En una presentación que es hija de los tiempos que se acortan en política, tres años tarde, Marijuan se despertó como problema para el oficialismo de Cambiemos. Consideró al petrolero Iguacel -toda una vida al servicio del sector privado- como responsable de abuso de autoridad y de incumplimiento de los deberes de funcionario público. Además, pidió una medida cautelar para que se suspendieran las subas en 24 cuotas.
Duró poco, como todo con Macri, porque el Gobierno tuvo que dar marcha atrás con el aumento por presión de los aliados radicales y, sobre todo, del panperonismo, que iba camino a rechazar el Presupuesto en unidad. Sin embargo, la reacción del fiscal que se valió de la bolsa de Felisa Miceli para ganar fama de independiente es un elemento más de los que muestran el poder en descomposición del oficialismo. Los obedientes de ayer ahora se reciclan como amenaza.
Las ínfulas de autonomía de Marijuan eran impensadas hace un año, cuando fue a visitar al Presidente, en un mano a mano del que trascendió poco. El fiscal que lleva más de tres décadas en la justicia federal se encargó de difundirlo entre los periodistas amigos y no tanto, a los que llamó con el solo objetivo de que se supiera. El Presidente, aseguró, había pedido conocerlo.
SERVICIO FRUSTRADO. Según pudo saber Letra P a través de allegados al funcionario judicial, el vínculo de Marijuan es directo con el jefe de los espías, Gustavo Arribas. El empresario ligado al negocio del fútbol que Macri designó al frente de la ex SIDE por considerarlo el “más acostumbrado a las trampas” no sólo sobrevivió indemne al affaire Odebrecht, sino que mantiene todavía la ascendencia en algunos despachos de Comodoro Py. Arribas le prometió el año pasado a Marijuan que iba a ser procurador, un sueño que el fiscal atesora desde hace tiempo. O, por lo menos, eso es lo que afirma cuando le preguntan por Macri.
Marijuán quedó arrumbado en la lista de candidatos frustrados que consideró el Gobierno para reemplazar a Alejandra Gils Carbó. También lo era Raúl Plee, el nombre de consenso con el PJ de Miguel Ángel Pichetto que finalmente desecharon Macri, Marcos Peña, José Torello y Fabian “Pepin” Rodríguez. Con el valioso antecedente de haber sido parte de la comisión asesora de Boca en seguridad deportiva, Pleé tenía más pergaminos para oficiar de nexo virtuoso entre el PJ y el macrismo. Pero el fiscal general ante la Cámara de Casación también se quedó en las declaraciones y con las ganas. Los dos fueron relegados por Inés Weinberg de Roca, una postulante que deambula todavía con su pliego en el Senado.
Marijuan contaba entre sus méritos el de no haber cedido nunca al trato con la jefa de los fiscales del último kirchnerismo. Fue el único fiscal de instrucción que jamás se reunió con ella. Ni le contestaba el teléfono. De eso se jactaba, como parte de una relación inviable que terminó con la denuncia por el edificio de la Procuración, que surgió a partir de un anónimo. La causa que impulsó Marijuan terminó con la salida de la funcionaria que no se quiso ir a su casa cuando Cristina Kirchner terminó su mandato y se convirtió rápido en una de las obsesiones de Macri. Era lógico que el fiscal se creyera con derecho a quedarse con su sillón.
Más allá de la relación tirante de una parte de la familia de Comodoro Py con Gils Carbó por su identificación con el kirchnerismo, todos entablaron un puente de diálogo con ella, que podía advertirse en las reuniones de trabajo que compartían y en la publicación, a través del sitio del Ministerio Público Fiscal, de los requerimientos y decisiones. Hasta Carlos Rívolo, uno de los más críticos, participaba.
Gils Carbó lo sacó de la Unidad Fiscal de Investigaciones de Delitos de la Seguridad Social, un área desde la cual Marijuan había logrado tejer vínculos importantes con los jefes de la ANSES empoderada, en tiempos del kirchnerismo. De ahí surgió el nexo con Sergio Massa a través de un amigo común, el influyente Gabriel Mihura Estrada, actual miembro de la Auditoría General de la Nación. Iniciado junto a Rodolfo Barra, Mihura Estrada era el nexo con Comodoro Py, trabajó con Amado Boudou y llegó a ser jefe de asesores de Massa en la Jefatura de Gabinete y apoderado, después, del Frente Renovador. En 2013, cuando el factor Massa gobernaba la coyuntura y los carteles de las autopistas contaban los días que faltaban para que desembarcara en la Casa Rosada, Marijuan escuchó por primera vez la promesa de que podía ser el procurador general y ocupar el edificio que perteneció a la familia Bemberg. Todavía hoy esos lazos pesan y convencen a los inquilinos de Balcarce 50: el fiscal que se despabiló contra Iguacel es un ariete del renacido de Tigre.
ALTA TRAYECTORIA. Marijuan mide 1,60 y se distingue desde lejos por sus convicciones. Llegó a tribunales de la mano de Carlos Beraldi, el abogado de Cristina Kirchner, que lo hizo entrar como meritorio en 1993. Hasta hace no tanto, el hoy defensor de la ex presidenta en las causas más resonantes afirmaba sentirse “muy orgulloso” por ese descubrimiento. “Es una persona honesta, decente, trabajadora y de bien, con un sentido del humor extraordinario”, le dijo Beraldi hace unos años a La Nación.
Todavía no habían sucedido algunos episodios como el de las supuestas amenazas que denunció Marijuan en 2013 y se revelaron falsas. Una filmación mostró desde dónde se habían hecho los llamados intimidatorios, un teléfono público de Chacabuco y San Juan. Desde ahí, una persona que bajó de un Peugeot 206 marcó los números del fiscal, a la hora en que la supuesta víctima recibió las supuestas advertencias. Era Carlos Arturo Varese, el padrino de una de las hijas del fiscal. Consultado por Letra P, el abogado Luciano Ortiz Almonacid, quien aportó la información para identificar a Varese, afirmó: “La investigación quedó en la nada y se peleaban para no investigar. Se pudo determinar y está la grabación de quién hizo el llamado. Esa causa debe estar archivada, pero se puede reabrir. Estamos hablando de una autoamenaza”. El fiscal Juan Pablo Zoni, nombrado por CFK, tenía la fiscalía pegada a Marijuan y nunca avanzó en la pesquisa.
Se trata de historias menores en la trayectoria de Marijuan, que en julio pasado fue denunciado penalmente por haber enviado a la Policía Federal a espiar a estudiantes en ocho sedes del CBC de la UBA, en abierta violación a la Ley de Educación Superior y a la Constitución y sin orden de un juez. Lo hizo en una causa que había iniciado Ricardo Monner Sanz contra los presidentes de la FUBA, en el momento en que rechazaban la designación del radical Darío Richarte -subjefe de la SIDE durante la Alianza- como vice rector de la UBA.
Entre las causas más resonantes que tuvo Marijuan están la de Miceli y la de la ruta del dinero K, que naufragó sin éxito después de un show expedicionario que duró varios días en las estancias del latifundista Lázaro Báez. Sin embargo, hay otra -quizás más importante- de la que hoy poco se sabe. A partir de una denuncia por corrupción de la SEC estadounidense, Marijuan llegó a viajar a Nueva York en abril de 2016 para ocuparse de una trama que afecta a la petrolera Pan American Energy por el contrato de Cerro Dragón. Se trata de la prórroga de la concesión -hasta 2047- que Néstor Kirchner y Mario Das Neves les otorgaron en 2007 a los hermanos Bulgheroni en el yacimiento petrolero más grande de la Argentina. También por esa causa, que incluyó una visita del FBI a Marijuan en Buenos Aires en setiembre de 2016, el fiscal denunció haber sido amenazado. En abril pasado, Rodolfo Canicoba Corral citó a indagatoria a 30 legisladores de Chubut, incluso algunos que ya están muertos. Sin embargo, por alguna razón, la investigación quedó frenada hasta nuevo aviso.

GOLPE BAJO. En contraste con su abundante presencia mediática, los habitués de Comodoro Py afirman que Marijuan no se destaca por su trabajo cotidiano. Los viernes no aparece por la fiscalía, hay días de semana en los que prefiere ausentarse y sus colegas apuntan que cuenta con la fortuna de un equipo de mujeres que carga con la mayor parte de la misión que le toca asumir. Está casado con la abogada de la UCA Sofía Gatica. Es un matrimonio donde los dos trabajan. Hija de un influyente letrado de Trelew y con un paso como asesora en el Ministerio de Ambiente, Gatica fue designada en la Corte Suprema como secretaria de Recursos Ambientales, en lo que constituyó uno de los últimos actos de gobierno de Lorenzetti. Tal vez a Marijuan tampoco lo cierre el arribo a la presidencia del jurista de las empresas, Carlos Rosenkrantz.
Enemistado desde hace tiempo con el kirchnerismo, jugado a una nueva época, el fiscal que ahora se despierta contra la administración Cambiemos no se preocupa por las críticas de sus detractores. Le molestan más, quizás, los juicios de sus aliados y superiores. En Tribunales todavía recuerdan el chiste del impiadoso Germán Moldes, el fiscal ante la Cámara Federal que se inició de la mano de José Luis Manzano en el Ministerio del Interior y acaba de golpear otra vez con un pedido de detención para CFK. Moldes oficia desde 1995 como jefe de la cofradía que marchó en memoria de Nisman y nunca logró digerir al proyecto de lo que fue el Frente para la Victoria.
Según se cuenta en Comodoro Py, en una muestra de su humor ácido, Moldes no tuvo mejor idea que hermanarlo con el fiscal Miguel Ángel Osorio, ascendido durante los años del kirchnerismo en honor a su convicción militante. Fue hace algún tiempo, pero quedó grabado en la memoria de la familia judicial. “Un circo siempre necesita un payaso y un enano”, dijo el ex mano derecha de Manzano en una reunión en su despacho en Comodoro Py. Era una manera de poner a prueba el humor que Beraldi le reconoce a Marijuan.