El intendente ve luces verdes en la gestión y apunta a los Consejos Barriales como piedra basal del passerinismo. Rodrigo Fernández sale a la cancha.
Daniel Passerini en el Encuentro de Ciudades Iberoamericanas
Daniel Passerini en la Expo-feria de los Consejos Barriales
Daniel Passerini se encamina a cerrar su primer año como intendente de Córdoba con una bitácora cargada de gestos a la dirigencia provincial, nacional y de otros países. El peronista sabe que debe ampliar su base política y apunta a los Consejos Barriales para hacerse fuerte en el territorio.
Passerini ya se proyecta por fuera de la capital. Asumiendo los impedimentos legales para su reelección, quien fuera el viceintendente de Martín Llaryora moldea cuidadosamente su rol de continuidad en esa sociedad que se expresa en el Partido Cordobés. Como tal, articula con nombres de diversas fuerzas y procedencias, ya sea políticas o institucionales.
Con una creciente interna como obligado trasfondo, Passerini también siembra indicios de sus predilecciones para la sucesión. Lo admiten propios y extraños: Rodrigo Fernández, su mano derecha, se perfila con cierta ventaja desde el Palacio 6 de Julio. No es casual que en el encuentro con estos Consejos Barriales el dirigente inaugurara un alto perfil.
En pocas horas, Passerini sumó 20 mil millas. Este sábado participó del Encuentro de Ciudades Iberoamericanas, realizado en Madrid, en el que pudo reunirse con el rey Felipe VI de España.
Ante un nutrido auditorio, tendió redes en busca de financiación para “gobiernos locales que enfrentan limitaciones que restringen su capacidad de inversión en áreas críticas”. A tal fin, propuso “pactos fiscales que permitan acceder a financiamiento y establezcan alianzas público-privadas para desarrollar proyectos innovadores y sustentable”. Conceptos clave para la continuidad del cordobesismo.
Tras las fotos de rigor, el exministro de Desarrollo Social volvió a Córdoba para cerrar la Expo-Feria de los Consejos Barriales, una red de 82 dispositivos que se distribuyen en la provincia.
Concebidos hace nueve años “para que la comunidad diagnostique problemáticas y gestione respuestas ante los gobiernos”, aglutinan a centros vecinales, educativos, de salud, clubes, iglesias, organizaciones no gubernamentales y policías barriales, entre otras.
Durante el encuentro, en el que el gobierno de la provincia anunció una inversión de $550 millones para proyectos comunitarios, se destacó también la presencia de la vicegobernadora Myrian Prunotto; el viceintendente Javier Pretto y el mencionado Fernández, nombres a los que se adjudica interés en la ciudad. También autoridades de Río Cuarto, Villa María, San Francisco y Villa Allende, entre otras.
Como lo hiciera Llaryora y Ramón Mestre con la regularización de los centros vecinales, estos espacios de articulación directa con el electorado asoman como una herramienta clave en contextos sociales complejos.
Ubicado en el centro de esa escena barrial, Passerini no sólo rubrica la importancia de la gestión territorial, concepto repetido al funcionariado. También ausculta la factibilidad de un despliegue propio, que le sirva como plataforma hacia un 2027 en que el PJ se jugará mucho más que la continuidad.
Sin cargo electivo de arrastre, el médico generalista necesita una estructura. Hasta aquí, buena parte de sus nombres han llegado desde otros sectores del peronismo, o aliados del Partido Cordobés, que también albergan aspiraciones con nombres propios. Ante ellos, ante el mismo Llaryora, el jefe comunal debe exhibir credenciales que lo revaliden en la línea sucesoria del cordobesismo. Hasta aquí cuenta con más aliados institucionales que referencias terrenales.
Ese mismo concepto de territorialidad toma otro sentido en un año duro en materia económica, tal como se traduce de su alocución en la capital española.
Como contara Letra P, el intendente afronta tres restricciones: el recorte de fondos que llegaban desde la Nación, con especial afectación a subsidios del transporte; una caída de la recaudación que se mantiene en torno al 15%; la refinanciación de la deuda heredada de la gestión de Ramón Mestre y reconducida por el actual gobernador.
Pagada la segunda cuota de esta acreencia en dólares, mediante la emisión de letras en pesos, el gobierno avanza en la discusión de un Presupuesto que reconoce la situación crítica, pero no pierde de eje la necesidad de atender la acción social, atributo que permite diferenciarse de la gestión de Javier Milei.
La dimensión social incluye una condición de posibilidad. De acuerdo a la ejecución presupuestaria hasta septiembre, el municipio cuenta con un superávit de $20 mil millones. Este ahorro, explica el diario Comercio y Justicia, proviene de un ajuste en la ejecución de obra pública, contracara del crecimiento de las transferencias para subsidiar el transporte urbano y las amortizaciones de la misma deuda.
El mismo informe presenta un aumento del 207% en el dinero destinado al pago de salarios, dos puntos menos que la inflación interanual. Tal cifra no compatibiliza con el endurecimiento en los reclamos de los empleados municipales, quienes esta semana multiplicaron marchas y asambleas.
Según la conducción del SUOEM, hasta aquí los trabajadores han perdido 17 puntos porcentuales ante la inflación. Además de una recomposición inmediata, piden volver a establecer las paritarias.
Rubén Daniele, titular del gremio, no sólo auguró una continuidad de las protestas. Deplorando los modos discrecionales de la intendencia, hundió el dedo en pruritos de moda: según afirma, el tándem Llaryora Passerini ha sobredimensionado la planta política del municipio . Acorde a sus cálculos, hay 785 puestos, 285 más que al fin de la gestión Mestre.
Desde la Municipalidad repiten que no hay posibilidades de mejorar la propuesta vigente, atada a la inflación de cada mes. En otras palabras, descartada la viabilidad de una cláusula gatillo, apelarán a otra negociación para la que esperan mesura del SUOEM.
Uno de los voceros de la negociación es Fernández, quien también ha levantado el perfil. Además de presencia en actos como representante del gobierno municipal ha encabezado acuerdos desde el Ente Metropolitano que preside. El más reciente, un convenio de capacitación con la UNC “para necesidades laborales de personas del área metropolitana”. El más importante, como interino en la secretaría de Transporte, con una docena de municipios para articular los sistemas de transporte urbano con el transporte interurbano.
Muchos comienzan a verlo ya como el “heredero natural” de Passerini, entre una decena de precandidatos de distinto origen. Mesurado, el secretario de Gobierno cree que cualquier análisis peca por prematuro. Antes bien, se ubica en un marco en el que “las proyecciones de Daniel y Martín son inevitables”.
El mismo adjetivo emplea para las vinculaciones con otros municipios, especialmente del Gran Córdoba, para los cuales aquel Ente aparece como vehículo político. Algo que bien saben Llaryora y Passerini.