DETRÁS DE ESCENA | CUARENTENA IV

Del encierro a la apertura, el camino de Fernández hacia la decisión más difícil

La Rosada flexibilizará el aislamiento en la Ciudad y el conurbano, la zona más crítica del contagio. Hartazgo, aval médico y pedidos de Producción y Economía por el fin del reinado sanitario.

Contra los pronósticos que auguraban la vigencia de la dureza en el área más crítica de los contagios por el coronavirus, en diálogo con Horacio Rodríguez Larreta y Axel Kicillof, el Gobierno avanza hacia la flexibilización de la cuarentena, con aval del comité médico asesor y el oído puesto en los pedidos de los ministerios de Desarrollo Productivo y Economía, que alertaban sobre la imposibilidad de mantener el cerrojo estricto, 50 días después.

 

 

En la Quinta de Olivos, Fernández también escuchó las voces de los asesores que le fueron advirtiendo que la cuarentena ya no era tal. En particular, desde el último fin de semana, funcionarios nacionales y porteños le hicieron saber que la ciudadanía había comenzado a flexibilizar el aislamiento por las suyas. La Casa Rosada decidió ubicarse un paso adelante para evitar que su palabra quedara desautorizada frente a la opinión pública.  

 

Celebraron los ministerios más relacionados con la actividad económica, que esperaban con ansias una apertura. Son los que a diario se enfrentaron, en plena pandemia, a los reclamos de empresarios, sindicatos, a las tensiones del empleo y a los pedidos de salvataje. Entre ellos, el Ministerio de Economía, que conduce Martín Guzmán, y Desarrollo Productivo, que encabeza Matías Kulfas, que venían, además, tratando de pilotear una herencia delicada del gobierno de Cambiemos.

 

 

 

 

Estas carteras son las que, desde hace dos semanas, vienen trabajando con empresarios, comercios e industrias en protocolos tomados de otros países que permitan volver al trabajo. En paralelo, recibieron el compromiso de empresas de adquirir más test rápidos para aplicar en el caso de que surja sintomatología compatible con COVID 19 entre los trabajadores. Guzmán ya le había adelantado además a Fernández que el país no podía seguir emitiendo billetes para financiar toda la economía y que por eso era conveniente ir abriendo la producción con protocolos, para poner en marcha la máquina de la generación.

 

Pero las internas por la pandemia y sus efectos son anteriores a esta decisión. Además de los ya críticos de la oposición, hay sectores del Gobierno que vienen marcando desde hace tiempo la inconveniencia de ejecutar políticas solo en consonancia con la mesa de especialistas médicos. "No vamos a morir de coronavirus pero cuando salgamos a la calle nos van a matar los zombies", graficó un asesor ministerial sobre las advertencias económicas. El Presidente puso atención a la idea, que además percibió en el último tiempo en diálogo con sectores corporativos, como el Grupo de los Seis.

 

En este contexto, las mayores presiones, además de sobre el Presidente, recayeron sobre Rodríguez Larreta. La Ciudad tiene un PBI netamente comercial, la rama que precisamente -salvo esenciales- cayó a facturación cero. En silencio, el Ejecutivo comunal les deslizó a los comerciantes que empezaran a elaborar protocolos y hasta se habló de bares y restaurantes, que están refaccionando locales con mamparas y distanciamiento para cuando se les dé el OK final de funcionamiento.

 

 

 

Este jueves, terminó de ultimar con el Presidente y Kicillof los detalles de la apertura, que incluirían la apertura de comercios. Se mantendrá igualmente la excepción de algunos rubros, como indumentaria, o de servicios personales, como peluquerías. La flexibilización también incluye las salidas recreativas, que generaron chispazos entre la Rosada y los gobernadores en el último anuncio presidencial.

 

Todo tiene el aval de los especialistas, que contemplaron la necesidad de pasar a la etapa de prueba y error antes que mantener el encierro sin adaptarse a la nueva realidad y que hace ya tiempo pusieron sobre la mesa la salud mental como uno de los temas a tener en cuenta en la toma de decisiones, en sintonía con la opinión del ministro Ginés González García. Los médicos también le advirtieron al Presidente sobre la necesidad de revisar cada siete días los resultados de la flexibilización.  

 

Los números dan garantía. Pese al traspié del miércoles, que mostró un pico de 188 nuevos contagiados, la curva se mantiene estable. El Gobierno y los médicos coinciden, además, en que el tiempo que duró la cuarentena más dura fue clave para fortalecer al sistema sanitario y para que la población aprenda a tomar los recaudos que evitarán que el número de infectados se dispare. El lavado de manos, el uso de barbijos y el distanciamiento ya son parte de las nuevas costumbres sociales que llegaron para quedarse y que permiten que, a 50 días del comienzo de la cuarentena, el Presidente se anime a tomar las decisión más difícil en lo que va de su corto mandato.

 

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