagar y cumplir obligaciones.

 

 

 

A su regreso, Agis se hizo ver en dos eventos de bolseros y banqueros: una charla que organizó Allaria Ledesma en el edificio de la Bolsa, donde compartió cartel con Luis “Toto” Caputo, y un desayuno que organizaron el Banco BST y el fondo Quinquela. Allí bajó una línea que sosegó a varios. “Aplicar un control de cambios sería game over”, manifestó. Eso y las reuniones de Macri con Fernández aplicaron los ánimos mientras el Banco Central parece perdido respecto a cómo actuar en la corrida.

 

Si la cuestión fuera una elección de los CEOs y los banqueros, los ministeriables no saldrían de los tres anteriores. Pero Fernández se apoya con confianza en Matías Kulfas, ex hombre de Marcó del Pont; y Cecilia Todesca, los Callao puros que lo acompañan desde el tiempo en que ni siquiera había limado asperezas con Cristina Fernández. Pero el pasado lo condiciona al candidato de Todos: en un contexto que seguramente será de crisis, asuma quien asuma y pase lo que pase, debe dar señales múltiples y a todos los sectores, sin distinción ideológica. El giro está aprobado por CFK como parte de la nueva etapa.

 

 

Redrado se conoce con Fernández desde hace 30 años. En el búnker dicen que hablan seguido. 

 

 

En la oficina de la calle México entienden la expectativa del sector privado, que desfiló en las últimas horas viendo a Fernández -uno de ellos, Marcos Galperín, el ceo de Mercado Libre-, pero aseguran que “no se va a mostrar ningún gabinete hasta después de la primera vuelta”, como adelantó el propio Fernández en la conferencia de prensa que brindó este martes, después de hablar con el presidente Mauricio Macri, cuando admitió que estaba analizando nombres para su equipo de gobierno pero que no daría detalles al respecto.

 

 

 

En el chat de Whatsapp Nuestra Voz, que reúne a 256 empresarios que, en su mayoría, trabajaron apoyando al oficialismo, hay cada vez más conversos. La moderación y el no desprecio de Fernández se vieron plasmados en uno de los clásicos flyers que se generan en esa usina, que llamaba a trabajar por el país más allá de los candidatos.

 

El jueves por la mañana, estuvo en el búnker albertista de la calle México el empresario cafetero Martín Cabrales, que se reunió con un viejo conocido, Santiago Cafiero. Se conocen de los años de Industria en el gobierno de Daniel Scioli. El jefe de campaña de Fernández le confirmó la moderación, alejó rumores de Venezuela y le habló de un plan industrial con perfil en pymes. Se fue con una idea de calma, relatan. 

 

Como reveló Letra P, hace unas semanas se reunió también con Fernández, pero en el departamento de Pepe Albistur de Puerto Madero, el CEO de Pampa Energía, Marcelo Mindlin. El lunes, hizo una call conference con inversores y les dijo lo mismo que al candidato, que seguirá invirtiendo y apostando al país.

 

Casi todos los CEOs están virando hacia posiciones más amigables con un peronismo ortodoxo, ese que nunca odiaron, como suelen decir. Desde el Coloquio de IDEA de 2017, los ejecutivos buscaban un peronismo de centro con el que charlar. “Pensamos que sería una tercera fuerza, pero esto nos sorprendió a todos”, se sinceró un líder alimenticio, entrampado en la remarcación de precios post devaluación.

 

 

A Lavagna los CEOs lo ven adentro del peronismo post octubre. ¿Deseo o realidad?

 

 

Algunos ya militan con ganas el albertismo ante lo que, dicen, es una elección “liquidada”. Los banqueros nacionales llaman la atención: se reúnen con extranjeros que invierten y les aclaran que la tesis de que Argentina es o será Venezuela es una falacia. La "tesis Caracas”, le dicen en la City. En el Gobierno hubo incluso un funcionario de peso que le dijo a Macri que abandonara esa muletilla, que no rindió ni en lo electoral ni en la diaria de los mercados. “El único que no lo entendió es Pichetto”, refunfuñó. El ex senador K y actual compañero de fórmula de Macri sigue enfrascado en una verba antigua y demodé para buena parte del gabinete.

 

El Círculo Rojo apuesta, tras las PASO, a que Fernández crecerá en votos por sobre el 50% en octubre y que, en el futuro, esa hegemonía redundará en un nuevo y último reagrupamiento del peronismo. Casi que descuentan que Lavagna, hoy compitiendo por la presidencia, terminará sentándose con Fernández una vez que se compruebe lo que el candidato del Frente de Todos promete: charla, negociación y moderación. Que el que manda es él y no la ex presidenta. En el lavagnismo lo niegan, gesto lógico en plena pelea por los votos.

 

Hay una sola duda que para el Círculo Rojo es obsesión y puede dinamitar los primeros meses del próximo gobierno, sea con Macri o Fernández a la cabeza: la situación de las tarifas dolarizadas de los servicios públicos, una situación que en este contexto es insostenible pero que tiene el inconveniente de que está pautada con un dólar 20 pesos inferior al actual. Son detalles de lo que muchos miran: enero de 2020.

 

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