Roberto Mirabella salió a la cancha y empezó a jugar su partido para renovar su banca en el Senado de la Nación. Mentor, junto al gobernador Omar Perotti, del “Plan Rafaela”, el integrante del bloque Frente de Todos en el Congreso levantó el perfil en las últimas semanas y, con el traje de candidato puesto, trazó su norte en la carrera a 2021: eligió al socialista Miguel Lifschitz como adversario, concertó reuniones varias con las diferentes tribus del PJ santafesino y hace buenas migas con la vicepresidenta Cristina Fernández, clave en el armado de listas del distrito.
Al menos en política, nadie conocer más y mejor al mandatario de Santa Fe que Mirabella. Lo acompaña desde sus inicios, compartió triunfos y también derrotas. El logro mayúsculo de haber llegado a la Casa Gris es el punto de partida para los rafaelinos. Para que continúe dicho proyecto, Mirabella tiene que vencer en 2021 y el día después arrancar la carrera por la gobernación. La imposibilidad de reelección para el sillón más preciado acorta los tiempos.
Para tener chances, necesita que la gestión Perotti sea exitosa. Lo necesita él y todo el peronismo que volvió a gobernar después de doce años de progresismo. “Digámoslo así: incluso si no lo querés a Perotti, tu suerte está atada a que a Perotti le vaya bien”, advierte hacia adentro alguien que se sienta a la mesa chica del gobernador.
Mirabella, junto al presidente Fernández.
El senador levantó el perfil político. Ya tiene su foto con el presidente Alberto Fernández y mermó las comunicaciones referidas a temas del Congreso. Está bien enfocado en defender enfáticamente la gestión y disparar contra la oposición, sobre todo contra el Frente Progresista y, en particular, su líder, Lifschitz, número puesto para 2023. “El norte santafesino fue olvidado durante mucho tiempo”, soltó Mirabella días atrás en una recorrida por Reconquista. “Acá, durante mucho tiempo se hizo la vista gorda”, remarcó en pleno debate por la reforma judicial.
PUENTES. Por otro lado, encaró un camino subterráneo -y no tanto- con diversos sectores del PJ. Profundizó el vínculo son aquellos senadores díscolos, liderados por Armando Traferri, que hoy parecen aliados. Y también emprolijó la relación con el bloque de diputados justicialistas que padece la mayoría del progresismo en la Cámara baja. De agenda full time, se esfuerza por completar la pata política que le falta al mandatario. Porque la gestión se lo impide y porque el “Plan Rafaela” siempre lo delegó en el actual senador.
Mirabella es el candidato natural para el Senado en 2021. Porque es el ladero del gobernador y porque asumió la banca que dejó Perotti para entrar a la Casa Gris. El armado de listas volverá a traer conflictos, por lo que la apuesta de los rafaelinos es cerrar filas con la expresidenta, tal como ocurrió exitosamente en 2019.
Quien también tiene que renovar es la ascendente María de los Ángeles Sacnun, la senadora de Firmat que se cargó al hombro el debate en comisiones de la reforma judicial y tiene diálogo directo y fluido con CFK. ¿Solución salomónica? Habrá que contener a otras tribus que quieren hacer valer sus credenciales, como el rossismo, La Cámpora, el Nuevo Espacio Santafesino y el bielsismo. Lugar para todos no hay. El PJ de Santa Fe renueva cinco bancas en el Congreso: dos en el Senado y tres en Diputados.