La semana pasada el diputado nacional del PRO Gustavo Hein le preguntó, asombrado, al exdiputado radical Fabián Rogel si había escuchado algo sobre un proyecto de ley de lemas para Entre Ríos que empezó a rodar en tribus peronistas. Quien receptó la inquietud no le dio importancia y la calificó de disparatada. Punto. Pasaron los días y en boca de dirigentes del PJ se comenzó a filtrar la idea a la que nadie le quiere poner la firma ni mencionar públicamente. El sistema de lemas, por ahora, está acotado a reuniones de rosca.
El objetivo de quienes agitan esa alquimia sería motivar la presentación de precandidaturas, movilizar a un peronismo al que ven quieto desde hace años y que todos los sectores tiren para el mismo lado en unas elecciones generales complicadas en 2023 contra Rogelio Frigerio, el hombre fuerte de Juntos por el Cambio. La versión de implementar una ley de lemas se la escucharon a Hugo Berthet, un exdiputado provincial que está pegado a Enrique Cresto, uno de los precandidatos para suceder al gobernador Gustavo Bordet. La idea la escuchó también el exgobernador y actual embajador en Israel, Sergio Urribarri, y le gustó. En otros campamentos del PJ están al tanto, pero todos entienden que no es el momento de poner la propuesta sobre la mesa.
En 2018, los sectores más duros del kirchnerismo impulsaron el sistema de lemas. Presentaron un proyecto que no alcanzó a dar un solo paso en la Legislatura. Lo hicieron en el marco de la interna con Bordet. En su momento, el argumento era que con el sistema que suma todos los votos en una sola votación se evitaba lo que había ocurrido en las elecciones legislativas de 2017, cuando gran parte del kirchnerismo más puro que participó de la interna no votó luego en la general.
Fuentes del peronismo cercanas a Bordet consultadas por Letra P acusaron recibo de la iniciativa que ahora vuelve a circular, pero aseguran que el gobernador no le daría lugar de ninguna manera. En principio, porque perdería poder en el proceso electoral. A fin de año, el mandatario aseguró que jugaría un rol decisivo para que el PJ continúe en el gobierno después de su salida. Lo que dijo fue, básicamente, que tendrá su candidato o candidata. En segundo lugar, porque implicaría derogar la Ley Castrillón, una norma electoral provincial previa a la instauración de las PASO a nivel nacional que deja muy poco margen para quienes quieran dar la pelea contra quien impulse el gobernador de turno, por la cantidad de requisitos que exige. Es precisamente lo que alegan quienes encuentran en el sistema de lemas una herramienta movilizadora.
Quienes miran con atención una ley de lemas, que permita resolver la interna en las elecciones generales, aceptan las fisuras del peronismo y la desconfianza de lograr convocar a una interna que entusiasme en las PASO y resulte atractiva para llegar a la final. Sin embargo, la iniciativa tiene su otra cara. Quienes están al tanto de la iniciativa, como el intendente de Paraná, Adán Bahl, tienen una mirada diferente. Sostienen que hasta puede ser más beneficiosa para Juntos por el Cambio, que hoy tiene a Frigerio instalado tras su triunfo en 2021 pero también a dos intendentes radicales con aspiraciones, uno de la costa del Uruguay y otro del Paraná: el chajariense y diputado nacional Pedro Galimberti y Darío Schneider, de Crespo. Un colaborador del exministro del Interior de Mauricio Macri lo dijo en pocas palabras ante la consulta de Letra P: “Nos viene de diez”.
La promesa y la deuda
Luego del discurso de Bordet ante la Asamblea Legislativa, Frigerio salió a pedir una reforma política. En rigor, la implementación de la Boleta Única Papel (BUP). Esa iniciativa había sido un caballito de batalla del gobernador en todos los actos de apertura de sesiones, pero esta vez fue la excepción. En la oposición se insistirá con avanzar en este proyecto, que si no ve la luz en la primera mitad del año, ya quedará afuera de la agenda. La razón es que en Entre Ríos se convocaría a votar en las PASO en abril de 2023 y en junio en las generales. Al cronograma del adelantamiento no lo discute nadie, todos los sectores trabajan con esa hipótesis. En Juntos, Frigerio se propuso una recorrida por todo el territorio provincial, que cumple como si estuviese en plena campaña. El gobierno hace lo propio desde la gestión. Todos los días hay un anuncio del que participan las principales figuras del oficialismo.
La BUP, un tema de agenda del Poder Ejecutivo durante la primera gestión de Bordet, se convirtió en un tabú en la segunda. Se entiende que el sistema de tachas para elegir las candidaturas en una sola boleta iguala condiciones con el adversario. La lista sábana y una estructura para repartirla siempre favorecen a quien maneja el Estado.
El oficialismo ya tiene un argumento para el reclamo que ve en puerta: “En 2018 propusimos un Código Electoral que implementaba la boleta única y la oposición no hizo nada para que saliera”, dice un colaborador de Bordet. No le falta razón.
La única promesa esgrimida por el mandatario en el plano del sistema electoral fue para adentro de su partido. Prometió subir el piso de los porcentajes para el ingreso de las minorías y, así, incentivar una interna que, por el momento, no aparece.