Juan Negri

"Llaryora está de paso en la ciudad y eso se nota demasiado en la gestión"

El titular del bloque de JxC en el Concejo Deliberante cordobés no oculta sus intenciones de ser intendente. Proyección, think tank propio y espejo en Larreta.

Juan Negri está convencido de la necesidad de dar forma a “una propuesta de gestión clara” para gobernar la Ciudad de Córdoba a partir de 2023. Es uno de los pocos que manifiesta el deseo de encabezar ese proceso dentro del espacio opositor y desde hace aproximadamente cinco años se capacita a la par del funcionariado de la administración de Horacio Rodríguez Larreta, a la que considera “la referencia más importante en materia de gestión de ciudades”.

 

Entiende que por primera vez en mucho tiempo, en Córdoba “hay olor a cambio” y que Juntos por el Cambio debe canalizar esas ansias. “Si las elecciones van juntas, no tengo dudas de que el impulso que nos permitirá ganar en la provincia tendrá su espejo en la Capital. Si van separadas, creo que vamos a llegar a la contienda municipal siendo gobierno provincial electo y eso será la antesala para el cambio de rumbo”, expresa mirando el horizonte que parece asentarse en el primer semestre del año próximo.

 

En esa empresa, su discurso tiene un blanco predilecto: el actual intendente Martín Llaryora. Desde hace tiempo viene advirtiendo que el sanfrancisqueño “toma su actual cargo como un escalón para ser candidato a gobernador” y eso “somete a la Ciudad a un estrés permanente que se manifiesta en la vida cotidiana de los cordobeses”.

 

“Veo a un intendente con un desapego muy grande con la Ciudad en su conjunto. No solo no es de acá, sino que mantiene una distancia muy grande con los vecinos. Es un pecado imperdonable para cualquier gobernante y es algo que se va a sentir cada vez más fuerte”, dice el radical a Letra P. “Por eso gobierna para diez cuadras alrededor del municipio. Hay mucho marketing urbano en su gestión, pero en la periferia hay otra Córdoba, que duele, que está muy postergada y que el equipo de gobierno no está viendo”, asegura.

 

-¿Qué cosas no está viendo Llaryora que debería contemplar una gestión municipal?

 

-Falta diálogo con las organizaciones. Esta ciudad no es para improvisados. Tiene 574 barrios y es uno de los ejidos urbanos más grandes del mundo. Yo voy a trabajar para ampliar JxC y sumar a todas las organizaciones sociales y vecinales como sea posible, porque ahí están los vecinos organizados que conocen bien de cerca los problemas y, en muchísimos casos, saben cómo solucionarlos. La actual gestión toma decisiones encerrada en el Palacio 6 de Julio. Están totalmente alejados de los vecinos. A la ciudad hay que sentirla y vivirla. Llaryora está de paso y eso se nota demasiado.

 

Negri con Larreta, su modelo de gestión.

-¿Cómo se arma una propuesta para gobernar la Ciudad?

 

-Mi objetivo es hacer un aporte a JxC, más allá de mi deseo personal. Para generar las transformaciones necesarias tenemos que poder pensar una ciudad a 20 años. Por eso hemos conformado centros de estudio y observatorios en donde convocamos representantes de todos los sectores sociales para presentar un proyecto sólido, que se extienda en el tiempo y que me exceda. Si mañana me toca gobernar y encuentro políticas aplicadas por el peronismo que son positivas para Córdoba, las voy a continuar. No se me cae ningún anillo. Al revés: el fracaso de las sucesivas gestiones se explica en que cada uno que llegó quiso refundar todo. Acá tiene que haber tres o cuatro trazos gruesos que nos permitan proyectar una ciudad referente en todo el mundo, como lo fue en la época de Rubén Américo Martí o Ramón Mestre padre.

 

-¿Vale la aclaración?

 

-Quiero ser claro: la última gestión radical (encabezada por Ramón Mestre hijo, entre 2007 y 2015) tuvo cosas muy significativas, pero les faltó militancia. Siempre pongo el ejemplo de los parques educativos, que fueron obras para la comunidad en barrios muy postergados. Son iniciativas muy importantes a las que les faltó una bajada política que permitiese que los vecinos tomaran real dimensión de lo que se estaba haciendo. A Ramón le faltó también apertura política. Cuando uno es más joven es más vehemente en las discusiones y a lo mejor nos peleamos más de la cuenta. Hoy tengo una excelente relación con él, pero creo que faltó abrir espacios para una renovación que permitiera una sucesión que pudiese haber continuado con la gestión. Cuando gobernás tenés que hacer eso. No se hizo, fuimos separados en 2019 y eso debe servir como un manual de lo que no hay que hacer.

 

-¿Qué opina de la creación del Ente Metropolitano?

 

-Es una decisión acertada. En Córdoba hay problemas que tienen que trabajarse en conjunto, como el funcionamiento del transporte público o la basura. Para esas cosas hay que coordinar con los otros municipios. Es una buena decisión, pero que la ejecuta un año antes de las elecciones. Lo prometió en campaña, entonces lo tendría que haber aplicado desde el primer día. Todo está atado a lo electoral. Ahí es donde pierde sentido.

 

-¿Cómo se debería resolver la candidatura en JxC?

 

-No es una de mis prioridades. Se acaba de conformar una mesa política y allí se deberá definir el mejor mecanismo. Estoy dispuesto a participar con las reglas del juego que se definan. No le temo a la interna abierta, a las PASO ni a las encuestas. Estoy comprometido a construir un espacio amplio, electoralmente muy competitivo y representativo de lo que están pensando los vecinos para la ciudad.

 

-¿Cuándo deberían estar resueltas las candidaturas?

 

-No debería pasar de fin de año. Enero es mes sándwich. Si las elecciones van a ser en el primer semestre, necesitamos un tiempo prudencial para generar una estrategia que nos permita salir con ideas muy claras para gobernar Córdoba. El peronismo va a especular, como lo hace siempre, pero nosotros no podemos correr de atrás.

 

-¿Se imagina a Llaryora buscando su reelección en la Capital?

 

-Es un escenario con el que está jugando el oficialismo, pero también creo que el peronismo no tiene otro candidato para la gobernación. Habría que preguntarle a él qué quiere hacer. Estamos ante un cambio de época en el que seis de cada diez cordobeses están pidiendo un cambio. Nosotros nos tenemos que comprometer para representarlos de la mejor manera posible. Para eso estoy trabajando.

 

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