La actualización de jubilaciones por inflación retroativa a enero que disparó una sesión especial de la Cámara de Diputados sería un grano en el hiperajuste que aplica Javier Milei. Detrás de esa iniciativa están Elisa Carrió y Miguel Ángel Pichetto, un dúo muy dinámico según fueron pasando los años.
Puestas en la licuadora por el ministro de Economía, Toto Caputo, las jubilaciones son la columna vertebral del ajuste.
"Durante el primer bimestre, la reducción total del gasto primario habría sido de $3.869.000 millones en moneda de febrero de 2024", señala un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) publicado el 5 de este mes. "Una vez más -agrega-, los jubilados y pensionados habrían sido el grupo más afectado por esta reducción, contribuyendo con el 43% del total, equivalente a $1.682.000 millones".
El proyecto que impulsa Carrió a través del bloque que coordina Pichetto, el Señor Gobernabilidad, propone indexar las jubilaciones en forma retroactiva a enero, lo que implicaría meter en la bolsa de la recomposición la inflación acumulada del primer bimestre, que supera el 50%. Un golpe de nocaut para la fiesta del superavit creativo que celebran Milei y Caputo.
Carrió y Pichetto le arrancaron al presidente de la Cámara baja, el Menem lbertario Martín, una sesión especial convocada para este miércoles a las 12. Como contó Mauricio Cantando, a pesar del acompañamiento confirmado de Unión por la Patria, el cuórum no está garantizado, escenario que convierte en quimera a los dos tercios necesarios para aprobar la iniciativa sin paso previo por comisiones.
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No importa: el daño está hecho.
Menem intentó desactivar la sesión especial convocando, justamente, a discutir el tema en comisiones. No pudo: la real malicia de Carrió sostuvo el encuentro extraordinario y Pichetto, un animal político también ponzoñozo, acompañó. El pan y la torta.
Javier Milei provocó el estallido
La emergencia de Milei en el gran escenario nacional hizo volar por el aire el tablero político. Su ascenso al poder provocó una serie de reacomodamientos que incluyeron la zozobra de Juntos por el Cambio. De ese proceso revulsivo surgió el bloque Hacemos Coalición Federal, un combo de avenidas del medio que reunió ilustres figuras del republicanismo de distintos palos con poder de incidir en la aritmética de la Cámara de Diputados en un Congreso hiperfragmentado. El negocio del centro.
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Este es el Congreso hiperfragmentado que tratará los proyectos de Javier Milei
Allí confluyeron Pichetto y Carrió, arietes de la República perdida con origen en la grieta tradicional bipartidista de peronistas y radicales.
Miguel Ángel Pichetto y Elisa Carrió, según pasan los años
La sociedad que hoy sostienen era impensable en la era Antes de Macri (AM), cuando Pichetto era el vocero parlamentario más eficiente del kirchnerismo gobernante y Carrió, una feroz cruzada anti-K.
Cambiemos empezó a torcer esa historia. El rionegrino comenzó liderando el peronismo blando que acompañó todo el andamiaje legal que impulsó Mauricio Macri a través del Congreso (el Señor Gobernabilidad) y terminó de consagrarse como macrista ad-hoc en 2019, cuando inscribió el sello de su Peronismo Federal en el naciente Juntos por el Cambio y anotó su nombre en la boleta para la reelección presidencial que al final no fue.
"El mayor oportunista de la Argentina de repente es candidato a vicepresidente de la Nación", se reía Lilita en aquel tiempo, aunque consideraba que Pichetto, a pesar de ser "medio caracúlico", era el mejor postulante posible. "Cumple los acuerdos", le reconocía. Acuerdismo republicano.
Embed - Carrió atendió a Pichetto: "Es el mayor oportunista de Argentina"
Milei fue un límite (a la derecha) para la retirada siempre presente jefa espirutual de la Coalición Cívica, que pegó el portazo de JxC cuando el Pacto de Acassuso cavó la grieta en la alianza que había fundado con Macri casi diez años antes.
En la jugada de las jubilaciones, la que empuja es ella, pero él, que militó la aprobación en general de la ley ómnibus original en nombre de la tan mentada gobernabilidad y como vehículo para seguir castigando a Alberto Fernández a pesar de yacer, el expresidente, en el piso, la deja hacer. Como un Patán legislativo, Miguel, que no tiene nada de Ángel, acaso se ría solo.