Javier Milei, en su peor momento con el parlamento
Perdió el control de ambos recintos. No puede garantizar el blindaje a un veto. Cierres electorales y mala praxis. ¿Hasta dónde se animan los gobernadores?
Ni el caos del inicio de Gobierno, ni la caída en su imagen con los tarifazos del invierno anterior, ni los coletazos del caso $LIBRA tuvieron a Javier Milei frente a un Congreso tan hostil. El Presidente redujo al mínimo sus aliados, no puede pedir leyes, ni garantizar el blindaje a eventuales vetos de normas sancionadas por la oposición.
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El peor momento de Milei en el parlamento no tiene aún un traslado directo a las encuestas, pero debería representar una preocupación en la Casa Rosada: si bien los traspiés legislativos en sí mismos no matan a un gobierno, si se repiten semanalmente, como está ocurriendo, producen una erosión permanente con consecuencias impredecibles.
De hecho, nadie en el oficialismo midió el costo de haber anunciado proyectos, como el plan de Toto Caputo para sacar los dólares debajo del colchón, sin siquiera someterlos a un debate en comisiones en la Cámara de Diputados, donde abrir el recinto es someterse a un escándalo. Esa situación puede ser leída como una muestra de debilidad ante actores económicos, justo cuando Milei quiere continuar la baja del riesgo país.
Los referentes del oficialismo en ambas cámaras están preocupados. Reconocen que la comunicación con el Poder Ejecutivo es poca o nula, porque Milei no habilita negociaciones. Ni siquiera se toma tiempo para evaluar reasignaciones de partidas, que permitan mantener el superávit y atender demandas urgentes, antes que exploten en el recinto. La gimnasia de intercambio de borradores que hubo para tratar la ley Bases fue imposible de reeditar.
La inminente sanción el jueves de leyes para aumentar las jubilaciones y declarar emergencia en Discapacidad es un ejemplo. Como explicó Letra P, hubo un intento de funcionarios de Economía de hacer una contrapropuesta para que ambos proyectos no se trataran en Diputados, pero el Presidente prefirió no revisar las planillas excel y someterse a una derrota.
Si Milei escuchaba, aquella sesión de la cámara baja no hubiera tenido el cuórum. Tampoco el Ejecutivo acercó alternativas para evitar los emplazamientos aprobados el último miércoles en Diputados para debatir sobre presupuesto universitario y emergencia en pediatría, temas que se dictaminarán el próximo martes.
Javier Milei no responde
La cerrazón de Milei y el clima electoral generaron dos frentes opositores en el Congreso capaces de ocasionar varias derrotas sucesivas para el Gobierno. Uno es la sociedad de bloques hostiles que marca la agenda en Diputados. El otro es el scrum de gobernadores, que dio un paso esta semana con la presentación de un proyecto de ley en el Senado para regular el reparto a las provincias del impuesto a los combustibles y los Aportes del Tesoro Nacional (ATN).
Cómo había adelantado Letra P, el secretario de Hacienda, Carlos Guberman, propuso que las provincias absorban el mantenimiento de las carreteras nacionales; y que los ATN se utilicen, primero, para que Milei no tenga déficit. El Presidente cree que puede ganar esa batalla, porque entiende que el mandato electoral es ajustar y bajar la inflación.
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José Luis Espert, increpado por Unión por la Patria.
Algunas figuras libertarias empiezan a preocuparse porque temen que, si los mandatarios marcan la agenda fiscal, tarde o temprano, Milei deberá explicar si tiene gobernabilidad o si está de rehén de jefes provincial es. Sobre todo, porque, asociados a la oposición dura -que es la que arma sesiones en Diputados- los mandatarios pueden sancionar leyes a gusto hasta 2027.
Según el asesor presidencial, el negocio libertario era ceder las legislaturas locales y pelear presencia en ambas cámaras del Congreso, donde necesitan al menos un tercio en diciembre para blindar vetos. Los Menem no niegan que esa sea la jugada ideal, pero se defienden: recuerdan que pidieron a las figuras libertarias de las provincias no chocar de frente con los mandatarios hasta 2026.
En el sprint final de la campaña salteña, además, Orozco tuvo asistencia directa del ejército digital de Caputo, con un viaje al territorio y una campaña en redes sociales. Molesto, el gobernador Sáenz llamó a Karina Milei para pasarle factura. Hasta le hizo leer las capturas de los posteos de Las Fuerzas del Cielo.
En el Congreso tiene otra defensa a los ataques de Caputo: la única lista libertaria que recibió ayuda económica fue la de Chaco, donde hubo acuerdo con el gobernador, el radical Leandro Zdero. El resto fueron cuentapropistas. También hubo negociación para acordar en Corrientes, pero, explican, el mandatario radical Gustavo Valdés pidió demasiado. "Quería hasta los diputados nacionales. No tiene sentido ese acuerdo", explican los libertarios locales, que identifican los ataques de Caputo a la necesidad de participar del cierre de listas de la provincia de Buenos Aires.
Karina Milei no le garantiza un lugar al asesor en la mesa bonaerense y tampoco tiene definiciones claras sobre cómo moverse en el resto del país. Necesita figuras locales fieles para sostener la marca y competir en 2027 sin pedir ayuda a otros partidos. El equilibrio con los gobernadores es complejo. En el Senado, Valdés le ordenó al jefe de la bancada UCR, Eduardo Vischi, firmar los dos proyectos para aumentar el giro de fondos a las provincias; pero en la misma jornada también le pidió a sus diputados que no dieran cuórum, a diferencia que la mayoría de sus colegas.
Los gobernadores de partidos provinciales que no quieren romper con el Gobierno prefieren que haya un trámite largo en comisiones del Senado. "Podemos tirar una sola bala. Más es romper para siempre", fue una frase que se escuchó en la cámara alta de referentes de las provincias.
Unión por la Patria no lo permitirá. El lunes, el jefe de ese bloque, José Mayans, presentará un pedido de sesión para el jueves, con una lista de temas que ponga contra las cuerdas a Milei.
El listado incluirá proyectos del fondeo a las provincias, la emergencia en discapacidad, los aumentos jubilatorios, la prórroga de la moratoria previsional y un sinfín de iniciativas que pidieron los otros bloques para una sesión que Victoria Villarruel nunca convocó.
Los escudos de Patricia Bullrich
La vicepresidenta quedará entre la espada y la pared. Deberá definir si valida los dictámenes firmados en la autoconvocada comisión de Presupuesto o si se presta al caos, porque el jefe del bloque y titular de esa comisión, Ezequiel Atauche, ni siquiera tiene otra indicación que poner el cuerpo. Lo escolta Carmen Álvarez Rivero, del PRO, quien obedece a Patricia Bullrich.
Sin la experiencia legislativa que sí hace valer en Diputados Silvana Giúdici, que también reporta a la ministra de Seguridad, la senadora cordobesa no pudo evitar que UP avanzara con la agenda a gusto y hasta regaló escenas graciosas, como cuando se quiso ir de su comisión para que no avanzarán los dictámenes sobre jubilaciones, no la siguió nadie y tuvo que volver. Hasta el personal de seguridad hizo esfuerzos para contener las risas.
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El plan B de Villarruel es patear la sesión para agosto. El final será el mismo: los proyectos hostiles para Milei serán sancionados y LLA no garantiza el número para sostener eventuales vetos. El año pasado, Milei logró sostener su rechazo al aumento de jubilaciones y de presupuesto universitario con ayuda del PRO y la ruptura del bloque UCR, con el nacimiento de los "radicales con peluca", siete miembros de la bancada conducida por Rodrigo De Loredo.
Antes de dar el salto al oficialismo, Milei recibió a los radicales conversos en su despacho y les hizo una advertencia: si el parlamento le rechazaba sus vetos, iba a judicializar las leyes. Eran otros tiempos. Por aquellos días, había expectativa en que el Presidente pudiera completar la Corte en alianza con el kirchnerismo y así sembrar temor en Comodoro Py. En estos tiempos no será fácil encontrar un juez capaz de fallar en contra de las personas con discapacidad para complacer al Presidente.
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La emergencia pediátrica y el aumento del presupuesto universitario son las otras derrotas que se le vienen a Milei en el Congreso. Obtendrán dictamen el martes en Diputados. El primer proyecto tiene dos despachos similares: el de la oposición dura (UP, DPS, EF y CC); y el de minoría, del PRO y la UCR, que reduce las emergencias a un año -el otro a dos-, crea un nomenclador de prácticas e impide compras directas.
Ambos garantizan que funcione el hospital Garrahan. El PRO está que trina con el Gobierno por no desarmar ese conflicto: en la sesión del emplazamiento, el jefe de esa bancada, Cristian Ritondo, se negó a votar y se fue del recinto a los gritos contra su par de LLA, Gabriel Bornoroni. El exministro bonaerense no puede creer que el oficialismo no haya estirado la negociación citando a plenarios de comisión, para evitar derrotas en las sesiones. Abrir el recinto para perder nunca es un buen negocio, sobre todo cuando se vuelve costumbre.
Lo que sigue en Diputados
Para el futuro de las universidades, el radicalismo quiere cambios al proyecto del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que trabaja el resto de la oposición. "No tiene sentido una ley sindical", reclaman y preparan un despacho propio. En el partido centenario descreen de un rédito político de este debate. Intuyen que sólo la emergencia en Discapacidad le quita votos al Gobierno. El resto es más de lo mismo y el tal caso una eventual oposición a Milei debe hablar del costo de vida de las familias.
El desenlace en Diputados está escrito y nadie en el oficialismo parece capaz de evitarlo: en la primera semana de agosto habrá una sesión para aprobar emergencia en pediatría y fondeo a universidades, que serán ley en el Senado en medio de la campaña electoral y antes de los comicios de la provincia de Buenos Aires.
Habrá tiempo suficiente para que hagan las paces los bloques opositores que facilitaron la sesión del miércoles y en los últimos meses supieron articular temarios, con reuniones periódicas entre sus referentes. La peor fue la del martes último, cuando Paula Penacca (UP) recriminó a los gritos a Carla Carrizo (DPS) no haberla consultado antes de pedir sesionar.
En el resto de la oposición sospechan de un acuerdo con Martín Menem. Las autoridades de UP creen que esa hipótesis es absurda, porque no necesitaban hablar con nadie para romper la sesión. Explican que con la detención de Cristina Fernández de Kirchner, el clima del recinto será así. Por mucho tiempo.