APERTURA DE SESIONES

Obras y consenso, el salmo de Bordet con Manzur como garante

Con el tucumano a su lado, el gobernador de Entre Ríos acentuó su albertización. Repaso de gestión y misiles al Poder Judicial. Gusto a poco en la oposición.

El gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet, inauguró un nuevo período parlamentario ante la Asamblea Legislativa provincial en compañía del jefe de Gabinete de la Nación,  Juan Manzur. Cerca del mandatario se encargaron de remarcar la “sintonía fina” con la Casa Rosada, pero fundamentalmente la decisión de hacer a un lado al kirchnerismo. Ante el pleno de la Legislatura, Bordet se ocupó de enumerar y dar detalles del ejercicio 2021, al que consideró “el año de la reconstrucción”. Destacó el equilibrio presupuestario alcanzado en Entre Ríos y afirmó que las obras detalladas no hubieran sido posibles sin esa condición de las cuentas públicas.

 

"La unión es la más importante tarea que nos demanda la historia y me pongo a disposición para seguir construyendo esos acuerdos fundamentales", avisó Bordet, quien también recogió una bandera opositora cuando aseguró que no creará "nuevos impuestos" ni aumentará "los niveles impositivos vigentes". La presencia de Manzur fue un elemento más en un proceso de desplazamiento hacia el albertismo en el seno del Frente de Todos, nuevamente en tensión por la salida de Máximo Kirchner de la presidencia del bloque en la Cámara de Diputados. El mandatario entrerriano ya había dado señales de su alineamiento con el Presidente en una entrevista con el diario Perfil publicada el primer día del año. Bordet dejó el siguiente título: “Alberto Fernández puede garantizar la consolidación de un modelo justicialista”.

 

Las semanas siguientes mantuvo reuniones con hombres cercanos al jefe de Estado como el canciller Santiago Cafiero; y el ministro de Producción, Matías Kulfas, a quien le sacó un paquete de ayuda financiera con una línea de crédito por 800 millones de pesos a tasa cero para los productores entrerrianos que sufrieron daños por la sequía y las altas temperaturas. De esa negociación participaron Manzur y el ministro de Agricultura, Julián Domínguez.

 

Edgardo Kueider, senador nacional por Entre Ríos, es un hombre de extrema confianza de Bordet. La semana pasada pateó el tablero al cuestionar en duros términos a La Cámpora y Kirchner, aunque sin mencionarlos. “El costo de acordar con el Fondo existe, pagar va a tener un impacto en la economía, pero no acordar es un default. Mi pregunta es si acordar con el Fondo tiene un costo equis en pesos, ¿cuál es el costo del no acuerdo? Significa un dólar que se dispara, devaluación de la moneda, inflación, pérdida del salario de los trabajadores”, dijo. Y siguió: “La postura de algunos dirigentes no la comparto. Hay que ser responsable en lo que se dice y habla. Hace falta responsabilidad y no querer quedar bien con algún sector haciendo declaraciones pensando en la conveniencia del futuro. Estaría bueno que experimenten gobernar una ciudad”. 

 

El senador aprovechó para anunciar que su iniciativa de conformar un “espacio” dentro del bloque oficialista en el cuerpo que preside Cristina Kirchner, es un hecho. Como adelantó Letra P en diciembre, Kueider pretende con un grupo de pares plantear una agenda de temas relacionados al interior.

 

Tribunales y urnas

Del acto que tuvo lugar en el Centro Provincial de Convenciones y del que participaron autoridades de los tres poderes, universidades y fuerzas de seguridad, participó el exgobernador y actual embajador en Israel, Sergio Urribarri. Su presencia no pasó desapercibida. Por estos días, su nombre estuvo en todos los portales en el marco de las causas judiciales en su contra, que se están tramitando en juicio oral y público. La Fiscalía lo acusó de haber cometido delitos de corrupción.

 

Es quizás por eso que el exmandatario y diplomático no aplaudió cuando Bordet anunció la creación de la Fiscalía Anticorrupción en el capítulo que le dedicó a las reformas en el Poder Judicial. Allí criticó la dilación de determinados procesos judiciales. “Hay causas que se demoran muchos años, caen en un limbo jurídico, algunas pasan cinco o seis años en que esas causas no se archivan, no se desestiman pero tampoco se elevan a juicio”, se quejó el gobernador para luego anunciar que enviará un proyecto de reforma al Código Procesal Penal.

 

El Poder Judicial quedó para el final del discurso, que le insumió una hora y cuarto. Bordet hizo una crítica encendida a “la politización de la Justicia”. Sin mencionar el proceso en marcha que se sigue a la procuradora adjunta Cecilia Goyeneche, suspendida del cargo en el marco de un proceso que se lleva adelante en el Jurado de Enjuiciamiento por mal desempeño y que le llevó a acusar al oficialismo de estar detrás de la denuncia en su contra. “Hay un principio fundamental: todos los ciudadanos somos iguales ante la ley, incluso aquellos funcionarios del Poder Judicial cuando les correspondiere o hubieren cometido alguna irregularidad”, aseveró Bordet.

 

“El Jurado de Enjuiciamiento está integrado por tres miembros del Superior Tribunal de Justicia (STJ), dos legisladores y dos abogados. Siempre ha funcionado; a veces han desestimado denuncias, otras se resolvieron a favor y algunas produjeron la destitución”, agregó el mandatario, para dejar en claro que ese instituto previsto en la Constitución tiene una mayoría de la comunidad judicial. “Hay que dejar actuar a las instituciones: quien es acusado tiene todo el derecho de defenderse. Lo que no es correcto es que se politice la justicia, así como nosotros no judicializamos la política. Ese es el punto de equilibrio que hay que tener”, dijo.

 

La oposición se fue con la sensación de gusto a poco. El diputado nacional y aspirante al sillón de Bordet, Rogelio Frigerio, presente en la ceremonia, le dijo a Letra P que está de acuerdo con las reformas judiciales que anunció el gobernador, pero lamentó que no haya dicho una sola palabra sobre el narcotráfico, tema que explotó el exministro del Interior durante la campaña el año pasado. También se quejó de que la reforma política anunciada en otras oportunidades no haya tenido ni un segundo en el discurso.

 

En Entre Ríos, tanto en el oficialismo como en la oposición, dan por hecho que las elecciones provinciales de 2023 serán adelantadas, despegadas de los comicios presidenciales. El resultado es que en seis meses la política volverá a ponerse nuevamente en modo electoral.

 

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