No hay lugar para todos, pero al menos cuatro son los sectores del PJ rosarino que pretenden disputar competencia en las legislativas de este año. Armar una gran lista que los contenga asoma harto difícil, por lo que una PASO es inexorable. De mínima, la Corriente de la Militancia, La Cámpora, el Movimiento Evita y el perottismo están detrás de la carrera.
El senador Marcelo Lewandowski y el ministro de Gobierno Roberto Sukerman son los peronistas de Rosario de mayor reconocimiento. El primero le ganó a la exintendenta Mónica Fein por casi diez puntos para llegar a la Legislatura y el segundo estuvo a un punto y medio de convertirse en intendente.
El periodista deportivo, por ahora, no descarta nada. Tiene el objetivo de impulsar un proyecto colectivo a largo plazo que lleve al peronismo a recuperar Rosario porque, dice, "no hay 2023 sin 2021". Sukerman, en cambio, no tiene en carpeta la posibilidad de una candidatura. Por ahora no es negocio irse de dónde está, abandonar el juego y las puertas que le abre su role. Al igual que Lewandowski, tiene buena relación con el gobernador Omar Perotti, pero reporta en otra tribu. Es que el funcionario es delfín del ministro de Defensa Agustín Rossi.
El secretario de Turismo, Alejandro Grandinetti, piensa parecido. Concentrado en la gestión, no tiene entre sus prioridades ser candidato. Ex Frente Renovador, hoy se define como ladero de Perotti.
Rossi es precisamente quien pisa fuerte en el PJ de Rosario. El funcionario nacional tiene, en la figura de Germán Martínez, al secretario general del partido y en la concejala Norma López a la primera candidata lanzada. De fuerte perfil militante y opositor al intendente Pablo Javkin, López es vicepresidenta del PJ Santa Fe y una de las tres personas por el justicialismo que tiene que renovar, además de Andrés Giménez (La Cámpora) y Alejandra Gómez Sáenz (agrupación Ateneo J. W. Cooke).
El Chivo le ganó el liderazgo del espacio K a La Cámpora en Rosario. La agrupación que conduce Marcos Cleri en la provincia optó por no integrar el bloque del Frente de Todos y forma parte del esquema de gobierno que construyó Javkin en el Concejo, junto al PRO y la izquierda. No obstante, pugnará por sostener la banca que deja Giménez.
López va a liderar una lista, eso es cosa juzgada. El primer interrogante es quién pone el dos. La respuesta abrirá, de modo inevitable, una competencia primaria. Porque a nadie, al menos en el perottismo, el Evita y La Cámpora, le gustará regalar ese lugar.
Perotti, de escaso volumen en Rosario, puso a Luciano Batistelli de comisario político en Rosario, y es quien se encarga de dotar de musculatura al espacio. El perottismo juega la ficha de la renovación con el joven Camilo Scaglia, director provincial de Desarrollo Territorial en la zona. También suena el nombre de Julia Irigoitia, responsable del programa Santa Fe Más.
El Evita, en tanto, no tiene bancas que renovar en la ciudad, pero desea competir y, en caso de no arribar a acuerdos, no descarta presentar lista propia. Por otro lado, intenta en Buenos Aires, de la mano de su referente Fernando Chino Navarro, colar un puesto en la lista de diputados nacionales. Tiempo al tiempo.
Gómez Sáenz, por su parte, reemplazó a Sukerman, cuando este emigró a la Casa Gris. A base de una agenda de género y nuevas identidades, tiene una buena relación con el senador nacional Roberto Mirabella. Allí buscará un padrinazgo que la contenga y pida por ella un lugar expectante en una eventual lista oficial.
En Rosario no rige la polarización. Son cuatro los partidos que se disputan la torta electoral, el oficialismo del Frente Progresista, Juntos por el Cambio, Ciudad Futura y el peronismo. Ante ese escenario, sostener las tres bancas es un nada despreciable objetivo de mínima para el PJ.