Aunque sepa que afrontar en simultáneo ambas metas puede resultar complejo en tiempos de ajuste y motosierra, el alcalde entiende que se trata de compromisos ineludibles. Una resolución favorable podría obrar como primer paso para dar la impronta que desea a una administración que, aún temprana, aún condicionada por el contexto, no ha cumplido expectativas.
Complementariamente, el intendente avanzará en una renovación de su gabinete. Tantas veces augurada, el paso del tiempo la presentará como inevitable. Por el momento son tres las áreas apuntadas, todas sensibles para la gestión: Comunicación y Cultura; Ambiente Sustentable y Economía Circular; y Salud.
Compromisos externos para Córdoba
Coinciden propios y extraños, una deuda externa en dólares es la principal amenaza para una administración municipal. En septiembre, Passerini deberá cancelar el segundo vencimiento de la deuda de 150 millones de dólares (más intereses) tomada por Ramón Mestre en 2016 y refinanciada por Martín Llaryora cuatro años después.
Son 25 millones de dólares, similar monto al que afrontara ya en marzo pasado. El mecanismo para el pago será el mismo: emisión de letras del Tesoro por el equivalente en pesos a aquella suma: $30.000 millones.
Esta vez diferirá el plazo de cancelación, que se extenderá hasta 36 meses. La justificación permanece inalterable. Es financiera y apunta a la conveniencia de pesificar los compromisos y mantenerlos en el mercado local.
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La maniobra no sólo brindaría oxígeno en las planillas. Es necesaria para afrontar promesas que desvelan a las secretarías. En particular la adquisición de nuevas unidades para el transporte urbano de pasajeros, condición previa para una ambiciosa redefinición del sistema, que desde el próximo año presentará una integración metropolitana.
También brindaría opciones para cumplir con compromisos asumidos junto al gobernador Llaryora en áreas más sensibles para el Partido Cordobés: salud, con la construcción de centros para el abordaje de adicciones como prioridad; seguridad, con la incorporación de móviles y agentes para la Guardia Urbana Municipal.
Como Martín Llaryora, pero no tanto
En el Palacio 6 de Julio siguen señalando el superávit corriente como un aval para sus decisiones. Tal es también la garantía de continuidad con la bien reputada gestión de su antecesor, el hoy gobernador Llaryora.
Sin embargo, desde el passerinismo puro también comprenden la necesidad de marcar diferencias con su antecesor, más por necesidad de identidad propia que por oposición de enfoques.
La primera acción en tal sentido será profundizar el trabajo “en el territorio”. Es decir, aquellos barrios más alejados del centro, donde suele manifestarse la retracción del Estado. Son los mismos sectores en los que se activó el aparato oficialista en la previa a la elección que consagrara al médico generalista. “Pasó la campaña y todavía hay gente esperando”, admiten voces oficialistas.
Sobre aquella consigna, que puede pecar de obviedad, se renuevan acuerdos entre sectores internos. En particular con la tropa de Alejandra Vigo, de reconocido recorrido barrial. Nombres suyos suenan como incorporaciones al gabinete. Entre ellos el legislador provincial Leonardo Limia, con quien ya hubo conversaciones. Su rol clave en la Unicameral supone una dificultad.
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Martín Llaryora y Daniel Passerini, una sociedad sólida, pero que admite las diferencias de estilo.
Menos dudas amerita la renovación del staff del Ejecutivo. Echada parece la suerte de tres secretarios “heredados” del llaryorismo, todos ellos en áreas clave: Ariel Aleksandroff, en Salud; Jorge Folloni, en Ambiente; Mariano Almada, en Comunicación y Cultura.
Nadie confirma salidas ni sucesiones. Varias fuentes señalan que son funcionarios “de otro palo”, que suelen actuar por fuera de lineamientos establecidos. “Tienen juego propio, pero nadie es imprescindible”, musitan en la intendencia.
El sello de Daniel Passerini
Esta semana el intendente presentó su mapa de gestión, plasmado en un Plan de Metas. El mismo presenta 372 objetivos sobre cuatro ejes estratégicos: Bienestar Integral e Inclusión; Desarrollo Local Sostenible; Ciudad Inteligente y Seguridad.
“Casi la mitad de las metas se refieren a temas de salud integral, consumo problemático, inclusión socioeducativa y digital, participación ciudadana, accesibilidad universal y mejora de la infraestructura urbana”, destaca la comunicación oficial.
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Daniel Passerini expuso su plan de metas de gestión en el Concejo Deliberante de Córdoba.
Reafirmando la dirección ya mencionada, el mismo comunicado referza que dicho esquema proviene de “un intenso relevamiento de las necesidades de los barrios de la ciudad”.
Sin descuidar las críticas al gobierno de Javier Milei, algunas de las acciones consecuentes serán presentadas en el discurso que el intendente brindará el próximo sábado 6 de julio, en la celebración de un nuevo aniversario de fundación de la ciudad.
La inauguración del nuevo Concejo Deliberante
Será desde la nueva sede del Concejo Deliberante de la ciudad, primera inauguración de magnitud para el exlegislador y exministro. Obra emblemática del abandono, el proyecto remonta a dos décadas atrás. Enclavado en el viejo Mercado de Abasto, sobre la icónica avenida Costanera, fue uno de los “elefantes blancos” que se propuso recuperar el nuevo dúo fuerte del peronismo cordobés.
Su inauguración también supondrá la puesta en valor de una zona muy apetecible para el mercado inmobiliario. Articulación entre el centro y el codiciado barrio General Paz, la zona “del Abasto” ya tienta a desarrollistas. También a funcionarios que piden “integrar” al río Suquía en la planificación edilicia.
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La nueva sede del recinto legislativo de la capital quedará inaugurado este 6 de julio.
Flanco de críticas hacia gestiones precedentes, la complacencia de autoridades con la voracidad de la corporación inmobiliaria mantiene en alerta a agrupaciones vecinales que recuerdan compromisos asumidos en campaña. El bochorno del hundimiento del desarrollo denominado El Pocito, otra obra icónica, atizó recelos.
Del otro lado, empresarios comparten diagnósticos con la oposición y piden al intendente que “arranque de una vez".
Desde el municipio rebaten con un argumento que abre varias interpretaciones: aunque garanticen continuidades, aseguran que necesitaban tiempo para conocer acabadamente el tablero de mando.