El Presidente no quiere otro fracaso en el Congreso. El jefe de Gabinete, en la cabecera de la rosca. Lecturas y perfiles.
Nicolás Posse y Guillermo Francos, en la Asamblea Legislativa.
Con la fotografía del último viernes del jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y el ministro de Interior, Guillermo Francos, junto a todos los gobernadores en la Casa Rosada, el presidente Javier Milei ratificó la misión que les encomendó a ambos funcionarios: evitar otro fracaso de la ley ómnibus y hacer viable el Pacto de Mayo.
Hasta antes de esa cumbre, que comenzó a las 15.13 y se extendió hasta las 18.45, Francos era prácticamente el único que tenía diálogo con los mandatarios provinciales y otros actores relevantes para avanzar con el paquete de reformas del Presidente, pero carecía de poder para cambiar el texto en cada una de las reuniones que encabezaba y debía consultar sí o sí todo con Posse. Éste, a su vez, muchas veces debía chequear con el Presidente o con el asesor estrella, Santiago Caputo.
Para evitar las intermediaciones, las marchas y las contramarchas que obligaron al oficialismo a retirar el proyecto del debate en Diputados, el jefe de Gabinete tendrá ahora un rol mucho más activo en el barro de la política. "Uno no reemplaza al otro; por pedido de Milei, van a complementar el trabajo con roles y dinámicas de trabajo distintas. Posse se va a meter más en las negociaciones y Francos va a liderar las conversaciones políticas", explicó a Letra P una fuente autorizada de la administración libertaria.
El cambio de roles de los funcionarios o, como prefieren decirle en la Casa Rosada, "la dinámica de un tándem que se complementa para estar más metido en las negociaciones", se produjo por orden directa del jefe de Estado ante la ofensiva los gobernadores, incluidos los de Juntos por el Cambio, que amenazaron con pulverizar el viejo sueño de Mauricio Macri de fusionar ambos espacios, y también por el fracaso de la ley ómnibus original.
Por eso, el último viernes, en el Salón Eva Perón de Balcarce 50, quedaron explícitos los cambios: Posse se sentó en la cabecera de la mesa que ocupa Milei en sus habituales reuniones de gabinete. El ministro coordinador, cuya voz es desconocida para el gran público, debe tener diálogo directo con la dirigencia política, en este caso con los 23 gobernadores y el jefe de Gobierno porteño, que habían llegado para acordar una suerte de previa del Pacto de Mayo. Algunos prácticamente no le conocían la voz. Francos lo escoltó para luego profundizar las agendas en roscas más reducidas.
Francos recibió este miércoles al gobernador Alfredo Cornejo. Además de la promesa de atender las demandas de los gobernadores, lo hizo porque el mendocino no asistió a la reunión del viernes: estaba de viaje en el exterior y en su lugar envío a su vice, Hebe Casado.
El Gobierno define cómo será la dinámica de la creación de dos comisiones: una de tipo política, encabezada por Francos, y otra económica liderada por Toto Caputo, en la que invitarán nuevamente a los gobernadores para hablar sobre todo aquello que los inquieta, como la reforma laboral y jubilatoria, el nuevo proyecto de Impuesto a las Ganancias y la eliminación de fondos discrecionales, subsidios y obras públicas.
Todos esos temas seguirá de cerca Posse, que antes se mantenía al margen, un poco porque no le interesa la rosca política y otro por estar sumergido en los cambios del organigrama del Estado, que desguazó en sintonía con las ideas de Milei, y el monitoreo de otros funcionarios: fue el verdugo de Guillermo Ferraro (Infraestructura), Omar Yasín (Trabajo) y Enríque Rodríguez Chiantore (Servicios de Salud). Su ojos y oídos eran los de José Rolandi, el enviado de Jefatura de Gabinete al Congreso para negociar la fallida ley ómnibus.
Posse y Francos pasaron por Corporación América, el holding de Eduardo Eurnekian que opera en sectores como aeropuertos, agronegocios, servicios, energía e infraestructura. De hecho, el jefe de Gabinete y el ministro de Interior conocieron allí al Presidente, que se desempeñaba como economista jefe del empresario argentino de origen armenio.
Antes de su primera experiencia en la función pública, Posse fue director de Aeropuertos Argentina 2000 en la Región Sur del país y compartió lugares de trabajo con el hoy primer mandatario: pasaron de ser compañeros empleados por el magnate a amigos. Hay quienes dicen, incluso, que hoy son confidentes y de ahí la influencia del funcionario en el Gobierno.
Igual que el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, el jefe de Gabinete de Milei es egresado del St. Brendan’s College. Después se formó como ingeniero industrial en el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) y se graduó con honores en 1989. Completó sus estudios en un programa de Cambridge University.
El caso de Francos en el sector privado es distinto. Si bien es abogado egresado de la Universidad del Salvador y tuvo empleo en Corporación América, donde ocupó distintos puestos -entre otras funciones, fue director del holding en 2012 y presidente de Aeropuertos Argentina 2000 entre 2000 y 2007, donde conoció a Milei-, cuenta con una larga trayectoria política.
Fue presidente del Banco Provincia entre 2007 y 2011, durante la gobernación de su amigo Daniel Scioli, y representante de Argentina ante el Banco Interamericano de Desarrollo durante casi toda la administración de Alberto Fernández, puesto al que renunció para pasarse a las fuerzas del cielo en la campaña 2023.
Menos mencionada es su participación en el Partido Federal entre 1982 y 1997, por donde también pasaron jóvenes dirigentes del momento como Paula Bertol, y su acompañamiento a la fundación del partido Acción por la República, que creó Domingo Cavallo tras la salida del gobierno de Carlos Menem con la idea de competir por la presidencia en 1999.
Mucho antes, hizo su ingreso como joven promesa de la política a un grupo conservador que lideraba Juan José Catalán, un abogado tucumano que ocupó el cargo de ministro de Cultura y Educación durante la dictadura.
La relación se extendió hasta bien entrada la democracia y explicaría el vínculo actual de Francos con el hijo de Catalán, Lisandro Catalán, que fue presidente de la empresa de Mandatos y Negocios del Bapro cuando Francos estaba al frente del grupo y hoy es el segundo del Ministerio de Interior y mano derecha del ministro.