Aunque la retórica se volvía cada vez más combativa, en el PRO de Santa Fe todavía existían puentes entre las tribus de Gisela Scaglia y Federico Angelini. Eso se terminó este jueves cuando el sector halcón suspendió una reunión sobre la hora, molesto con sus adversarios internos, y se aceleró el proceso electoral.
El encuentro había sido convocado en una dinámica de negociaciones que se desarrollaba paralelamente a la organización de las elecciones internas. Así había sido acordado en la última reunión del Consejo Directivo. De hecho, ya había habido un cara a cara en Santa Fe, la semana pasada, donde no habían llegado a un acuerdo, pero el solo hecho de haberse sentado ya fue considerado positivo.
Para este jueves se había pactado un nuevo encuentro, esta vez en Rosario. Sin embargo, sobre la hora, el angelinismo lo suspendió, molestos porque consideraron que “no hay voluntad de dialogar”. En el sector de Scaglia no coinciden, pero mucho no interesó, ya que están seguros de ir a la interna. Mientras, la junta electoral estaba reunida para fijar fecha de elecciones: apuntan a los primeros días de junio.
Los motivos de la implosión del PRO
Según fuentes de ambos sectores, quien decidió suspender el encuentro del jueves fue el presidente del partido y principal figura del angelinismo, Cristian Cunha. En esa tribu cayó mal que casi la totalidad de las figuras relevantes del espacio de Scaglia no confirmaran presencia. “Hay que saber interpretar las señales y no forzar nada”, dijeron los halcones, ya dispuestos a ir a la interna.
En el entorno de la vicegobernadora coinciden en que fue Cunha quien canceló la reunión pero sostienen que tenían un equipo preparado para asistir, al igual que para el encuentro anterior. Como forma de mostrar capilaridad territorial la idea era llevar dirigentes de distintos lugares de la provincia para estos menesteres. Más allá de la suspensión, avisaron que siguen dispuestos a negociar aunque la amenaza de ir a las urnas no pareciera amilarnarlos: “Confiamos en que si llegamos a esa instancia, ganamos”.
El PRO y una interna que tensa a todo Unidos para Cambiar Santa Fe
El clima en el partido amarillo santafesino ya venía enrarecido. Cerca de Angelini comenzaron a quejarse, siempre en off the record, porque consideran que parte del aparato radical comenzó a operar para Scaglia. Creen que prendió en la alianza la convicción de que si triunfan, rompen Unidos y se alían a La Libertad Avanza, y casi como un acto reflejo de supervivencia algunos actores ajenos al PRO comenzaron a mover sus fichas.
Atentos a eso, los halcones desmienten las versiones que los ubican como interesados en provocar un cisma. “Nos estigmatizan y terminan empujándonos para que nos vayamos”, dicen. Cunha, por ejemplo, estuvo reunido con Felipe Michlig, presidente de la UCR y uno de los padres fundadores de Unidos, y transmitió ese mensaje. Sin embargo, el angelinismo admite que en su consideración la alianza “es perfectible” y que, si ganasen, buscarán “equilibrar”, siempre pensando en “la salud de Unidos”.
Para eso, ensayan un análisis en el que, para seguir siendo competitivo y ganador, el frente necesita un socialismo a la izquierda y un macrismo a la derecha. Dicen que si el sector de la vicegobernadora se impone, el PRO tendería al centro y dejaría el espectro de la derecha libre para que sea ocupado por quien tome las banderas de Javier Milei en la provincia. Es decir que, para preservar Unidos, lo mejor sería que ellos manejen los hilos del PRO.