TUCUMÁN (Corresponsalía Norte Grande) "Desde 2015, en tres de las últimas cuatro elecciones, la gente eligió a Juntos por el Cambio; y nos eligió juntos, unidos". La frase que María Eugenia Vidal reiteró en diferentes entrevistas y en la conferencia de prensa que brindó este martes en la capital provincial podría aplicar perfectamente a la actualidad de la coalición opositora a nivel nacional, pero resonó con especial reverberancia en Tucumán, en vísperas de la reunión que la mesa local de la alianza tiene programada para este miércoles para intentar encauzar una interna caliente donde escasea el diálogo y sobran las diferencias.
Vidal, una de las dos mujeres presidenciables del PRO junto a Patricia Bullrich, estuvo 48 horas en Tucumán. Fue la escala número 22 de la gira que emprendió por todas las provincias del país en febrero pasado con el objeto de instalarse a nivel nacional y prenderse en la pelea por las candidaturas a la Casa Rosada el año entrante. Como ocurrió en sus otras visitas, la diputada amarilla mantuvo una agenda que combinó la visita a la estación experimental Carlos Acosta, encuentros con sectores del emprendedurismo y la producción, una charla abierta en la Plaza Independencia y las ya clásicas reuniones en casa de vecinos y vecinas. En medio de esas recorridas, se dio lugar para el mano a mano con los dos dirigentes que pugnan a cara de perro por la candidatura de Juntos por el Cambio (JxC) a la gobernación: el diputado Roberto Sánchez, titular de la UCR local, y el intendente capitalino, Germán Alfaro, de origen peronista pero aliado de Horacio Rodríguez Larreta.
El primer encuentro fue el lunes por la noche en un bar, en una tradicional puesta en escena de sello PRO. Vidal se mostró allí con Alfaro, quien estuvo acompañado por parte de la dirigencia de su Partido por la Justicia Social (PJS), como la diputada Beatriz Ávila y el legislador provincial radical José Ricardo Ascárate.
El segundo cónclave no estaba en la agenda, pero surgió con el objetivo de no generar más rispideces en una interna demasiado tensa. Fue durante el mediodía del martes y buscó mantenerse en reserva. Letra P pudo acceder a la nómina de sus protagonistas y al contenido de la charla que mantuvieron con la exgobernadora bonaerense Sánchez y su compañero de fórmula, el ruralista Sebastián Murga. La dupla ya camina la provincia como si las candidaturas fueran un hecho consumado y cuentan con el apoyo de una armada dirigencial que formó parte del encuentro secreto: los intendentes de Yerba Buena y Bella Vista, los radicales Mariano Campero y Sebastián Salazar; el exsenador boina blanca José Cano, su par Silvia Elías de Pérez y José María Canelada, legislador provincial. Por el PRO estuvieron el legislador Alberto Colombres Garmendia, que buscará retornar a la Legislatura tucumana el año que viene, y los candidatos a intendentes amarillos en Banda del Río Salí y Tafí Viejo, Miguel Diosquez Dupuy y Benjamín Terraf.
Un participante del encuentro deslizó que parte del diálogo tuvo como eje la necesidad de mantener la unidad de JxC en Tucumán y analizar los posibles escenarios ante la interna abierta que parece inevitable para dirimir la fórmula opositora en 2023. En la alianza buscan la manera de que la puja de meses que sostienen ambos dirigentes se traduzca en un binomio que los contenga. Sánchez-Alfaro o Alfaro-Sánchez, serían las opciones. Sin embargo, falta mucho camino por recorrer.
"Creemos que Vidal se llevó una panorama claro del estado de situación que debe resolverse en breve, porque no hay tiempo que perder", señaló la fuente consultada que asistió a la reunión reservada. La diputada pareció reflejar el resultado de sus reuniones en sus declaraciones a la prensa. "Tanto Roberto Sánchez como Germán Alfaro son candidatos valiosos", dijo, salomónica, pero recordó que "los cargos no pueden ser más importantes que la unidad" de la coalición.
"Más allá de las tensiones que se puedan generar, yo confío en que vamos a mantener el valor de la unidad", añadió Vidal, en otra definición que aplicó tanto a la realidad tucumana de JxC como a la guerra sorda que cruza al PRO con la UCR a nivel nacional, y que a la vez tiene sus propias batallas en cada partido. "Estoy para facilitar ese proceso, para ayudar a la unidad en cada provincia del país", agregó, aunque al igual que señaló en otros distritos, cumplió con aconsejar que "cada provincia tiene que darse su propio modelo de definición de sus candidatos".

Visita amarilla. Vidal en una planta de limones en Tucumán
Como anticipó Letra P, este miércoles la mesa provincial de JxC tiene cita para resolver qué fuerzas integrarán la alianza para enfrentar al peronismo el año que viene. La fecha del cónclave fue el acuerdo mínimo al que se llegó en la última reunión, porque la cuestión de fondo pasa por decidir cómo se elegirá a la fórmula para la gobernación. Se descarta que todas las fuerzas pondrán la firma, incluso la UCR, porque ya lo decidió la Convención Nacional boina blanca, aunque hasta el momento ha sido el sector más díscolo para sentarse a acordar. Este cónclave sería el cierre de año de la oposición tucumana antes de avanzar en el tema más ríspido, que es acordar las características de la interna abierta para dirimir la fórmula para las elecciones del 14 de mayo de 2023.
Antes de dejar Tucumán y a la par de su rol pacificador en la interna local, la diputada no abandonó su modo presidenciable y afirmó que “el Frente de Todos representa un modelo de país que está agotado”.
“Quién represente al Frente de Todos es lo mismo. ¿Ha sido muy distinto Alberto Fernández que Cristina Kirchner? ¿O de Sergio Massa, o de Juan Manzur? Todos representan el mismo modelo de país que está agotado”, aseguró y soltó una crítica para la fórmula que proyecta el peronismo local con el gobernador interino Osvaldo Jaldo y Manzur, su antecesor: ”Después de 36 años este gobierno ya les demostró a los tucumanos lo que podía hacer. Estos enroques entre gobernador y vice revelan que se pelean por los cargos y no por transformar profundamente a Tucumán”.