PASO 2021

Diputados, la renovación de la negociación permanente

La Cámara renueva 127 bancas. Solo un resultado fuera de los cálculos podría romper la polarización y la paridad que se proyectan para el 10 de diciembre.

Las primarias de este domingo serán el punto de partida para el tramo clave de la carrera electoral que concluirá en las elecciones generales del 14 de noviembre, cuando la Cámara de Diputados renueve 127 de sus 257 bancas y el Senado haga lo propio con un tercio de sus 72 escaños. Las legislativas definirán la composición del Congreso para los próximos dos años. Serán el termómetro actualizado de la polarización que atraviesa a la Cámara baja: el oficialismo apunta a sumar las nueve bancas que necesita para llegar al cuórum propio y el interbloque de Juntos por el Cambio apuesta a mantener la misma cantidad que obtuvo en 2017, durante la mitad del gobierno de Mauricio Macri, y por lo menos sostener sus actuales 114 representantes. La paridad de los pronósticos anticipa pequeños cambios que no volcarían el peso del poder de manera decisiva hacia ninguna de ambas partes.

 

La alianza opositora se muestra entusiasmada por evitar que el bloque del Frente de Todos llegue a contar con los 129 votos propios. Ha sido uno de sus ejes de campaña, especialmente sostenido por la titular del PRO, Patricia Bullrich, quien ahora también apunta al Senado. "Estamos a siete bancas de ser Venezuela", bramó la exministra. De las 120 bancas que posee, el oficialismo necesita revalidar 51: sus ocupantes concluyen sus mandatos. Con ese número, el conglomerado que lideran Máximo Kirchner y Cecilia Moreau mantendría la misma composición, pero el objetivo de estos comicios apunta a superar esa marca y llegar a 61 para conquistar el cuórum propio. 

 

La centralidad está puesta en la provincia de Buenos Aires, que renueva 16 bancas. El oficialismo se muestra cauto, porque, para llegar a esa meta, necesita superar el 50% de los sufragios en noviembre. Las proyecciones para las PASO anticipan que repetir el resultado de 2019 no es un objetivo menor. Para ponerse a tiro de cuórum y compensar una eventual pérdida en las urnas bonaerenses, el oficialismo ve tierra fértil en la adversa franja central del país, donde creció el voto macrista en 2017. En las mesas políticas del Frente de Todos estiman que podrían sumar cerca de seis escaños en la zona núcleo. Por lo pronto, los primeros lugares en las listas del FdT y de JxC prefiguran quiénes serán las nuevas incorporaciones en ambos bloques a partir del 10 de diciembre. 

 

Del otro lado del recinto, Juntos por el Cambio tiene una aritmética desafiante. Cuenta con 114 bancas pero debe renovar 60. El número tiene distinto impacto en cada uno de los tres socios de la coalición opositora. El macrismo, liderado por Cristian Ritondo  en la Cámara, tiene 53 bancas, pero 26 vencen este año. El radicalismo, conducido por Mario Negri, reúne 46 voluntades y tiene que renovar la misma cantidad que el PRO. La Coalición Cívica pone en juego la mitad de las bancas que posee. El bloque que preside Juan Manuel López, ahora en busca de un segundo mandato, tiene 14 escaños y debe renovar siete. 

 

La densidad de la pulseada confirma que solo podría romperse con una elección fuera de los cálculos. Por el contrario, las proyecciones de las encuestas hablan de una exigua victoria de la lista del oficialismo en la provincia de Buenos Aires, encabezada por Victoria Tolosa Paz. Si las urnas confirman los pronósticos, la interna de JxC sería ganada por el exvicejefe porteño  Diego Santilli, por encima del radical Facundo Manes, pero la sumatoria de ambos los pondria en un lugar expectante para revertir un eventual segundo lugar este domingo.

 

El desenlace bonaerense es solo un anticipo de la paridad que continuará en la Cámara baja. Si se mantiene y el oficialismo confirma sus previsiones más cautas, el bloque peronista podría achicar su distancia del quórum y sumar cuatro o cinco bancas. Llegar a los 129 será producto de una constante negociación con los aliados esquivos que marcaron este año y medio dentro de Diputados.

 

Tal como contó este portal, el lavagnismo pierde una parte importante de sus diez bancas, pero espera renovarlas con la presencia de dirigentes de peso, como el exministro Florencio Randazzo y la exintendenta de Rosario Mónica Fein. Ante el rol que prevén para los dos años que vienen, anticipan que no acompañarán los proyectos que el oficialismo apunta a aprobar cuando logre el cuórum propio, como la reforma a la Ley Orgánica del Ministerio Público Fiscal. 

 

La cantera de respaldos menos condicionados para el oficialismo está en plena metamorfosis. El interbloque Unidad y Equidad para el Desarrollo, que conduce el diputado mendocino José Luis Ramón, se desintegrará en diciembre. Su futuro dependerá del Frente de la Concordia Misionero, que renueva dos de las tres bancas que tiene, y del rionegrino Luis Di Giácomo, que espera engrosar su bloque en estas elecciones para aumentar el poder de negociación que coordina desde el Senado el exgobernador Alberto Weretilneck.

 

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