El gobierno de Horacio Rodríguez Larreta aplica la misma lógica en cada tema "espinoso" para la gestión. Sucedió con el nuevo contrato del subte y con la crisis en la Policía de la Ciudad producto de la denuncia contra su primer jefe, José Pedro Potocar, por cohecho y su posterior expulsión de la conducción de la fuerza. El Gobierno porteño esconde la discusión del tema durante la campaña y espera a que culmine el año político para anunciar cambios o avanzar con definiciones políticas.
Larreta cree que sorteó “con éxito” la crisis Potocar, luego de la decisión de aguardar ocho meses sin jefe policial y con la conducción política en manos del secretario de Seguridad porteño, Marcelo D'Alessandro. Como informó el propio jefe de Gobierno, el actual subjefe Carlos Kevorkian tomará el lugar de Potocar y Gabriel Oscar Berard será el nuevo subjefe policial. Este último es el actual superintendente de Operaciones, encargado del operativo policial en la compleja y violenta sesión del Congreso para la aprobación de la reforma jubilatoria, que fue reconocido puertas adentro de Cambiemos. Sin embargo, la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) presentó este miércoles una denuncia ante el juez federal Sergio Torres para que se investiguen al menos diez hechos de abuso cometidos por la Policía Federal y de la Ciudad durante el operativo de represión del 18 de diciembre pasado en los alrededores del Congreso.
La administración local decidió posponer la discusión por el nuevo titular del a Policía de la Ciudad para cuando culminara el proceso de elecciones legislativas y el año político, que en la Ciudad tiene fecha de cierre con la última sesión de la Legislatura porteña. En este 2017, el Parlamento sesionó por última vez el viernes 22 de diciembre, en el marco de una reunión extraordinaria en la que se aprobó el paquete de fin de año.
De acuerdo al artículo N°77 de la nueva ley de Seguridad Pública, que creó la actual Policía, la Jefatura de Gobierno debe publicar nombre y antecedentes del nuevo candidato en el Boletín Oficial de la Ciudad y en la página web oficial del gobierno durante 10 hábiles.
Tras la propuesta de Larreta y el ministro de Justicia y Seguridad, Martín Ocampo, se abre un período de impugnaciones y vencido el plazo se efectúa la designación o se reinicia el procedimiento. Kevorkian tendrá rango de subsecretario y, a pesar de ser un cuadro policial, está bajo la órbita de Ocampo.
Hasta 2008 Kevorkian integró las filas de la Policía Federal y en 2009 entró en la Policía Metropolitana a cargo de la superintendencia de investigaciones. El Gobierno asegura que posee un “legajo impecable”, aunque en los pasillos de la jefatura de Gobierno advierten que los próximos diez días hábiles serán cruciales. Con la designación de Potocar, a quien también se lo presentó con bombos y platillos, no se tuvo que atravesar ese proceso de impugnaciones. Así lo aclara la Ley N°5688, que posee una cláusula que permite saltear la obligación de publicar nombre y antecedentes del candidato y también evitar que se hiciera el proceso impugnaciones y observaciones civiles.
Kevorkian trabaja junto al PRO desde que Mauricio Macri era jefe de Gobierno y el ministro de Seguridad Guillermo Montenegro. El nuevo jefe vivió de cerca todo el proceso de creación y puesta en marcha de la Metropolitana y tenía un estrecho vínculo con Jorge "el Fino" Palacios, primer jefe de la fuerza creada en 2008.
CASO POTOCAR. El primer jefe de la fuerza de Rodríguez Larreta fue desplazado en abril tras la firma del decreto 139/17, que argumentaba que la decisión se tomó para “preservar la investigación judicial” y “la normal prestación del servicio de seguridad”.
Por ese entonces, el fiscal federal José María Campagnoli lo acusó de haber cobrado coimas a cambio de “protección” en la Comisaría N° 35 de Núñez, cuando ésta todavía estaba bajo la órbita de la Nación y Potocar ocupaba la Dirección General de Comisarías. Horas después el juez Ricardo Luis Farías, a cargo del Juzgado Criminal y Correccional N° 14, ordenó su detención.
Lo que comenzó como una crisis se fue disipando con el tiempo. La Legislatura fue un hervidero durante días hasta que el oficialismo envió al secretario D'Alessandro a brindar explicaciones, mientras la oposición lo esperaba con una batería de cuestionamientos.
Tras esa situación, Larreta lanzó un festival de anuncios, timbreos y “gestos” para superar la crisis Potocar, que fue liberado pero sigue procesado. El objetivo era claro: el alcalde salió a capa y espada a defender la institucionalidad de la nueva policía, creada y pedida por él. El fantasma del escándalo de la Metropolitana y Palacios acechaba por ese entonces. Ante esa meta, nació la iniciativa comisarías cercanas que se mantiene hasta la actualidad y consiste en que los funcionarios deben asistir el primer jueves de cada mes a una comisaría para escuchar a los vecinos y generar un diálogo con los efectivos policiales.
Al mismo tiempo, el Gobierno aclaraba que no nombraría a un nuevo jefe policial hasta tanto se resuelva la situación judicial. Finalmente, se designó a D'Alesandro como jefe interino de la fuerza hasta que, tras pasar las elecciones y el año político, Rodríguez Larreta presentó a Kevorkian, a ocho meses del desplazamiento de Potocar.