El peronismo santafesino traza por estos días una compleja y engorrosa arquitectura para evitar una interna por la conducción partidaria. La pandemia y su crisis derivada y la condición de gobierno de la coalición imponen una gambeta a cualquier enfrentamiento, pero contener a todos los sectores no es una tarea sencilla. Hay actores y actrices nuevas y alianzas que piden tener mayor peso. El gobernador Omar Perotti no quiere emular al presidente Alberto Fernández y pidió que el diputado provincial Ricardo Olivera continúe al frente del partido. Es, sin dudas, un ensayo del cierre de unidad electoral para 2021.
Perotti avisó temprano. No quiere ser el presidente del PJ de Santa Fe. Lo dio a entender hace dos semanas en una conferencia sobre seguridad en la Casa Rosada. “Las instancias ejecutivas requieren la plena y total dedicación, el pleno y total esfuerzo para coordinar y hablar con todos, es un momento de expresión del Presidente para todos los argentinos y un sesgo partidario puede quitarle o restarle algo”, dijo. Hablaba de Fernández y su posibilidad de liderar el PJ nacional, pero también hablaba de sí mismo.
Perotti fue propuesto como presidente por la ministra de Infraestructura, Silvina Frana, en el marco de una reunión virtual de la comisión del partido. La idea no tuvo mucho eco, ni en el gobernador ni en el resto de los integrantes del Consejo Ejecutivo. Perotti quiere que renueve Olivera, una persona de experiencia, respetado por todos los actores y con una paciencia y vocación de diálogo gigantes.
Pero contener y cobijar no es fácil, por varios motivos. Sobre todo, por reacomodamientos internos, lo que denota una fragmentación interna mayor. En 2016, cuando alcanzaron la actual lista de unidad, no existía el sector Encuentro, que lidera la ministra de Desarrollo Territorial y Hábitat María Eugenia Bielsa. Tampoco existía la porción kirchnerista que conduce la senadora nacional María de los Ángeles Sacnun, quien en ese momento jugaba dentro de La Cámpora. Además, el Movimiento Evita tributaba al kirchnerismo. Esas variables cambiaron con el paso del tiempo y pueden incidir en el cierre.
Fuentes cercanas a la ministra nacional le confiaron a Letra P que Bielsa razona que, por haber obtenido el 33 por ciento de los votos en la PASO que perdió con Perotti, tiene que quedarse con un tercio de los cargos del PJ. Alcanzar ese objetivo rompería la unidad.
Los cuatro cargos más importantes del PJ Santa Fe (tres vicepresidencias y la Secretaría General) están ocupados por el senador Rubén Pirola, que responde al Nuevo Espacio Santafesino (NES) de la vicegobernadora Alejandra Rodenas y el senador Armando Traferri; Frana y el ministro de Desarrollo Social Danilo Capitani, que juegan para Bielsa; y el diputado Leandro Busatto, a quien lo conduce el ministro de Defensa Agustín Rossi.
Como publicó Letra P, el NES y el rossismo ensayan una alianza para ganar peso dentro del partido y, en función del reparto actual, impedir que crezca el espacio de Bielsa. Aceptado lo de Olivera, el dúo tendría “preeminencia” entre los primeros lugares del reparto.
Una “solución salomónica” para evitar conflictos sería la ampliación de la mesa ejecutiva del partido, una comisión de acción política integrada, por lo menos, por diez o doce personas. Ahí adentro podrían confluir y hacerse escuchar los perottistas, los rossistas, La Cámpora, el NES, el Evita, los bielsistas, los de Sacnun y los gremios. Todos adentro.
El plazo para alcanzar la lista de unidad vence el 6 de noviembre y las elecciones se realizarán el 20 de diciembre. El tiempo corre. Se impone la “unidad en la diversidad”, que tanto les gusta verbalizar a los y las peronistas santafesinas, pero la cosa está atada con alambre. “Viene pintando la unidad, pero los PJ somos tan particulares…”, se sinceró un senador.