Perottismo, fase 1. El gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, y su mano derecha, el senador nacional Roberto Mirabella, lanzarán el 4 de junio la agrupación que no tenían, la formalidad para negociar de pe a pa con el resto de las tribus peronistas. El nombre es más que sugestivo, “Hacemos Santa Fe”, en línea con el partido que conduce el mandatario cordobés, Juan Schiaretti, Hacemos por Córdoba.
“Es una demanda de dirigentes, intendentes y presidentes comunales”, le contó Mirabella a Letra P. El mundo Rafaela, cuna de ambos, entiende a la política desde el “hacer”, con el objetivo primario de defender los intereses de Santa Fe. Desde ahí se vinculan con las nuevas adhesiones.
El nombre es toda una identidad. “Hacemos por Córdoba” es la coalición de partidos que Schiaretti ideó para extender su gobierno. Ambos gobernadores comparten más que una autopista: son socios políticos, hacen gestiones en conjunto y, cuando pueden, juegan en bloque a favor de los intereses de la Región Centro. El único rasgo, no menor, que los desune es que Perotti tributa en el Frente de Todos.
Al inicio de la gestión provincial, cuando a Mirabella se le pedía una definición de perottismo, el senador le decía a Letra P: “Nunca nos encasillamos en algún ismo, siempre nos definimos como peronistas”. Bueno, algo se revisó. Ahora sí, el espacio tiene el desafío de obtener volumen propio dentro del PJ. A menos de cuatro meses de las elecciones, los rafaelinos lanzan sello.
El análisis empezó a cambiar a fines de 2020. Perotti cerró el año con un acto de fuerte tenor político, el primero desde que gobierna. En tiempos de su enfrentamiento con el senador Armando Traferri, instó a dividir entre “decencia y corrupción”. Luego, en abril, el ministro de Gestión Pública, Marcos Corach, también rafaelino, lideró un encuentro con más de 50 presidentes comunales. Los jefes comunales que integran el Foro Pueblos Libres manifestaron su "incondicional apoyo" a Perotti, según una gacetilla.
A cuatro meses de las elecciones, el perottismo se juega una parada grande este año. Al gobernador le tocará negociar con el presidente Alberto Fernández, pero sobre todo con la vicepresidenta Cristina Fernández, la fórmula para el Senado de la Nación. Perotti pugnará por que Mirabella encabece para que su plan provincial, el propio y de ambos, tenga futuro. La expresidenta jugará por María de los Ángeles Sacnun, par de Mirabella, pero kirchnerista ferviente.
La rosca no solo atañe a la política grande. En Santa Fe también habrá legislativas municipales y se elegirán autoridades en 14 Intendencias y más de 300 comunas. Allí es donde también pone interés el perottismo. Con un armado que históricamente se circunscribió a Rafaela y un menudo número de localidades, ahora el objetivo es poner figuras propias en una porción mayor del territorio santafesino.
En Santa Fe, por ejemplo, la apuesta es Jorgelina Mudallel, actual concejala y perottista nivel uno. A ella le tocará enfrentar en una hipotética competencia interna en las PASO a opciones K, como la de Alejandro Rossi, hermano del ministro de Defensa. En Rosario, la ciudad más poblada de la provincia, la cosa no es tan sencilla. El futuro “Hacemos Santa Fe” no tiene referente expreso y, salvo que haya un acuerdo con otras tribus, la principal apuesta es el joven funcionario del Ministerio de Desarrollo Social, Camilo Scaglia.