FÚTBOL & POLÍTICA

Tinelli para la AFA, apenas un deseo de Alberto Fernández

El Presidente vuelve a la carga contra Claudio Tapia, pero su plan Showmatch choca con la dirigencia del fútbol y (¡santas internas!) con el kirchnerismo.

La reunión que mantuvieron Alberto FernándezMarcelo Tinelli el fin de semana en Olivos se convirtió en una noticia viscosa, que osciló entre la rosca futbolera y la disputa por el sentido que disparan los sketchs satirizantes de un Showmatch en declive. 

 

Todo decantó por el lado que más le interesa a las dos partes: el futuro de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) gobernada por Claudio Tapia, a quien el Presidente puso otra vez en la mira. Por más que su estadía en el fútbol le genere más críticas que elogios, Tinelli desea la silla de Viamonte 1366 desde aquella elección empatada 38-38, el 3 de diciembre de 2015. El tiempo pasó y hoy ni siquiera tiene el mismo apoyo de los clubes, pero sí el del jefe de la Casa Rosada. Como en otros temas y aspectos, sobre todo en este contexto de crisis por la pandemia, esa banca presidencial estimula, pero no garantiza nada. 

 

¿Por qué? La primera explicación es la propia dirigencia del fútbol, a la que Fernández conoce bien por su amistad con Luis Segura, expresidente de Argentinos Juniors y de la AFA post Grondona. El propio presidente lidió con ella cuando ofició de jefe de campaña de su amigo en 2015 y trataba de convencer a Tinelli, en ese entonces su adversario, de que debía esperar para asumir ese cargo. El final de esa historia es conocido: nada salió como esperaban, ni para Segura –y Fernández– ni para Tinelli. 

 

Entre la nada y el todo

La licencia de Tinelli en un San Lorenzo en crisis terminó de conformar una visión que es compartida por varios clubes de los grandes, los medianos y los chicos: el empresario y conductor televisivo no es el indicado en el caso de que a Tapia lo esmerilen al punto de tener que dejar la oficina que durante 35 años habitó Julio Grondona.

 

Tinelli tiene un grupo de apoyo comandado por Eduardo Spinosa, expresidente de Banfield y actual director general de la Liga Profesional. A él lo siguen Sergio Rapisarda, de Vélez; Cristian Malaspina, de Argentinos, y Gabriel Pellegrino, de Gimnasia.

 

Desde marzo, ese entorno que rodea y blinda a Tinelli trata de crear las condiciones para habilitar su llegada a la presidencia de la AFA: una de las estrategias es hacer creer que la caída de Tapia es inminente (algo que por momento parece ser así); la otra, hacer correr la versión de que toda la dirigencia del fútbol está encolumnada detrás del conductor televisivo.

 

Envalentonados por las supuestas irregularidades que descubrió la Inspección General de Justicia en el expediente que estudia la reelección de Tapia, por este nuevo impulso albertista, por un acercamiento al ala massista en la AFA y porque creen que Marcelo puede encabezar una lista ganadora, el tinellismo solo reconoce que le falta el apoyo del kirchnerismo para completar la saga. “A Cristina y a Máximo no les termina de cerrar Tinelli, como tampoco les cierra Tapia”, relativizan en ese sector. El titular de la IGJ, Ricardo Nissen, es abogado de Kirchner hijo en la causa Hotesur, algo que le agrega tensión a la trama. 

 

Pero, si al kirchnerismo antes no le cerraba, la salida incómoda y convulsionada de San Lorenzo, sus recientes bravatas al ministro de Salud bonaerense y una vuelta televisiva sin la incidencia de otros tiempos confirman que el sentimiento del kirchnerismo duro hacia Tinelli ya ni siquiera es la desconfianza o el odio: es la indiferencia.

 

Es curioso, pero en las cercanías de Tinelli definen a Tapia de la misma manera que ese sector del kirchnerismo define a Tinelli: “Ya fue”.

 

“Puede ser un deseo o una intención de Alberto promoverlo para la AFA, pero no le veo homologación en lo cotidiano”, dice un dirigente que conoce bien ese mapa de clubes y apoyos que se distribuyen en el TEG que va de la AFA a la Casa Rosada. 

 

Como sucede con la semántica del covid-19, en el entorno de Chiqui saben que deben prepararse para una segunda ola: después del intento de desestabilización de marzo, que empezó con una presentación en la IGJ de Nueva Chicago y San Martín de Tucumán para impugnar su reelección, la fallida organización de la Copa América en Argentina generó un nuevo impulso entre sus adversarios.

 

Al frente interno, Tapia le sumó la furia de la Confederación Sudamericana de Fúrbol (Conmebol), la organización que preside el paraguayo Alejandro Domínguez y que en los últimos meses es observada por la improvisada organización de la Copa América

 

Domínguez y su alfil, el argentino Gonzalo Belloso, secretario adjunto de la Conmebol, le endilgan al jefe de la AFA no haber hecho nada para persuadir al Gobierno de que la Copa América podía hacerse en Argentina a pesar del aumento de contagios. “No tuvo voz ni peso en las decisiones del Estado”, sintetizan en la sede de Luque para hablar de lo macro, aunque también se quejan de lo micro: si Lionel Messi hubiera enviado un video o algún mensaje para bancar la sede argentina, el final quizás hubiese sido otro. Ucronías del poder futbolero. Tapia recibió ese pedido y lo dio por hecho, pero nunca lo materializó. 

 

Una marcha a la “AFA macrista”

Alberto Fernández nunca validó la gestión de Tapia, a la que varias veces definió como “impresentable”. La aceitada relación de Chiqui con el Gobierno de la Ciudad –es vicepresidente de la Ceamse postulado por la gestión de Horacio Rodríguez Larreta–, la extensión del contrato con Disney que enfureció a Cristina Kirchner más su vieja sociedad con Angelici hicieron crecer la desconfianza. 

 

Todo eso, más algunas desprolijidades que el arco legislativo ya advirtió, como el contrato con el que le cedió la exclusividad digital de la AFA a su sucesor en Barracas Central, denunciado por Graciela Ocaña, profundizaron un recelo que venía desde hace tiempo, quizás atizado por advertencias y comentarios de Segura y también de Tinelli, en quien el Presidente confía y descansa en temas de fútbol desde el inicio de su mandato.

 

Fue con Tinelli, de hecho, que Fernández arregló posponer las semifinales y final de la Copa de la Liga para que el fútbol se plegara a la restricción general estricta por nueve días en mayo.

 

Casualidad o no, Pablo Moyano convocó para este jueves 10 a las 17 a una marcha de Camioneros en la puerta de Viamonte 1366, la casa central de “la AFA macrista”, en protesta por los reiterados fallos arbitrales que perjudican al club del sindicato, que juega en el Federal A, la tercera categoría –paralela a la Primera B– a nivel nacional. 

 

En esa manifestación comandada por su excuñado, Tapia tendrá cara a cara a algunos viejos aliados que ya no le responden, un aspecto que podría aprovechar Tinelli si no fuera porque tampoco le responden a él.

 

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