PLANO CORTO | ROBERTO MIRABELLA

El primer perottista

Es el hombre de mayor confianza de Perotti, al que conoce hace 30 años. Se enciende detrás de escena y es el artífice de todas las campañas del gobernador electo, a quien reemplazará en el Senado.

Es la sombra de Omar Perotti. Nada en la historia política del gobernador electo de Santa Fe puede comprenderse si la mirada no se detiene en la figura de Roberto Mirabella. Amigo, ladero, vocero, el diputado provincial es clave en la vida del hasta diciembre senador nacional.

 

Cuando se habla de perottismo se piensa inmediatamente en dos personas, Perotti y Mirabella, nadie más. Se conocen de jóvenes, siempre en la Rafaela natal. Perotti puso la cara para acaparar los flashes, fue intendente, diputado y senador nacional y alcanzó hace menos de dos meses el logro mayor. Mirabella lo acompañó de cuerpo presente, pero siempre un paso atrás en la exposición pública. Cero protagonismo.

 

Ni siquiera ser, desde 2015, vicepresidente de la Cámara de Diputados de su provincia le hizo a Mirabella levantar el perfil. No modificó su rictus de seriedad y mantuvo el tono huidizo. Pero cuando se apaga la luz, se enciende. Fue el armador de la campaña de Perotti y el artífice de la construcción que lo pondrá en la gobernación el 10 de diciembre. Siempre estuvo sentado en la mesa chica cuando hubo que rosquear –y cerrar– con el kirchnerismo, los senadores y cualquier espacio de poder peronista. “Es clave en cada campaña de Omar, cumple un rol clave vinculado al financiamiento y la estructura política”, confió a Letra P un dirigente justicialista que lo frecuenta hace rato. 

 

 

 

"Vos no sé lo que tenés, pero yo tengo un candidato", le repetía Mirabella a cada uno con el que se sentaba y debía negociar. "Consensúan todo, pero siempre la última palabra es de Omar", revela un hombre cercano, con acceso al núcleo íntimo del perottismo. Tanta es la confianza que el diputado encabeza el grupo de dirigentes peronistas que entabla reuniones de transición con el socialismo. A él lo llaman los funcionarios del gabinete que lidera Miguel Lifschitz.

 

Su gran logro en los últimos meses ha sido contener y contentar a las huestes peronistas. Liderar junto a Perotti una “unidad en la diversidad” clave para arrebatarle la provincia al socialismo. Minimizar las diferencias ideológicas para alcanzar el gran objetivo.

 

 

 

En una vieja campaña nació la sociedad política. Fue en la primera que lo catapultó a Perotti a la intendencia de Rafaela, en 1991. Mirabella era militante barrial y de ahí saltó a la Secretaría Privada del municipio lechero. Ahí comenzó la historia del dúo que roza los treinta años de máxima confianza.

 

Justo cuando a su hermano de la vida le toque asumir la etapa más importante de su vida, Mirabella deberá seguir su carrera fuera de la provincia en los papeles. Le tocará emigrar a Buenos Aires, ya que reemplazará a Perotti en el Congreso a partir de diciembre. Sin embargo, se cree que nunca dejará de estar presente en el futuro gabinete provincial. Omnipresente, será una suerte de funcionario anónimo.

 

Al diputado nunca le gusta la pública, pero de joven no tenía problemas para subirse a los escenarios y tocar la batería en La Llave, una mítica banda de rock rafaelina. Allí compartió grupo con Sergio Chiarelli, quien era el cantante y líder y ahora es el preparador físico del Boca de Gustavo Alfaro, otro que trascendió las fronteras de la ciudad.

 

 

 

“Es su otra gran pasión, tiene mucha facilidad para la música”, cuenta alguien que lo conoce al dedillo. Toca el piano, la guitarra, “todos los instrumentos”. Cuando la política se lo permite, despunta el vicio en reuniones de amigos, agarra la guitarra y se vuelca a la zapada rockera, como alguna vez hizo junto al presidente del PJ santafesino Ricardo Olivera, otro amante de la música.

 

A Mirabella quizás el próximo febrero le cueste ir a poguear a Cosquín Rock con amigos, como repitió en los últimos años. Como “le gusta trabajar más para adentro que para afuera”, tendrá mucho para organizar a fines de 2019 y principios del año próximo. Ahí su rol no será protagónico, pero sí central, como cuando le custodiaba las espaldas al cantante Chiarelli. Ahora le protegerá las espaldas a Perotti, como desde hace tres décadas.

 

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