EL POST CUADERNISMO

Cuando pase el temblor

El thriller del chofer y Bonadio, creen los encuestadores, no alcanzará a desbaratar el escenario preelectoral: Macri o CFK seguirá siendo la opción. El peronismo bueno ladra pero no muerde.

No parece un cisne negro. Más bien, una campaña premeditada para impactar en un presente político que a Mauricio Macri le costaba horrores transitar. Transformada en redada por el juez federal Claudio Bonadio, la investigación de los periodistas Diego Cabot, Candela Ini y Santiago Nasra en La Nación no sólo repuso en escena la extensa saga de la corrupción kirchnerista y le dio aire al Gobierno en un contexto de malas noticias sin fin. Además, generó un cimbronazo en la patria contratista y le devolvió las ilusiones al peronismo no kirchnerista.

 

El gran anhelo del Círculo Rojo, ver un 2019 en que Macri enfrente a un exponente del tipo de Juan Manuel Urtubey, con el ex Frente para la Victoria en el cuneta del pasado, no puede ser realidad. Lo impiden por lo menos dos circunstancias: la feligresía kirchnerista que suma indecisos gracias a la obra del Presidente y la incapacidad del PJ colaboracionista para ordenarse con un candidato y una propuesta que se diferencia del oficialismo y pueda ser visualizada como alternativa viable.  

 

Con ajuste y recesión, la polarización no sólo no había cedido, sino que empezaba a tornarse riesgosa para Macri, como una apuesta a todo o nada. Hacían falta anabólicos para golpear otra vez a Cristina Kirchner y provocar un reacomodamiento que Cambiemos está lejos de generar con su economía y le resulta cada vez más difícil al PJ de Miguel Ángel Pichetto, Sergio Massa y ¿Roberto Lavagna?. Los cuadernos de Centeno pueden funcionar como argumento para el macrismo y como vitaminas para ese tercer sector. Sin embargo, los encuestadores consultados por Letra P no advierten, por ahora, que puedan alterar la ecuación principal que enfrenta al pankirchnerismo con Cambiemos en 2019.

 

Baila Sergio, el miércoles en Santiago del Estero, horas después de la razzia de Bonadio.

 

 

¿MASSA VUELVE? El cuadernazo de Centeno y Bonadio activó de inmediato las endorfinas de Massa, el único con una intención de voto considerable que, sin embargo, lo ubica por lo menos 15 puntos abajo del presidente y la ex presidenta. Casi como parte de una coreografía, el jefe del Frente Renovador reapareció el mismo día que su amigo Bonadio dio el golpe. Se lo pudo ver en un acto en La Banda, Santiago del Estero, bailando y de buen ánimo, antes de dejar declaraciones en las que intentó recrear el anhelo de la ancha avenida del medio. De extensa relación con el juez de la servilleta de Carlos Corach, a Pichetto le tocó, en cambio, reiterar su negativa a desaforar a CFK y pararse como dique de contención, en defensa de la política.

 

A falta de iniciativas propias capaces de alterar el tablero, Bonadio funciona en el terreno local como generador en la oscuridad del PJ. Es un peronismo que se mueve de conjunto, salvo por Massa, que mira las encuestas verdaderas -no las que se difunden y lo dan con chances- y no termina de definir cuál será su juego hacia adelante. Es una estrategia que resultó exitosa en 2013 y que comenzó a naufragar cuando el voto antikirchnerista encontró al macrismo como cauce. 

 

Para Federico Aurelio, de la consultora Aresco, la tercera posición está hoy más dividida que nunca. “El peronismo no kirchnerista puede sumar 20 puntos si uno mide a todos los candidatos por separado, pero está muy lejos de los dos grandes polos. El que más mide sigue siendo Massa, con una intención de voto de 13 o 14 puntos, puede llegar a 15 en primera vuelta, parecido al de 2017, no al de 2015. Pero Massa pierde su liderazgo cuando se habla de dos dirigentes de su sector, Lavagna y ( Felipe) Solá, con potenciales candidaturas. Eso le dificulta el crecimiento”, le dice a Letra P.

 


 

 

CORRUPCIÓN Y PERONISMO. El contexto en el que aparece la letra de Centeno es de lo más adverso para el Gobierno, pese a que la profundidad de la recesión comienza recién a notarse en los indicadores y se ingresa en una temporada que no tiene fecha cierta de vencimiento, más allá de los deseos de una recuperación en 2019 de la mano del turismo y la cosecha récord que se espera. “Hasta abril, Cambiemos tenía una alta probabilidad de ganar en primera vuelta, sin necesidad de ballotage. Hoy por hoy, va a un ballotage contra el kirchnerismo y tienen diferencias de menos cinco puntos entre ambos. Va a ser decisivo qué pase en lo económico, la campaña y quién va a ser el tercero”, agrega Aurelio.

 

Para el director de Aresco, la historia del chofer Centeno resulta más impactante que una transferencia a una sociedad off shore, pero difícilmente provoque una caída importante en el núcleo de adhesiones de CFK, que -según sus mediciones- está hoy en el 36% de imagen positiva y permanece todavía unos puntos por debajo de Macri. “En principio, parece muy difícil. Si aparecen imágenes de ella en bata abrazándose a la mochila de Baratta, es otra cosa”, afirma. Los sondeos de Aurelio indican que la ex presidenta se mantiene estable en cuanto a imagen desde el primer semestre de 2016, cuando perdió 10 puntos de imagen positiva en el contexto del cambio de gobierno y la irrupción de los bolsos de José López en el convento de General Rodríguez. Esa es otra vez la apuesta del Gobierno y el peronismo opositor ante el Gloriagate, pero parece más complicada en el actual escenario.

 

 

 

Para Ricardo Rouvier, el tema de la corrupción se neutralizó en los últimos meses y descendió en su importancia relativa en comparación con temas más urgentes: la economía personal, el costo de vida, aumento de tarifas, los salarios, el empleo. “Es fuerte que vayan empresarios presos y es algo que la gente quería. En los focus, todavía sigue apareciendo el recuerdo de los bolsos y La Rosadita. Son imágenes que permanecen, pero después está la realidad concreta del supermercado”, le dice a Letra P.

 

Para Rouvier, si el Lava Jato aborigen llega al fondo, hay gobernadores e intendentes que pueden terminar presos, además de los empresarios ligados al kirchnerismo y los parientes del presidente Macri. “Los que no son kirchneristas quieren que todo esto se lo trague Cristina para poder tener futuro ellos. Ninguno sale a solidarizarse. Pero tienen una contradicción, porque si Cristina va presa puede reforzar todavía más un liderazgo que crece si el Gobierno no logra rápido una recuperación económica”, opina.

 

 

Macri activó este viernes la mesa de la transparencia. Oportunismo casual.

 

 

BALLOTAGE Y TERCER SECTOR. Es muy temprano para analizar el impacto de un caso que recién empieza y puede correr paralelo al ajuste en el segundo semestre. Para el Gobierno, no sólo genera beneficios porque golpea al kirchnerismo y desvía la atención sobre el presente. También puede trastornar el clima de inversiones que propicia sin éxito y sobre todo en la apuesta de las PPP, con la cual pensaba compensar el recorte en la obra pública en el año electoral.

 

De algo no hay duda: hoy, el macrismo y el kirchnerismo son los únicos con capacidad de ganar una elección y nadie les hace sombra. Por eso, los cuadernos del ex suboficial del Ejército que anotaba todo a pedido de algún poder imperecedero pueden influir en los indecisos.

 

Lo explica Aurelio: “El kirchnerismo es bastante competitivo a nivel electoral, pero requiere un crecimiento adicional con no kirchneristas. Lo de Centeno complica la capacidad de atracción de aquellos a quienes sí les importa la corrupción y les importa no sólo que haya existido un nivel importante, sino, además, que la ex presidenta misma pueda estar involucrada”.

 


 

 

Rouvier y Aurelio coinciden en que el peronismo federal mira encuestas y ve que no tiene candidato para acercarse a Cristina, ni de cerca. Para Rouvier, el capítulo del Lava Jato adaptado a la Argentina puede golpear las chances de la ex presidenta en un ballotage, no antes, más si se tiene en cuenta que los votantes de Massa ya eligieron a Cambiemos en 2015.

 

Para el director de Aresco, más allá de los deseos del Círculo Rojo, el peronismo federal está en un problema que parece irresoluble hacia 2019. “Ese sector tiene serias dificultades para ser competitivo. Serias, serias. Independientemente de que el mundo de la dirigencia no lo quiera asumir, lo vemos con muy baja probabilidad. Necesitan una concatenación de hechos. Puede suceder que caiga más el Gobierno, pero hoy ni siquiera tienen a alguien que unifique”.

 

Aurelio es enfático en otro punto. “Hay encuestas truchas o de dudoso valor técnico que sostienen que el tercer espacio es competitivo. Estoy convencido, por las mediciones que hacemos en forma permanente, de que está muy lejos del macrismo y el kirchnerismo. Son los mismos tres o cuatro encuestadores que decían el año pasado que Massa estaba peleando el segundo lugar en la provincia con el Gobierno y terminó a 20 puntos en la primaria”.

 


 

 

NEOKIRCHNERISTAS. La pregunta es cómo van a reaccionar los peronistas no kirchneristas que estaban yendo a una confluencia con el espacio de Unidad Ciudadana. Solá, Alberto Rodríguez Saá, y por último, José Manuel De la Sota. De ese espacio que se diferenció fuerte de Cristina en los últimos años pero ahora advierte que es la única con capital propio, el único que habló fue Alberto Fernández. En diálogo con FM La Patriada, el ex jefe de Gabinete cuestionó a Bonadio por dictar la prisión preventiva con fotocopias. “Nunca vi algo así. Soy el primero que quiero que esto se aclare porque no quiero ni un segundo a un corrupto, pero no así. El objetivo de Bonadio es Cristina”, dijo. En busca de seducir al kirchnerismo, Solá se mantuvo -hasta ahora- en silencio. Lo hace con esfuerzo, dicen los que lo conocen, porque hasta hace no tanto hubiera salido a diferenciarse y hoy ve claro que sin Unidad Ciudadana no tiene chances de nada.

 

Aurelio explica el cuadro con claridad: “El dirigente de la oposición que quiera competirle a Macri -aparte de Cristina, que puede competir- es el que llegue a un nivel de diálogo con el kirchnerismo. Si por alguna razón judicial, política o personal, Cristina no es candidata, ahí el dirigente opositor que haya generado menos contradicción con el votante kirchnerista y tenga capacidad de atracción, va a ser el candidato que lidere la oposición, si contiene al kirchnerismo”.

 

Ricardo Rouvier agrega otro dato. “Gobernadores e intendentes están muy preocupados porque el peronismo federal no puede presentar hoy un candidato que salve las gobernaciones y las intendencias”, dice. Nadie quiere repetir la experiencia de los intendentes que en 2017 acompañaron a Florencio Randazzo y terminaron perdiendo mal en sus distritos. Tampoco a Cristina le sirve reeditar la postura de ir sola a competir porque esos cinco puntos del ex ministro de Transporte -que quería ir a una interna- le costaron la derrota.

 

Los cuadernos de Centeno pueden influir, pero será difícil que -por sí solos- alteren una tendencia muy marcada, con dos fuerzas arraigadas que van camino a enfrentarse en 2019, con escenario abierto y una economía que cae sin fecha cierta de recuperación.

 

Axel Kicillof, gobernador de Buenos Aires.
Cristina Fernández de Kirchner.

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