Peor que un parto. Gisela Scaglia y Federico Angelini negociaron a cara de perro hasta incluso después del cierre de listas, con idas y venidas, pero finalmente llegaron a un trabajado acuerdo que implica la suspensión de las internas y la unidad en el PRO de Santa Fe. La vicegobernadora será la nueva presidenta del macrismo santafesino.
La negociación, reactivada hace algunas semanas en una tensa reunión entre Cristian Cunha y Scaglia, tuvo momentos de zozobra. El último miércoles, veinticuatro horas antes del cierre de listas, las charlas se empantanaron en torno a la discusión por el control de la asamblea partidaria. Ambas tribus ordenaron presentar las listas, con la vicegobernadora y el actual presidente del PRO como candidatos a la presidencia. En tiempo de descuento, antes de la oficialización de las nóminas presentadas, hubo fumata blanca.
Los nombres de la unidad del PRO
El acuerdo que alcanzaron ambas tribus incluye el reparto de las vicepresidencias. Así las cosas, el angelinismo se quedará con la vicepresidencia primera y quien ocupará ese lugar será Miguel Weiss Ackerley, intendente de Santo Tomé. La vicepresidencia segunda será para la tropa de Scaglia, quienes colocarán allí a la concejala rosarina Anita Martínez.
Los halcones se quedarán, además, con el control de la estratégica Asamblea Partidaria. Cristian Cunha, quien venía siendo presidente del partido y es el principal ladero de Angelini, probablemente sea quien quede al frente de dicho órgano, encargado de tomar las decisiones más de fondo de la vida del espacio, como aprobar alianzas electorales o modificar la carta orgánica.
En dicha Asamblea, el angelinismo tendrá mayoría, pero en el scaglismo aclararon que esa mayoría no alcanzará dos tercios, el número mágico que destraba cualquier decisión importante en la vida partidaria. La tropa de la vicegobernadora se quedará con más sillas que sus adversarios en el Consejo Directivo, también importante por ser el órgano que lleva las propuestas a la Asamblea.
Así las cosas, Scaglia se aseguró un doble poder de veto ante cualquier decisión en el PRO Santa Fe, detalle importante de cara, por ejemplo, a una hipotética fusión con La Libertad Avanza. "Fueron por la lana y salieron esquilados", festejó exultante un operador scaglista. La vicegobernadora se manifestó a favor de que los libertarios ingresen a Unidos para Cambiar Santa Fe, pero no comparte la idea de romper la alianza gobernante para crear una nueva que incluya solamente al PRO y a LLA.
La trastienda de la negociación
Como contó Letra P, las negociaciones se activaron hace unas tres semanas. Cunha y Scaglia se vieron las caras en el Senado, casi obligados por la presión que ejercían tanto los dirigentes del partido -quienes estaban convencidos en la inconveniencia de ir a una interna- como los otros socios de Unidos. Allí, Cunha propuso un esquema de unidad: él presidente, Scaglia presidenta de la asamblea. La vice hizo una contrapropuesta, invirtiendo los roles. Si bien no hubo acuerdo, el diálogo prosiguió.
Sobre el filo del cierre, la cosa se complicó. El miércoles pasado, el scaglismo hizo una nueva propuesta que no convenció al angelinismo y las charlas se tensionaron, otra vez. Todo parecía naufragar, al punto tal que ambas tribus presentaron listas, con Scaglia y Cunha como candidatos a la presidencia. Jugaban con el calendario electoral: recién el 25 de mayo se oficializarían las listas, por lo que había tiempo para negociar hasta ese nuevo deadline.
Un detalle: mientras que la vicegobernadora llevó al secretario de gobierno santafesino Sebastián Mastropaolo y a la concejala rosarina Anita Martínez como postulantes a las vicepresidencias, Cunha optó por el intendente santotomesino Miguel Weiss Ackerley y por la intendenta de San Guillermo, Romina López. En el esquema de unidad, cada uno puso un vicepresidente.
La negociación se destrabó silenciosamente luego del cierre de listas. El sábado a la mañana corrió por los celulares que estaban atentos a la rosca una foto que se atribuyó a una falsa alarma, pero terminó siendo un aviso: Scaglia, Cunha y Angelini juntos, sonrientes, en una reunión en la ciudad de Totoras. Se trataba de un encuentro mensual que hacen los dirigentes y militantes macristas del centro-sur provincial.
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Gisela Scaglia, Federico Angelini y Cristian Cunha, cuando la rosca ardía.
Una versión que corrió fue que la vicegobernadora se enteró de la reunión y se mandó casi sin avisar. Del lado de los halcones lo desmintieron y dijeron que fue invitada. Sin embargo, dejaron entrever que reinó un clima tenso. “El sur es el que más padece a Unidos, pero es de los debates que necesitan los partidos, hay que acostumbrarse a debatir”.
En la tropa de la vicegobernadora no quisieron dar mucha información, pero hay algo innegable: la actitud de dar explicaciones frente a una militancia adversa es propia de quien cree que será la principal referente del espacio.
La rosca siguió durante el fin de semana, sin novedades. “Todo igual”, se informó el sábado a la tarde. Un hecho aceleró los tiempos: el lunes por la madrugada Scaglia emprendería un viaje oficial a Roma, a ver al Papa Francisco, y avisó que quería tener todo cerrado antes de irse. Fue una forma de presionar a los halcones: la vice no dejaría delegados para la negociación, si no se cerraba para ese momento, estaba dispuesta a ir a internas.
Lo cierto es que la unidad no estaba muy lejos. Ya no se estaban discutiendo los primeros lugares, en donde había acuerdo para entronizar a Scaglia como presidenta y repartirse las vicepresidencias. El domingo hubo una cumbre en Gálvez, ciudad natal de Scaglia. Cerca de las once de la noche apareció la fumata blanca. Dos horas después, la vice partió al viejo continente. Sus operadores se quedaron negociando nombre por nombre el resto de los lugares del Consejo, la Asamblea y los Centros de Acción Política.
La interna del PRO Santa Fe, una disputa a todo o nada
La disputa que se dio en los últimos meses tensionó al macrismo santafesino a un nivel pocas veces visto en su historia, dado que es la primera vez que Angelini tuvo que enfrentar una avanzada seria contra su liderazgo, siempre apalancado en su relación personal con Mauricio Macri. Su apuesta por Carolina Losada, a la postre perdedora, y el triunfo de Scaglia junto a Maximiliano Pullaro en las elecciones del año pasado, lo dejaron en una situación de vulnerabilidad que se terminó cristalizando en la interna que puso en vilo a todo Unidos para Cambiar Santa Fe.
Sin embargo, el angelinismo resistió. Pasó al ataque tras el primer estallido de la mesa de negociación, hace aproximadamente un mes. Sobre la hora, los halcones suspendieron un encuentro a causa de una molestia con sus adversarios, a quienes acusaban de no tener voluntad de negociar. Además, cerca de Cunha -quien llevó adelante las charlas en representación de su sector- empezaron a quejarse por lo que consideraban intromisiones de figuras de Unidos externas al macrismo, acusándolos de inclinar la balanza para el lado de Scaglia.
El contraataque del angelinismo fue apurar el calendario, aprovechando su mayoría en la Junta Electoral Provincial, con la excusa de “cortar con el estado deliberativo del partido”. La estrategia era otra: no darle demasiado tiempo a la vicegobernadora para armarse de cara a los comicios. De hecho, fijaron las elecciones un día martes, una manera de desalentar la participación de los afiliados inorgánicos y que gane peso el aparato que controla Angelini.
Con la guerra declarada, los operadores de Scaglia impugnaron el calendario y tuvieron éxito: la Junta Electoral Nacional anuló el proceso y ordenó comenzar de cero. Los halcones decidieron apelar la decisión y seguir adelante con el calendario impugnado. El scaglismo logró otro triunfo: una decisión casi instantánea del Juzgado Federal con competencia electoral de Santa Fe, a cargo de Reinaldo Rodríguez, obligó a la Junta Electoral Provincial a acatar el fallo.
Recién ahí los halcones cedieron y confeccionaron un nuevo calendario, recogiendo algunos de los reclamos del equipo de Scaglia. Así las cosas, el cierre de listas se fijó para el 16 de mayo y las elecciones para el sábado 29 de junio. Sin embargo, fue todo en vano: tras muchas peleas, finalmente ambas tribus acordaron y evitarán dirimir en las urnas, una novedad que trae tranquilidad a la alianza de gobierno que lidera Maximiliano Pullaro y pospone, por ahora, un acuerdo entre el PRO y La Libertad Avanza en Santa Fe.