DETRÁS DE ESCENA | EL G-6 EN OLIVOS

Premio al campo, castigo a bancos: así se armó la foto de la paz

El Gobierno distribuyó ubicaciones en la postal del Presidente con los ceos y la CGT. La fila de aliados y nuevos amigos. El reto a los que no pusieron el hombro y el triángulo ideal del modelo F.

“Miguel, ¿no querés venir vos más cerca del Presidente?" Justo cuando Daniel Pelegrina y Miguel Acevedo estaban por intercambiar lugares, se acercó una persona de Presidencia y les dijo que se quedaran en las posiciones asignadas. El titular de la Sociedad Rural Argentina (SRA) hizo caso y se paró al lado del ministro de Economía, Martín Guzmán. Más cerca de Alberto Fernández que el jefe de la Unión Industrial (UIA), que se ubicó en la punta.

 

La anécdota, que despertó algunas sonrisas, grafica cómo y por qué se construyó la foto del Fernández con el Círculo Rojo y el sindicalismo en la semana en la que se define la negociación de la deuda con los bonistas privados. Pero la postal, por su ingeniería, fue más que una muestra de apoyo a la oferta argentina y un gesto hacia el mundo y los tenedores de títulos: un triángulo -literal, por la forma de colocarse ante la cámara- de la confianza, el resentimiento y el acercamiento con los sectores convocados. Una señal interna a la política en general, que le apunta a los comportamientos en la pandemia y en lo que vendrá una vez que culmine la lucha contra el virus.

 

La foto de la reunión posterior, en el quincho de Olivos.

 

 

Inicialmente, la foto -cuestionada por la falta de mujeres- iba a tomarse en las escalinatas de entrada al quincho de la residencia. Pero el lugar era pequeño y no dejaba espacio para que los dirigentes respetaran el distanciamiento que impone la pandemia. Así es que se mudó a los patios: primero debajo de uno de árboles -idea que fracasó por falta de iluminación- y, luego, a un sector que da a la calle Villate.

 

 

 

 

Un enviado de Presidencia, papel en mano, fue ubicando a los presentes en un patio de la Quinta de Olivos. La foto se tomó antes del encuentro. En primera fila, se dispusieron a los aliados fieles, como la UIA y la CGT de Héctor Daer; y Antonio Caló, de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), gremio clave en varias industrias de peso y uno de los que pulió el acuerdo de nuevas condiciones salariales en la pandemia.

 

Para Fernández, Daer y Acevedo son "sus dos aliados naturales", los sostenes del Consejo Económico y Social y aquellos con los que habla casi a diario. De hecho, buena parte de la construcción inicial de la reunión salió de esas conversaciones. Ambos se ubicaron al lado del Presidente durante el encuentro que se celebró en el quincho.  

 

 

La novedad fue Pelegrina. Siempre en tensión con el kirchnerismo, Fernández pidió que la SRA estuviera en la primera fila. De un tiempo a esta parte, y luego del paro del campo, el Gobierno vino acercando posiciones con el sector más duro de la dirigencia agraria. 

 

En la segunda fila, los que son parte del Frente de Todos, como el jefe de los encargados de edificios (Suterh) y titular del PJ porteño, Víctor Santa María; y algún sinuoso de los que no se cuadran, como el titular del sindicato con más afiliados de todo el país, Empleados de Comercio, Armando Cavalieri.

 

En la tercera fila, uno de los menos afines y más cercanos al sector especulativo, el titular de la Bolsa, Adelmo Gabbi; junto a Jorge Di Fiori, el presidente de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), el sector más insistente en la apertura de la cuarentena. Junto a esos dos ceos, el titular de los estatales de UPCN, Andrés Rodríguez. A los mercantiles les reclaman, últimamente, que lleven más soluciones que reclamos.

 

 

 

Hacia el final del triángulo, dos filas de un solo hombre. Una con menos significación, representada por el flamante presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), Iván Szczech; y la última, con un mensaje claro, representada por el titular de la Asociación de Bancos de la Argentina (ADEBA), Javier Bolzico. Este último empresario la ligó de rebote en la significación. Representa a los bancos privados nacionales, aquellos que el Gobierno considera que han ayudado en la crisis. El mensaje, en realidad, era para los bancos extranjeros, representados en la cámara ABA, que no integra el G-6.

 

La foto, armada adrede, es una especie de representación de una “última cena” criolla. Refleja cuál es el esquema de país que piensa Fernández para después de la cuarentena. Y cuáles son los sectores prioritarios para el funcionamiento de un plan económico que existe y ya fue enviado al Fondo Monetario Internacional (FMI). Al frente la industria y el campo, junto a los trabajadores, y cerca del final las actividades relacionadas a lo especulativo.

 

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