Y un domingo pasó. Martín Llaryora se convirtió en el quinto gobernador de Córdoba desde la restauración de la democracia. A los 51 años, el sanfrancisqueño será el encargado de abrir una nueva etapa en la política local y, en particular, en lo que se refiere a la coalición Hacemos Unidos por Córdoba. Es que por primera vez desde la creación del frente político que permitió que el PJ llegara al poder, ninguno de los “socios fundadores” estará al frente de la primera magistratura.
Con cuatro años difíciles por delante, según anticipan las políticas del presidente Javier Milei, Llaryora sabe que está también ante una oportunidad única: si surfea la crisis económica con éxito, sumará capital político para emerger como algo más que el reemplazante de Juan Schiaretti, ausente en el recinto, quien por la tarde de este domingo le entregará los atributos en San Francisco. La carrera por la Casa Rosada asoma y no tan a lo lejos.
Pragmatismo puro
No pasaron ni tres minutos del discurso inicial, sin teleprompter, que Llaryora lanzó su primer dardo a “la casta” con la reducción de las dietas de la planta política. "Vamos a reducir en un 25% el haber del gobernador, 15% de los ministros, y el 10% de los funcionarios. Congelaremos las vacantes en el Estado, salvo en los servicios esenciales: salud, educación y seguridad. Vamos a pedir a los demás poderes que se sumen a este esfuerzo", dijo primereando a Milei, a quien le prometió colaboración desde Córdoba.
Causa y efecto a lo “pituquitos de Recoleta”, Llaryora dijo que tendrá un “gobierno austero", encendiendo la motosierra con gusto a fernet. Así, su gabinete, tendrá 14 ministerios y 10 agencias. Para la oposición, en cambio, está lejos de ser un achicamiento, sino todo lo contrario.
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En el marco de los 40 años de la democracia, también habilitó el recuerdo para la Córdoba radical, con un video en el que destacó el discurso inaugural de Raúl Alfonsin en 1983. Asterisco: a la hora de jurar, la vicegobernadora Myrian Prunotto también envió un mensaje a propios y ajenos al recordar al primer presidente de la democracia, reafirmando su pertenencia boinablanca. La amplitud también abarcó a la patria chica, con el recuerdo a los exgobernadores Eduardo César Angeloz, Ramón Bautista Mestre, José Manuel de la Sota y Schiaretti.
Partido Cordobés
“Se inaugura un nuevo modo de hacer política: el Partido Cordobés… ojalá algún día tengamos un Partido Argentino. El partido cordobés tiene una sola ideología: luchar por el bienestar de los cordobeses sin distinciones partidarias”, lanzó en tono de relectura a lo que Francis Fukuyama llamó “el fin de las ideologías” en el libro El fin de la Historia y el último hombre publicado en 1992.
La extensión y ¿presentación? de ese Partido Argentino es la veta que confirma la intención del gobernador de extender su figura hacia afuera de las fronteras mediterráneas.
Calentando la voz, algo que le valió algunos valiosos minutos en los canales nacionales, Llaryora aseguró la continuidad de los históricos reclamos de Schiaretti como pedir la baja de las retenciones, el reparto equitativo de los subsidios y los recursos para la Caja de Jubilaciones. Guiño, guiño. En la Nación, dos de esos espacios tendrán ahora a exfuncionarios de Schiaretti: Osvaldo Giordano en la ANSES y Franco Mogetta en la secretaría de Transporte. ¿Se abrirá la canilla? ¿De cuánto será el derrame?
Marca registrada
Al igual que lo señalado horas atrás por el intendente capitalino Daniel Passerini, el flamante mandatario reivindicó las políticas de Memoria, Verdad y Justicia. Marcó la cancha con respecto al valor de la educación pública y el respaldo con infraestructura y recursos y también llamó a un “pacto sanitario público, privado, universitario”.
Estas dos iniciativas serán seguidas de cerca por la comunidad educativa y sanitaria. Son dos de los sectores que más se le plantaron a Schiaretti durante sus dos gestiones, sobre todo en el último tramo del año pasado. En campaña, Llaryora generó alguna rispidez bien disimulada con su antecesor al sostener que mejorará los salarios del sector en momentos en que las huelgas arreciaban.
En seguridad, pisó fuerte: el primer proyecto que entrará a la Unicameral será la modificación de la ley 9.235 para mejorar la seguridad, con un “nuevo paradigma” incorporando al esquema a las empresas privadas.
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Willy Brandt, presente
Más allá del mentado aporte a la gobernabilidad, Llaryora también buscó una fuerte de diferenciación con el gobierno nacional. Lo hizo con una cita, que en Córdoba ya pinta para remera, del excanciller alemán Willy Brandt: “Tanto mercado como sea posible y tanto Estado como sea necesario”. La frase es una marca registrada de los discursos de Schiaretti.
En ese marco, además de reivindicar y garantizar la continuidad de la obra pública estatal, sobre todo en las ciudades pequeñas, le abrió la puerta a lo que también será su caballito de batalla: el cooperativismo y el mutualismo, que tendrán su propio ministerio.
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Se trata de una apuesta política fuerte en una Unicameral muy pareja en el repartos de bancas, más allá de algunos pases y la diáspora opositora. La tarea estará a cargo de Martín Gill, ex intendente de Villa María y exfuncionario nacional. Otro pleno del gobernador que fue intendente.
“Hipócrita y vacío de contenido”
Con gesto adusto y con carteles que reclamaron por la polémica modificación de los poderes de control del Tribunal de Cuentas, el interbloque de Juntos por el Cambio tildó el discurso inaugural de “hipócrita”.
“Fue un discurso hipócrita y vacío de contenido. Habló de institucionalidad cuando fueron los primeros en barrerlas para no ser controlados. Hablan de austeridad cuando antes de irse crearon una agencia más y aumentaron los gastos reservados un 500%”, lanzó en diálogo con Letra P Alejandra Ferrero (UCR), presidenta del interbloque de Juntos por el Cambio.
Sea como fuere, durante tres semanas, ya que habrá sesiones el 13, el 20 y el 27 de diciembre, habrá fuego cruzado y un test fuerte para la nueva época del cordobesismo, atravesada por la austeridad y la “vocación” de proyección nacional de Llaryora.