La franja amarilla del país donde floreció el voto macrista en las elecciones de 2017 será, paradójicamente, tierra fértil para que el Frente de Todos (FdT) agrande su tropa en la Cámara de Diputados después del 10 de diciembre y se acerque al 129, el número que se requiere para alcanzar el cuórum.
Por población y consiguiente cantidad de bancas a renovar, las provincias en las que podrían alterar la relación de fuerzas en la Cámara baja son aquellas en las que Mauricio Macri, como presidente, hizo una gran elección de medio término: Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, Mendoza, la Ciudad y la provincia de Buenos Aires.
En las mesas políticas del Frente de Todos miran cada distrito con atención y ya hacen cuentas sobre los escaños que podrían sumar, que, estiman, pueden ser seis o siete en el centro del país. Hasta el 10 de diciembre, el Frente de Todos contará con un bloque de 119 legisladores, diez menos que los que necesita para dar inicio a una sesión sin ayuda. A esas bancas propias se suman hoy las alianzas provinciales, como el Frente de la Concordia Misionero y José Luis Ramón, del interbloque Unidad Federal para el Desarrollo.
Pero el número 129 no es sencillo de alcanzar. Por eso, el oficialismo tuvo que resignar este año, por ejemplo, el debate de la ley de reforma del Ministerio Público, la reforma judicial y el semáforo epidemiológico que el presidente Alberto Fernández lanzó para administrar la pandemia.
Distrito por distrito
La ola amarilla que cubrió el país en 2017 marcó la derrota de algunos gobernadores peronistas, entre los que se anotó el entrerriano Gustavo Bordet. El resultado marcó 53% de los votos para Juntos por el Cambio (JxC) y 37% para el peronismo. El reparto de las cinco bancas fue de tres para el macrismo y dos para la alianza Justicialista Somos Entre Ríos, que impulsaba el gobernador. Ahora, el escenario podría cambiar.
“Hoy estamos en un empate”, dicen en el FdT. En la provincia también admiten que la elección está peleada, “palo y palo”. En las mediciones que tiene el peronismo, JxC tiene una leve ventaja cuando se identifica como candidato al exministro del Interior, Rogelio Frigerio. La relación de fuerzas se invierte cuando detrás del Frente de Todos aparece Bordet con su gestión. El oficialismo cree que, con el gobernador más involucrado en la campaña, el reparto de bancas de 2021 podría cambiar.
Santa Fe es otro de los distritos donde Cambiemos se hizo fuerte en 2017, y se quedó con cinco de los nueve lugares que se repartían. El peronismo, con la lista de unidad que encabezó entonces Agustín Rossi, consiguió el 25% de los votos y se llevó tres bancas, mientras que el Frente Progresista Cívico y Social obtuvo el 14% y se quedó con un lugar. Tras la muerte del exgobernador socialista Miguel Lifschitz, el Frente Progresista se reorganiza y el escenario está “abierto”.
Aunque en el FdT admiten que el peronismo tiene “dificultades”, se entusiasman con la posibilidad de que el reparto con JxC esta vez quede en cuatro bancas para cada uno, lo que le daría al peronismo un lugar más en Diputados. En 2019, con Fernández como candidato a presidente, el Frente de Todos cosechó el 42% en Santa Fe y si bien ese número es “imposible” de igualar, en la Casa Rosada entienden que el resultado estará a medio camino entre el de 2017 y lo que pasó dos años después.
Con posibilidades de crecimiento para el oficialismo también aparecen la Ciudad de Buenos Aires y Mendoza. En territorio porteño, la elección 2017 repartió ocho bancas para Cambiemos, tres para el peronismo y dos para Evolución Radical, que encabezaba Martín Lousteau. Pero ese tercer espacio quedó subsumido en Juntos por el Cambio, por lo que la elección se polarizará.
“Vamos a crecer respecto de 2017, posiblemente sin llegar al número de 2019”, explica a Letra P un dirigente porteño del Frente de Todos. En las presidenciales, el FdT consiguió el 32% de los votos y se quedó con cuatro diputados. De mínima, el oficialismo pretende ahora sumar una banca a las obtenidas hace cuatro años.
En tanto, en Mendoza, en 2017 apareció una tercera fuerza, el Partido Intransigente, que obtuvo el 17% de los votos y fue la sorpresa de la elección. De ese resultado en las urnas obtuvo su banca el mendocino Ramón, hoy aliado externo del oficialismo en Diputados. El escenario 2021 aparenta ser diferente. “Hoy no asoma una tercera fuerza importante, y el peronismo defiende pocos puntos”, explican en el Frente de Todos de Mendoza.
En números, en 2017, el peronismo obtuvo en Mendoza el 25% de los votos. La cifra creció casi al 38% en la elección presidencial de 2019. Según apunta una fuente del peronismo provincial, aunque los números del Presidente bajaron por “el desgaste lógico de la gestión, agravado por la pandemia”, la posibilidad de mantener un registro cercano al 35% es concreta, lo que le permitiría al oficialismo conseguir una banca más en Diputados. La boleta para el Senado será encabezada nuevamente por Anabel Fernández Sagasti, que buscará retener su banca. Fernández Sagasti obtuvo en 2019 el 36% de los votos en las elecciones para gobernador y representa el voto duro del universo peronista y kirchnerista.
Como publicó Letra P, Córdoba también ofrece posibilidades de crecimiento, aún siendo una tierra hostil al kirchnerismo. “Pero todo depende de cómo se resuelva el choque de trenes entre (Carlos) Caserio y (Juan) Schiaretti”, apunta una fuente del FdT que sigue de cerca los armados territoriales. En 2017, con la boleta de Unidad Ciudadana y una campaña que hizo casi en soledad, Pablo Carro dio el batacazo y se quedó con una banca en Diputados. La Casa Rosada se ilusiona con sumar otro voto cordobés para el bloque después de diciembre.
Por último, el Gobierno cree que conseguirá “un piso de 17 bancas” en la provincia de Buenos Aires, el mismo número de diputados y diputadas por ese distrito que consiguieron, sumados, Unidad Ciudadana, de Cristina Fernández de Kirchner, y el frente 1País, de Sergio Massa, que en 2017 se presentaron divididos. En el armado de la lista de diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires trabaja la mesa política del Frente de Todos de la que forman parte Santiago Cafiero, Massa, Máximo Kirchner, Axel Kicillof, Eduardo de Pedro y Gabriel Katopodis, entre otros.
Con esos números, el oficialismo cree que conseguirá sumar en diciembre cerca de siete legisladores más, aunque todavía quedará lejos del quórum propio y deberá contar con el apoyo de sus aliados cada vez que quiera llevar un proyecto al recinto.