GOBIERNO EN REFACCIÓN

Antes de jurar, Diego Santilli le ganó una pulseada a Patricia Bullrich y retuvo el Renaper

La ministra presionó y el Boletín Oficial oficializó el traspaso a Seguridad. El enojo PRO revirtió la decisión. Festejo de la tribuna amarilla. Pax libertaria.

Treinta minutos antes de que Javier Milei le tome juramente en el Salón Blanco de la Casa Rosada, Diego Santilli logró que el Gobierno diera marcha atrás con el traspaso del Registro Nacional de las Personas (Renaper) al Ministerio de Seguridad, oficializado en el Boletín Oficial publicado por la mañana. En la cúpula del PRO y La Libertad Avanza (LLA) señalan a Patricia Bullrich como la derrotada por la marcha atrás.

En la Casa Rosada se manejan datos ante las idas y venidas. Por un lado, que nadie le comunicó la decisión al ministro de Interior, por lo que se enteró igual que todo el mundo a través del decreto 793/2025 publicado por la madrugada. La novedad generó un malestar generalizado en todo el ecosistema amarillo que promueve a Santilli y también en un sector libertario de Balcarce 50.

Por el otro, circula que fue la propia Bullrich quien convenció a Karina Milei a último momento para que le quitara poder a Santilli. Antes de asumir, el dirigente PRO habría firmado un preacuerdo con una cláusula que aceptaba que al Ministerio de Interior sólo le iba a quitar a Secretaría de Turismo, algo que se confirmó la semana pasada cuando se supo que el jefe de Gabinete, Manuel Adorni, absorbería el área que sigue a cargo de Daniel Scioli.

"No fue un error administrativo, está claro el estilo Patricia en todo esto", comentó un influyente líder político al tanto del operativo para la marcha atrás. Otro dirigente, algo más cauteloso, pero en una línea similar, aseguró: "Nadie le avisó al Colorado lo que iba a pasar. Hace meses estaba previsto que Migraciones y Renaper iban a pasar a Seguridad, pero en su momento se pensó como una invitación para que se vaya (el exministro Lisandro) Catalán. Como ahora las cosas cambiaron, se aprovecharon y no le avisaron. Por eso vamos a rever la decisión".

El tema se coló en la jura de Diego Santilli

Incluso, delante de los micrófonos tras la asunción de Santilli, Cristian Ritondo, uno de los principales socios políticos del Colorado, manifestó su malestar. “Ojalá Diego tenga todos los instrumentos que tiene que tener un ministro de Interior”, planteó el legislador, y se preguntó, al recordar la última dictadura militar: "Hay algunas cosas que me generan duda, por ejemplo, el Renaper es parte del uso civil, ¿por qué va al Ministerio de Seguridad? Es una discusión que se dio hace mucho tiempo en la Argentina, y en la democracia volvió. En mi opinión tendría que quedar dentro del Ministerio del Interior“, dijo.

Pese a la polémica por la reestructuración anunciada en su cartera, que incluso llegó a publicarse en el Boletín Oficial, Santilli le dijo a la prensa acreditada que los cargos no eran su "prioridad", pero que, sin embargo, iba a conversar sobre este tema con Adorni. "No me preocupan los cargos, nuestra tarea es resolver y avanzar con las reformas estructurales, para eso tendremos una reunión con Manuel y ahí definiremos", sostuvo.

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La tribuna PRO en la jura de Diego Santilli

Como en ninguna otra jura libertaria, la dirigencia del PRO bonaerense copó los principales lugares del Salón Blanco de la Casa Rosada. Intendentes, legisladores y legisladoras, referentes territoriales y armadores que responden a uno de los tres vértices del triángulo de hierro amarillo se hicieron lugar entre las primeras filas, justo detrás de la familia del flamante funcionario mileísta.

“Me llenaste el salón de amarillos”, bromeó al respecto el titular de LLA en la provincia de Buenos Aires, Sebastián Pareja, apenas vio llegar a Ritondo a la Casa Rosada.

La cuarta fila, quizá la más exclusiva de todas, estuvo reservada para los otros dos vértices del triángulo de hierro, integrado por el presidente del PRO en Buenos Aires, Ritondo, y el jefe comunal de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro. Junto a ellos se sentaron el exintendente de Olavarría, Ezequiel Galli, que es uno de los armadores del santillismo en la Séptima sección electoral; Pilar Ramírez, la voz de Karina en la Ciudad de Buenos Aires; y Pareja.

Ritondo, notablemente contento y exaltado como pocos, saludó a la mayoría de los presentes y hasta cruzó todo el salón para saludar a otros dirigentes de menor rango, como Sebastián Neuspiller. Detrás de ellos se dejaron la diputada provincial Fernanda Antonijevic, la joven delegada del santillismo Camila Manfredi, dos de las más entusiastas fotógrafas amateurs del evento, el exintendente Darío Kúbar y el principal operador del ritondismo en el interior, Matías Ranzini.

Un gran ausente

La nota la dio la ausencia de Mauricio Macri. El expresidente no sólo es mala palabra dentro de los muros de la sede administrativa de gobierno, sino, también sinónimo de tensión histórica con Santilli, a tal punto que todo el ecosistema amarillo sabe que están distanciados hace más de una década. Quizá por eso es que el propio funcionario nacional ni siquiera se planteó convocar al fundador del PRO: "Fue una invitación chiquita, quisimos hacer algo austero, cortito, y no me pareció de buen gusto llamar a una persona de un día para otro", argumentó.

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Javier Martínez, Ezequiel Galli, Marcelo Matzkin y Matías Ranzini.

Javier Martínez, Ezequiel Galli, Marcelo Matzkin y Matías Ranzini.

Las postales de la interna violeta

Entre la marea amarilla se colaron, también, postales de interna violeta. Minutos antes del comienzo del acto se saludaron de manera muy amable y protocolar Lule Menem, el operador estrella del karinismo, y Macarena Alifraco, la estratega principal del caputismo. Tanto llamó la atención el cruce entre ambos que un dirigente bonaerense que estaba a algunos metros contabilizó el momento: "Increíble, se abrazaron como seis segundos", bromeó.

No fueron los únicos libertarios que mostraron signos de distensión tras largos meses de distanciamiento. De hecho, en un momento se lo pudo ver a Adorni, el designado secretario de Comunicación y Medios Javier Lanari y a la encargada del protocolo karinista Mara Gorini, charlando muy a gusto con Agustín Romo, el legislador porteño a quien El Jefe puso en la mira después de que haya enfrentado la conducción de Pareja en el territorio bonaerense.

Pese a que todas estas figuras de La Libertad Avanza fueron ubicadas a la derecha del Salón Blanco, una fue intercalada en el lado izquierdo, reservado para la familia de Santilli y para la dirigencia amarilla. Se trató de Diego Valenzuela, el intendente de Tres de Febrero y diputado electo por la Primera sección electoral que se abandonó el PRO hace unos meses y se afilió a LLA. Estuvo en la misma fila que el bullrichsista Ramón Lanús, el jorgemacrista Pablo Petrecca y el alcalde de Lobos, Jorge Etcheverry. En rigor, estaba la plana completa de los intendentes, con excepción de Javier Martínez, que en las elecciones del 7 de septiembre se alineó con la familia Passaglia.

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Manuel Adorni, Javier Lanari, Mara Gorini y Agustín Romo.

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