El Congreso del PJ dio un nuevo paso hacia el acuerdo, pero entre Axel Kicillof y Máximo Kirchner reina la desconfianza. El terreno pantanoso de Javier Milei.
Javier Milei lo hizo: el peronismo se reagrupa: Máximo Kirchner, Axel Kicillof, Carlos Bianco y el Cuervo Larroque.
Máximo Kirchner prefirió ausentarse del Congreso del PJ bonaerense para evitar que una discusión subida de tono, como las que protagonizó el martes con Fernando Espinoza y Gabriel Katopodis, hiciera volar todo por el aire. Axel Kicillof mandó a los suyos a no calentar el ambiente. En tensión, pero consciente de que no tiene margen para la ruptura, el peronismo fuerza la unidad para enfrentar a Javier Milei.
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Lo electoral no va en línea con lo político. La regla que rige las relaciones que cruzan el cristinismo y el kicillofismo es la desconfianza. Las piezas pueden pegarse de manera momentánea. “Podemos ir juntos, pero lo político está roto y no tiene arreglo”, asegura una figura que dialoga con frecuencia con Cristina Fernández de Kirchner.
Aunque los referentes de los dos sectores -a los que se suma el Frente Renovador de Sergio Massa- piensan lo mismo, nadie se puede dar el lujo de salir a probar suerte por las suyas. Sería dejarle el triunfo en bandeja al acuerdo que ya sellaron La Libertad Avanza y el PRO en la provincia de Buenos Aires.
El camino de espinas del peronismo
Este sábado, el PJ bonaerense logró pulir las diferencias internas para cerrar un principio de acuerdo entre el cristinismo y Kicillof. En Merlo, se anunció el armado de una comisión que se encargará de cerrar el frente electoral que contendrá al peronismo. Estará integrada por el intendente Federico Otermin (Lomas de Zamora) y la intendenta Mariel Fernández (Moreno), en representación de Kirchner, y la vicegobernadora Verónica Magario y el ministro Gabriel Katopodis, por el Movimiento Derecho al Futuro (MDF), que encabeza el gobernador.
Junto al jefe del PJ bonaerense, los cuatro designados tendrán firma a la hora de oficializar el frente electoral. Eso deja la discusión en tres representantes del cristinismo y dos por el kicillofismo, tal como estaba en 2023. Todavía existe el riesgo de que la unidad no se concrete, si la interna se pone más áspera.
Para el miércoles, el frente deberá tener resuelto el nombre, la integración de los partidos y el mecanismo que oficializará el armado de las listas, que deben presentarse el 19 de julio. La discusión más tensa estará en torno a los apoderados de cada espacio. Para evitar que La Cámpora cope las nóminas, el sector que lidera Kicillof pretende que se estipule un mecanismo de firma conjunta o cruzada, que asegure que se respeten los acuerdos. Explican que ese modelo fue el que impuso Massa en 2019, cuando se armó el Frente de Todos.
Sin embargo, hasta los más optimistas sugieren que es probable que el gobernador inscriba el miércoles al MDF como reaseguro ante un eventual fracaso de las negociaciones de los diez días subsiguientes, que versarán sobre los nombres que integrarán las listas. En principio, se les pedirá a los intendentes que integren a las minorías de los Concejos Deliberantes para mantener la paz. En los distritos en los que el peronismo no gobierna se buscarán “mecanismos de compensación” entre espacios.
En el MDF conviven dos posturas. Hay un sector más duro, que sugiere que este es el momento para que Kicillof firme su independencia de Cristina y promueve que lleve una lista propia, aunque eso signifique perder con los libertarios. La línea más dialoguista sugiere una negociación dura, pero advierte que no hay margen para la ruptura.
Con dificultades, la conversación avanza. El martes, Katopodis y Espinoza se trenzaron con Kirchner en la reunión del Consejo partidario, en San Vicente. Sobre el final, el ministro y el diputado tuvieron una reunión privada en la que hablaron sobre los pasos a seguir esta semana. Los ánimos se calmaron.
El viernes, la interna volvió a tensarse tras la reunión de intendentes que se celebró en José C. Paz, convocada por Mario Ishii. De ese encuentro se filtró un nuevo pedido a Kicillof para que diera marcha atrás con el desdoblamiento electoral. El entorno del gobernador lo rechazó de plano. Este sábado, la cuestión del calendario ni siquiera se conversó.
Antes del Congreso, representantes de los dos sectores se reunieron en la municipalidad de Merlo, donde compartieron un desayuno junto al intendente Gustavo Menéndez. Conversaron sobre los discursos que se darían más tarde en el Congreso partidario. Así se mantuvo el delicado equilibrio interno. Se propuso a Menéndez para que hiciera una encendida defensa de Kicillof. Por su parte, Espinoza llamó a blindar a Cristina. También hubo alusiones a la detención de militantes cercanos a la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza.
En el peronismo no camporista hay reparos sobre las acciones que llevaron adelante en los últimos días algunos referentes de la organización, como los destrozos en TN y el escrache a José Luis Espert, que derivó en las detenciones. Puertas adentro del cristinismo, hay quienes entienden que las actitudes “pueden ser contraproducentes en términos de rentabilidad electoral”.
Pero eso convive con una concepción generalizada de que existe un intento de “disciplinamiento” a todo el peronismo, que empieza por Cristina, sigue por La Cámpora y mañana podría terminar en otros dirigentes. Este sábado, por caso, se contrapuso la actuación de la jueza federal Sandra Arroyo Salgado en la causa, con lo que sucede, por ejemplo, con delincuentes que roban casas en distintos distritos. "Los detienen y los largan el mismo día", apuntó un intendente.
A nadie escapa que la detención de militantes de parte de Arroyo Salgado tuvo como objetivo el secuestro de celulares de personas con ciertos niveles de responsabilidad en La Cámpora que puedan llevar a conversaciones de la cúpula, como Mendoza y el propio Kirchner.
El comando de campaña, a cargo de Axel Kicillof
Las negociaciones seguirán de cara al miércoles y, aunque no se descarta, no necesariamente implicarán una nueva reunión entre Kirchner, Kicillof y Massa, como la que hubo el domingo en La Plata. Por el contrario, algunos de los interlocutores designados consideran que sería mejor evitar el encuentro cara a cara para cuidar lo conseguido hasta ahora.
Según pudo saber Letra P, uno de los puntos acordados en el borrador de quienes llevan las conversaciones tiene que ver con la jefatura de campaña. En caso de que se llegue a una lista de unidad, el comando estará encabezado por el gobernador, desde La Plata. En principio, este sábado también hubo consenso para blindar a Kicillof frente a Milei. "No puede haber ningun peronista que no esté defendiendo al gobernador", dijo Menéndez.
Aunque los libertarios confirmaron este viernes la alianza con el PRO que fortalece sus chances electorales, en el peronismo bonaerense califican el acuerdo como de “baja intensidad”, un cierre de cúpulas que no convence demasiado a dirigentes macristas ni al votante, y que podría abrir una puerta a un buen resultado para el frente que cierren Kicillof, Kirchner y Massa.
A eso se suma la posibilidad de que una tercera vía del armado del peronismo no kirchnerista junto a intendentes radicales y algunos independientes –inclusive descontentos del PRO-, pueda restarle votos a los libertarios. Es el espacio que busca cerrar el diputado Emilio Monzó junto a la UCR que encabeza el senador Maximiliano Abad, y la Coalición Cívica.
¿La hora de los gobernadores?
En paralelo, a LLA le aparecieron otros problemas que no tenía en el radar. Esta semana, los gobernadores mostraron que la sintonía con la Casa Rosada terminó. En conjunto presentaron en el Senado un proyecto para quedarse con los fondos que se recaudan por el impuesto a los combustibles y otro para definir la distribución de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN). La unidad de los 24 distritos es una jugada inédita.
Las iniciativas llegarán al recinto este jueves, junto con la actualización de los haberes jubilatorios y la emergencia en discapacidad. Se trata de leyes que ponen en problemas el equilibrio fiscal que el Gobierno le vende al mercado como un logro intocable.
En Diputados, en tanto, se votó el emplazamiento a la comisión de Presupuesto para tratar la ley de financiamiento universitario y la emergencia pediátrica. Lo acontencido en el Congreso envía señales de que Milei perdió el control de la agenda parlamentaria y el diálogo con los aliados que le dio un año y medio de estabilidad. Los operadores más avezados del Poder Legislativo perciben que "algo cambió" en las útimas dos semanas.
Comunicado de los gobernadores luego de la reunión en el CFI con el #Gobierno
"Proponemos un Proyecto de Ley mediante el cual se decide la eliminación de todos los fondos fiduciarios que se financian con el Impuesto a los Combustibles Líquidos para que tanto Nación como… pic.twitter.com/y5U2pibuYS
"Dejaron de hacer política", dice un hombre que trajina los despachos del Senado desde hace más de una década. En Diputados responsabilizan de la debacle al incumplimiento de los acuerdos políticos con los gobernadores que había cerrado Karina Milei vía Martín Menem y Lule Menem, además de un cierto deterioro de la imagen del Presidente. "Cambió el humor social", dijeron los gobernadores en charlas reservadas con algunos senadores.
La duda es si no sucederá como en otras ocasiones, cuando los mandatarios le mostraron los dientes al Gobierno, pero terminaron firmando la paz. “Si hacen eso, esta es la última vez que nos reunimos”, advirtieron los peronistas más duros a sus pares dialoguistas en el último encuentro que tuvieron en el Consejo Federal de Inversiones. Los dialoguistas desencantados juraron que esta vez es en serio.