El vicejefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Diego Santilli, está decidido a convertirse en candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires. En sus oficinas aseguran que "va a ir a fondo" y que está dispuesto a enfrentarse en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) a cualquier otro postulante dentro de la alianza opositora, con excepción de la exgobernadora María Eugenia Vidal, que teme que no haya vida después de una nueva posible derrota y aún no anunció qué hará en su futuro político inmediato. "Si ella no juega, vamos a estar", advierten. Al dirigente amarillo de extracción peronista lo animan los números de encuestas que no muestra, la gran vidriera que significa trabajar en la capital del país y el tendido de puentes con algunos intendentes bonaerenses del Grupo Dorrego. De todos modos, no es ajeno a la flaqueza de un armado propio más allá de la General Paz y a las amplias posibilidades de caer en las urnas frente al peronismo unido. Ante los riesgos, aclaran: el objetivo es achicar la brecha electoral con el Frente de Todos y darle volumen al proyecto Horacio Rodríguez Larreta 2023.
Como dio cuenta Letra P, Rodríguez Larreta tiene un Plan Canje que consiste en mudar a Santilli a territorio bonaerense y devolver a Vidal al ámbito porteño. El vicejefe de la Ciudad de Buenos Aires está al tanto de esa idea, como así también del enigma político que mantiene la exmandataria, aún así calcula que el futuro de ella estará dividido en tercios: 40% de posibilidades de presentarse en la Ciudad, 40% de hacerlo en representación de la provincia y un 20% restante de meterse directo en la pelea ejecutiva en dos años.
"Es muy sencillo si María Eugenia termina de definir que no juega en la provincia: Diego va a ir a fondo y si tiene que haber internas que las haya", repiten fuentes del Gobierno porteño. Eso sí, no descartan una lista de consenso, pero quieren demostrar que están dispuestos a enfrentar a otros candidatos con las mismas intenciones, como los intendentes Jorge Macri (Vicente López) y Gustavo Posse (San Isidro) y también el expresidente de la Cámara de Diputados Emilio Monzó. Aseguran que las encuestas que manejan lo posicionan primero, aunque no las difunden.
Al igual que su jefe político, Santilli funciona con un esquema radial donde todos sus colaboradores más cercanos responden a él. En ese anillo está el vicepresidente primero de la Legislatura porteña, Agustín Forchieri; el ministro de Gobierno, Bruno Screnci, y el jefe de Gabinete de la cartera de Seguridad, Gustavo Coria, entre otros funcionarios porteños. En territorio bonaerense, su armado no terminó de crecer. Cuenta con Sebastián Neuspiller, exconcejal de Pilar y actual presidente de la Obra Social del Personal de Seguridad Pública de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (OSPESE), y pretende ganar volumen nutriéndose de la tropa que manejan algunos líderes del espacio, como los jefes comunales.
De hecho, la semana pasada recorrió Lanús, Lomas de Zamora y Almirante Brown junto a Diego Kravetz, el jefe de Gabinete del intendente Néstor Grindetti(Lanús), que está intentando ampliar la agrupación Hacemos, que busca reclutar referentes del peronismo inorgánico que están en desacuerdo con Alberto y Cristina Fernández. A principios de marzo, también se reunió con el intendente Julio Garro (La Plata) y salió una fotografía que fue traducida como el primer trampolín con estructura comunal que tuvo Santilli para pasar a la construcción de su plataforma electoral. También mantuvo encuentros con los senadores provinciales Roberto Costa y Lucas Fiorini, que conducen el espacio Unidos.
En en el Grupo Dorrego saben de este propósito y una parte representativa de sus integrantes cree que, de concretarse, finalmente la candidatura de Santilli en la provincia "se someterá a la lógica que ya está instalada", es decir que esperan que las listas sean confeccionadas por consenso y que el tablero de control de la campaña esté en manos de quienes tienen mayor peso territorial y electoral.
Santilli está expectante de un posible rechazo de Vidal a una boleta bonaerense y el OK final de Larreta para anunciar la largada de su carrera hacia las elecciones de este año. Es consciente de las altas chances que tiene de perder ante el oficialismo, pero espera mantener la unidad de los distintos partidos y "recortar la diferencia con el kirchnerismo a siete puntos". "Este es el esquema de Horacio", repiten en su entorno y analizan que una postulación este año no se traduce en una candidatura directa a la gobernación en 2023: "Es posible que se instale, pero también sabemos que ningún candidato de medio término se quedó con el Ejecutivo dos años después".