JUNTOS EN EL BARRO

Mestre se desmarca de Negri y alienta a De Loredo a desafiar a Juez

El exintendente le factura al diputado que promueva la candidatura de su hijo en la Capital. Puntos suspensivos en la alianza radical y guerra de familias.

CÓRDOBA (Corresponsalía) La vieja rivalidad entre los radicales Mario Negri y Ramón Mestre tocó su punto máximo en las elecciones provinciales de mayo de 2019. El diputado buscó la gobernación con los colores de Juntos por el Cambio (JxC); el exintendente capitaino batalló por el mismo cargo bajo la histórica Lista 3 de la Unión Cívica Radical (UCR). La división facilitó la reelección del peronista Juan Schiaretti y el acceso del sanfrancisqueño Martín Llaryora a la Capital, territorio siempre adverso para el oficialismo.

 

La presencia territorial de la UCR en los municipios también sufría la avanzada peronista. La Legislatura lograba una abrumadora mayoría de Hacemos por Córdoba. Eduardo Angeloz perdía el récord de ser el gobernador más votado desde la recuperación de la democracia.

 

Después de esta sangría parecía imposible que Negri y Mestre se unieran en 2021 para mantener el statu quo de la UCR cordobesa y bloquear el grito de renovación que entonaba Rodrigo De Loredo. Juntos, ganaron la interna partidaria y continuaron con su sociedad para las PASO y las elecciones legislativas nacionales del año pasado. Ahora, las turbulencias parecen regresar.

 

El jefe del bloque Evolución UCR en la Cámara de Diputados reclama su liderazgo sobre la base de un millón de votos y la cobertura nacional del economista Martín Lousteau. No hay elementos para suponer que Negri y Mestre hayan cambiado su objetivo en común, que no es otro que colocar este tapón generacional -como prefieren llamarlo en algunos sectores-, o bien, que De Loredo se quede con todo el partido, según definiciones más cáusticas de otros.

 

Con todo, en los mentideros de la política se especula y urden hipótesis sobre el futuro de la sociedad entre De Loredo y Luis Juez. Poco se habla del discurrir de esta relación interesada entre antiguos enemigos. ¿Negri y Mestre tienen un futuro juntos en el imprevisible 2023 que se avecina?

 

Además de compartir la desconfianza que les genera el promisorio porvenir político de De Loredo y su famoso ego, comparten un objetivo común: ambos aspiran a ser diputados nacionales. La sábana es corta, pero este factor no supondría problemas por ahora. Negri especula con un triunfo de cualquier candidato de la alianza para integrar el futuro gabinete posteriormente. Mantiene buenas relaciones con los popes del PRO y no se inmola por ninguna de las precandidaturas de su partido: hasta ahora, el gobernador jujeño, Gerardo Morales, y el neurocientífico, Facundo Manes. Esta estrategia siempre abre puertas.

 

Si Mestre accede a la Cámara baja consolidará un rápido proceso de recuperación política. Con sinceridad, el expresidente de la UCR confiesa a los suyos que sufrió el revés electoral de 2019, sobre todo los nueve puntos que cosechó en Capital después de dos períodos de gobierno. Sin embargo, continuó recorriendo pueblos del interior y manteniendo contacto con la dirigencia. El cargo de coordinador del Comité Nacional que le confió Morales le permite moverse con otra estampa y logró la visibilidad que sus conmilitones le negaron el turno electoral pasado. Todo cordobés recordará la cartelería provocadora en la ciudad con la frase “Mestre vuelve” o cómo lo invisibilizaron durante la campaña. Con orgullo, el hijo del recordado gobernador ojea algunas encuestas que le devuelven la ilusión.

 

Guerra de familias

El camino de unidad recorrido hasta aquí por Negri y Mestre comienza a presentarse sinuoso cuando se ingresa en las aspiraciones que cada uno tiene para los alfiles de su núcleo interno. Se reeditan viejas pujas con los mismos apellidos, pero con protagonistas que ocupan otro lugar en el árbol genealógico.

 

La indefinición de De Loredo exaspera a Negri porque arrastra hacia esta nebulosa el proyecto municipal de su hijo, el concejal de Córdoba Cambia, Juan Negri. Con el lanzamiento de su centro de estudios Impulsa, hace más de un mes, se subió a la pelea por el Palacio 6 de Julio. Su campaña de instalación está en marcha. Incluso, se las ingenia para mantener el perfil alto en el Concejo Deliberante, planchado por Hacemos por Córdoba.

 

Mestre pujará por su hermano, el exdiputado nacional y presidente del Comité Capital de la UCR, Diego Mestre. Desde el núcleo Confluencia observan con cierto malestar esta actitud de Negri de “acicatear” la aventura municipal del primogénito; al punto que el mestrismo ya ha dejado trascender que están dispuestos a apoyar a De Loredo y plantearle una interna a Juez para que busque el pase al Panal, con apoyo orgánico. Claro, el evolucionista debería aceptar a Diego Mestre en el tramo capitalino.

 

La declaración merece algunas lecturas. Es altamente probable que De Loredo apueste a lo seguro y busque recuperar el municipio para el radicalismo, manteniendo estable el convenio con Juez. Esto cancela por su propio peso las aspiraciones de cualquier precandidatura a intendente del espacio, por lo que el ruido en la línea entre Negri y Mestre debe interpretarse como un capítulo más de sus tradicionales internas.

 

Sin embargo, Mestre prefiere poner algunos puntos suspensivos para revisar los términos de su acuerdo con Negri y dejar en claro a todo el arco de JxC que no está dispuesto a jubilarse. Con 49 años y seis turnos electorales por delante para llegar a la edad del exvicegobernador, planea sus objetivos para el corto y mediano plazo.

 

Conocidas son las observaciones de Mestre sobre el juego individual de De Loredo, pero no deja de ser curioso que se aleje de esta versión que lo ubicaba, junto con Negri, en un presunto acuerdo con Juez.

 

Mientras, el fundador del Frente Cívico tiene un frente más que atender, porque daba por cerrado un acuerdo con “la orgánica” de la UCR, es decir, con Negri y Mestre. La forma elegante de plantearlo era que el “elegido” debía ser el más competitivo de la diada. Todavía Juez supera con comodidad a De Loredo.

 

Comienza otra temporada de pulseadas internas con pocos ánimos rupturistas. El fantasma de 2019 y la derrota de la dupla de Negri y Gustavo Santos en agosto pasado todavía atormenta a sus protagonistas.

 

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